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viernes, 21 de agosto de 2020

¿Qué hace Cuba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU?

Es una grave contradicción pertenecer a este organismo y no haber ratificado los dos Pactos fundamentales de Derechos Humanos

El Consejo de Derechos Humanos es el máximo órgano evaluativo y de monitoreo de los Derechos Humanos en Naciones Unidas. A este organismo deben pertenecer los países que mejores récords tengan de respeto a los Derechos Humanos, a nivel mundial.

En esta dirección va la propuesta de una ONG argentina, CADAL, para reformar dos parámetros de elección al Consejo de Derechos Humanos.

Entre 170 y 175 estados miembros han ratificado los dos Pactos fundamentales y más de 73 países permiten de manera permanente la visita de los Relatores de Derechos Humanos relacionados a los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. No están entre ellos, ni Rusia, ni China, ni Cuba, ni Venezuela ni Arabia Saudita. Sin embargo, Cuba, Arabia Saudita y China han sido los más permanentes representantes en este organismo, desde la creación del Consejo de Derechos Humanos en 2006.

Esta es una de las propuestas de CADAL, la condición para pertenecer al Consejo debe ser:

“Que los 47 Estados Miembro que lo conforman estén obligados a recibir invitaciones abiertas y permanentes a todos los relatores especiales del organismo”.

“De esta manera, si Arabia Saudita integra el CDH deberá aceptar, por ejemplo, la visita del Grupo de trabajo sobre la cuestión de la discriminación contra la mujer en la legislación y en la práctica, y el de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer. Y en el caso de Cuba y China la visita de Relator Especial sobre el derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas; el Relator Especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión; el Relator Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos; la Relatora Especial sobre la independencia de los magistrados y abogados; y el Relator Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, entre otros”.

La otra condición a respetar es que las votaciones para pertenecer al Consejo sean abiertas y no secretas. Los gobiernos representados rinden cuenta de sus decisiones a las sociedades civiles de sus poblaciones por lo tanto deben ser transparentes con su actuación en Naciones Unidas.

CADAL lo formula así:

“De esta manera se brindaría transparencia al voto de cada país, permitiendo conocer si el mismo se ajustó a lo establecido en el punto 8 de la resolución. Asimismo, en los países democráticos el conocimiento público sobre el voto de las candidaturas para integrar el CDH generaría debate interno en caso de haber apoyado a un Estado que internamente reprime severamente el ejercicio de las libertades fundamentales”.

El multilateralismo que pretende defender el gobierno cubano no puede incluir la violación de Derechos Humanos en los países que dicen tener otro “modelo” de sistema político y económico. Cualquier “modelo” de sistema económico, político y cultural, desde Burundi a Cuba, tiene que respetar los Derechos Humanos contenidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en los dos Pactos fundamentales de Naciones Unidas o sencillamente retirarse de la organización y del consenso de Naciones Unidas. Ningún país ha sido obligado a pertenecer a Naciones Unidas desde su fundación. Esta participación voluntaria en el concierto de Naciones Unidas tiene que ser coherente con el respeto de los derechos, todos y con aplicar las normas del Derecho internacional a sus legislaciones nacionales y permitir la visita libre y permanente de todos los Relatores de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

El Gobierno cubano no ha ratificado los dos Pactos fundamentales de Derechos Humanos, que firmó en 2008, no permite la visita permanente abierta de ningún Relator de Derechos Humanos y sólo ha permitido en los últimos diez años, la visita “controlada” de un Relator sobre la alimentación, otro sobre la Trata de personas, y otra sobre Cooperación internacional. El Gobierno cubano no permite las presentaciones personales de sus ciudadanos en Naciones Unidas violando este derecho ciudadano.

El Gobierno cubano no ha ratificado el protocolo facultativo de la Convención contra la Tortura y los tratos crueles e inhumanos que permite la evaluación y monitoreo in situ de Naciones Unidas sobre todo el sistema carcelario de Cuba con graves déficit de espacio, alimento, higiene, atención médica, y reiterados abusos de poder de las autoridades carcelarias como reseñan los testimonios de las víctimas de estos atropellos.

El Gobierno cubano no permite la creación de una Comisión Nacional de Derechos Humanos, independiente al Estado y Partido cubanos. Dice que no quiere adscribirse a los Principios de París que lo regula, porque otras organizaciones estatales se ocupan de monitorear el estado de los Derechos Humanos en Cuba.

Sin embargo, en todos los informes que entrega en la ONU no puede mostrar los datos de las violaciones que se comenten en Cuba sobre los arrestos arbitrarios, la ausencia de debido proceso, el no respeto del Habeas corpus, la discriminación racial y de género, las violaciones de derechos resultado de la violencia intrafamiliar, los datos sobre feminicidios, los datos sobre abuso de poder de las autoridades civiles, laborales y militares, la violación de los derechos laborales, relativos al trabajo decente la prohibición de confiscar el salario, el derecho a huelga, el derecho al empleo libre que no existe para los profesionales del país, el derecho a crear sindicatos libres del estado, de los derechos económicos, la imposibilidad de crear empresas privadas y cooperativas, la imposibilidad de reivindicar y justiciar los derechos sociales y culturales, y la violación a los derechos de libertad de expresión asociación y manifestación pacífica. Según la narrativa de las delegaciones cubanas en Naciones Unidas, en Cuba no se viola ningún Derecho Humano. Esta narrativa debe ser fuertemente contestada en Naciones Unidas.

¿Qué hace Cuba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU? Una grave violación ética, política y práctica del reglamento de Naciones Unidas para conformar el Consejo de Derechos Humanos que hay que transformar para eliminar la presencia de las dictaduras en el más alto organismo encargado de monitorear, exigir y evaluar los Derechos Humanos en el mayor consenso de la comunidad de naciones.

[1] “Dos propuestas de reforma para la integración del Consejo de Derechos Humanos” en Puente Democrático Año 15 #64, 26 de abril del 2017, en http://www.puentedemocratico.org/documentos/DocumentoPD64.pdf

[2] Visita “controlada” significa que los Relatores sólo se reúnen con funcionarios del gobierno y con grupos de ciudadanos designados por el gobierno. Estos grupos designados en Cuba son de las organizaciones estatales que encuadran y reprimen a la población en los “actos de repudio”. Los CDRs, la FMC, la CTC, la FEU, la FEEM, la ANAP, la UPEC, la UNEAC, todas creadas por el gobierno, parte del Consejo de Estado y dirigidas por el Partido Comunista de Cuba.

¿Eres comunista?… te reto a vivir un mes en Cuba

Cuba, la comunista – insurgente.org. Tu diario de izquierdas¿Aceptarán el reto de vivir un mes en Cuba esas personas, grupos, partidos, y organizaciones de ultra izquierda; a quienes sólo “les suena” el primer mundo?.

Que se bauticen de comunistas subsistiendo en el archipiélago cubano. Que sean coherentes con sus dichosas realidades y sus fantasías bolcheviques.

Tengo una lista en mente, y la encabezan:

Greta Thunberg
Nancy Pelosi
Michelle Obama
Joe Biden
Pablo Iglesias (España)

Por supuesto; y para ser creíbles, deben abastecerse con el peso cubano que es la moneda que la dictadura anticubana le paga a su pueblo.

Al llegar al “paraíso caribeño” cumplirían con los siguientes requisitos obligatorios:

-Vivir 30 días sin reducción


• Primera semana:
En la casa de un médico que nunca ha viajado (en las misiones internacionalistas donde se estafan a los galenos, mientras la dictadura se forra en penta trillones de dólares)

•Segunda semana:
Vivirán en la casa de una maestra de enseñanza primaria.

•Tercera semana
Vivirán en la casa de un obrero. Un ejemplo: estibador del puerto de La Habana.

•Cuarta semana
Vivirán en la casa de un abogado jubilado.

Les queda terminantemente prohibida la compra de ningún producto en las tiendas donde se paga con moneda americana.

Se les decomisarán las siguientes pertenencias:

Euros, dólares estadounidenses, y cualquier objeto de valor en el mercado negro.

Todos los artefactos electrónicos; como celulares, tabletas, laptops, relojes inteligentes, bluetooth, memorias USB, tarjetas SIM, audifonos, drones, etcétera.

Artículos de aseo personal, excepto el cepillo dental.

Sólo podrían entrar la muda de ropa que visten en el momento de llegar al aeropuerto internacional José Martí de La Habana, un pijama, y un atuendo para el uso diario.

Para evitar un daño psicológico hecatómbico a la joven sueca, Greta; se le dejará su celular -sin recarga- para su uso dentro de la isla. Sería en modo terapéutico para que siga creyendo que vive en el tercer milenio.

No podrán tener contacto entre ellos. Por tanto, se ubicarán en lugares distantes.

Tienen que participar en actividades políticas, y de masas:

En la guardia nocturna del CDR, o Comités de Defensa de la Revolución que existen en cada cuadra; creados por el narco dictador Fidel Castro, para dividir, amedrentar, y vencer por la intimidación y la burla a los derechos humanos.

Para añadir diferentes sensaciones en esta vigilia nocturna, tendrán un largo apagón, y la compañía de mosquitos al por mayor y algún ratón que ya no respeta a los humanos.

Participar en trabajos voluntarios en el barrio; donde se barre la calle, y usando un machete se chapea la hierba bajo el sol y 36 grados centígrados reales.

Este instrumento de trabajo es el mismo que utilizaron en el siglo XIX, como armas de defensa, los mambises contra la colonia española.

Tendrán que viajar en el transporte público con la sensación térmica de más de 60 grados Celsius por la molotera.

Podrán crear algún vínculo amoroso; a pesar de la frustración que causan los apagones, a pesar de la enajenación que provoca la escasez.

No pueden maltratar bajo ningún concepto al anfitrión que los acoge.

Este último requisito mencionado, se recalca; porque el comunismo provoca una histérica manera de comportarse si se viene de donde sea. A esto no nos adaptamos ni los nativos de Cuba.

Dormirán en camas con colchones llenos de ADN -en el mejor de los casos- donde se han procreado hasta cinco generaciones de una familia.

Las mujeres que pasen por esta prueba sin fuego necesario; se les retirará cualquier anticonceptivo intrauterino, o se les desactivarán vacunas para impedir procrear.

La que quede embarazada tendrá que esperar 16 años para regresar a su país de origen.

Igualmente, para los hombres. Si quedara una cubana embarazada, saldrían de la Mayor de las Antillas cuando el hijo cumpla mayoría de edad.

Se atenderán cualquier padecimiento de salud que surja durante esta estancia; excepto los males de la mente. La atención de psicólogos y psiquiatras no será una opción.

No puede bajarles la hemoglobina por falta de nutrientes o desgano ante la alimentación revolucionaria; sino permanecerían en Cuba hasta que estén totalmente sanos y sin anemia socialista.

Beberán el agua potable cubana.

No pueden hablar negativamente, ni quejarse de nada; porque estarían seis meses en prisión.

En la penitenciaría, no recibirían visitas como castigo al uso de la libre expresión.

Llenarán un diario con las experiencias comunistas. El vocabulario a usar estaría limitado. En desuso estarán:

SOS
Help
Auxilio
Hate
Odio
Abajo (el comunismo)
Viva (la democracia)
Capitalismo (te amo)
Tu madre… (Marx, Engels, Lenin, Fidel Castro…)
Quemen (el Capital)
Sáquenme de aquí
Internet (sin cesura)

Nadie sabe lo que tiene…

Después del cumplimiento de esta tarea, entonces te respetaremos con tus vítores de:
¡Cuba es un ejemplo de igualdad!
¡Viva la izquierda!

Yo, que viví casi 30 años en Macondo tropical, o la Cuba nazi de los Castro; aseguro que una hora será suficiente para estos burgueses, comunistas de alfombra roja.

Cuba crea nuevos escuadrones de la milicia para hacer frente a la ‘indisciplina social’ y ‘el flagelo de la cola’



De nuestra Oficina de Represión Socialista Altamente Creativa

Esto no es una broma. No. Es de verdad. Es “el flagelo de los coleros”.

Los cubanos que no pertenecen a la oligarquía gobernante necesitan hacer cola durante horas hoy en día solo para obtener las necesidades básicas de la vida. Es la nueva normalidad, gracias a la plaga, el colapso de Venezuela y la repentina muerte del alboroto turístico del apartheid.

Pero el gobierno quiere que los cubanos crean que la escasez es causada por “acumuladores” que revenden lo que compran a un precio más alto, por egoísmo e “indisciplina social”. Esta es exactamente la misma excusa tonta que se ha utilizado para la escasez en Venezuela durante muchos años, desde que su economía comenzó a colapsar bajo Hugo Chávez.

Entonces, ahora Castro, Inc. ha sustituido a matones para hostigar a las personas que esperan en la fila, sin permitir que nadie más que la persona que comenzó a hacer cola, probablemente al amanecer, reciba las escasas raciones que se distribuyen al atardecer. Esto significa que nadie puede reemplazarlo temporalmente, incluso en una emergencia.

Además de todo esto, Castro, Inc. debe hacer valer su poder de matones y mantener a los cubanos lo más hostigados posible, para que no se vuelvan demasiado optimistas.

Incluso antes de que se formaran estos escuadrones de cola, más de 1,000 cubanos fueron arrestados en La Habana por “indisciplina social” mientras hacían cola para comer.

Tienes que reírte a carcajadas con la terminología castronoide: “indisciplina social” … “El flagelo de los coleros” …

Castro, Inc. se jacta de que estos matones de los queuebusters han recibido capacitación especial sobre cómo no ser corruptos. Decir ah. Buena suerte con eso. Y, al parecer, los escuadrones provienen del mismo grupo de delincuentes sociópatas que participan en actos de repudio.

Si. ¡Justicia social! ¡Elimina la ” indisciplina social “! Recuerde la ley de Bernie: “¡Las líneas de pan son buenas!”

Cuando la comida escasea en tu vecindario, ¿a quién vas a llamar? Queuebusters!

Si hay poca comida y las colas son largas, ¿a quién vas a llamar? Queuebusters!

Traducido libremente y ligeramente resumido de CiberCuba


El gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) en Holguín ha encontrado una solución para terminar con la reventa, el acaparamiento, el aumento de los precios y la escasez de productos básicos que afectan a la provincia (y al resto del país). El experimento se presentó este sábado en diferentes partes del territorio, donde se llevaron a cabo eventos de graduación para los responsables de llevar a cabo la ‘Operación para confrontar las conductas de los’ Coleros ‘ (personas que hacen cola para obtener productos) y revendedores’.

Este tipo de milicia anticolero está compuesta por cuadros del Partido Comunista de Cuba (PCC), la Central de Trabajadores de Cuba, agentes de la Policía Nacional Revolucionaria, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Comité para la Defensa de la Revolución. y la Federación de Mujeres Cubanas. Juntos controlarán las colas en 120 unidades comerciales y mercados ubicados en los 14 municipios de Holguín, según informó el periódico local Ahora.

El jefe de los grupos anticoleros, Juan Miguel Morán, coordinador de Programas y Objetivos de Defensa en el gobierno provincial, en una arenga a los agentes recién comisionados, marcó los objetivos clave de esta ‘operación de choque’: organizar las colas en orden de llegada, eliminar listas y turnos y controlar que las compras se realicen en persona. De esta manera, advierte que dispararán contra aquellos que han hecho de la reventa una forma de vida.

Los miembros de estas milicias anticoleros en Holguín han recibido entrenamiento especial para combatir “el flagelo de los coleros”, sin contaminarse en el intento. Y para ser tomados en serio, sus miembros recibieron honorablemente la bandera cubana y un portavoz dijo en nombre de todos que su misión es “proteger a la población”.

Las nuevas milicias de Holguín se unen a la ofensiva que la Policía llevó a cabo en julio en La Habana, donde más de mil colegas han sido detenidos.

Los escuadrones anticoleros que se acaban de formar en Holguín se unen a otras iniciativas repartidas por toda la isla para controlar colas como los ‘Amarillos’ que proliferaron en la década de 1990 para aliviar la crisis del transporte público durante el Período Especial.

No es la primera vez que el Partido Comunista organiza este tipo de grupos paramilitares para controlar lo que llaman “indisciplina social”. Dichas iniciativas incluyen, por ejemplo, Brigadas de Respuesta Rápida.


La farsa del igualitarismo: Promesa vacía del comunismo con propósitos perversos

Algunas personas en la sociedad no han entendido la ideología comunista de eliminar la propiedad privada y lograr la igualdad. Después de todo, ¿qué tiene de malo tener igualdad de oportunidades para todos?

Sin embargo, mirando la historia del comunismo, uno encuentra que la revolución violenta se usó para robar la propiedad privada para el beneficio de los funcionarios de alto rango privilegiados y sus familias. El supuesto “igualitarismo” es solo una promesa vacía hecha por los comunistas.

Ya que más gente ha llegado a reconocer lo dañino del partido comunista, sería útil repasar lo que el PCC ha hecho desde que tomó el poder varias décadas atrás, incluyendo el robo de la propiedad privada, la destrucción de la cultura tradicional, y el asesinato de ciudadanos inocentes.

¿Es Cuba aún una sociedad estructuralmente racista?

El histórico racismo cubano se ha solapado durante la época castrista y sobrevive en una discriminación a la población de origen africano que en general es más pobre y menos educada


Ernesto Guevara, el Che, escribió en uno de sus diarios: «Los negros, esos magníficos ejemplares de la raza africana, han conservado la pureza racial gracias a su escasa inclinación al aseo… El negro es indolente y caprichoso, y se gasta el dinero en frivolidades». 

En esas palabras, que el argentino escribía antes de participar en la instalación de la dictadura comunista cubana, se condensa una realidad que el régimen de la isla siempre ha intentado esconder: el racismo en la revolución cubana.

Y hay hechos que prueban que el racismo en Cuba es estructural y además es sostenido institucionalmente por la tiranía comunista.

Un ejemplo es que a pesar de que se estima que la población cubana está integrada en un 60% por negros, los censos oficiales representan que el 65% de la población es blanca. El negro está condenado a no existir en Cuba.

La población negra en Cuba vive en las peores casas de la isla.

Raíz histórica

El racismo está arraigado en la isla desde la época en que era un centro para el tráfico de esclavos. Luego también fue un lugar que albergaba extensas plantaciones de caña trabajadas con mano de obra esclava.

Quintín Banderas, un héroe de las guerras de independencia, se ganó a pulso su ascenso hasta general. Pero una vez terminada la guerra terminó siendo un barrendero. Ser negro era un impedimento para ocupar una alta posición gubernamental.

Con la llegada de los Castro al poder las cosas no cambiaron. En un artículo escrito por el psicólogo cubano exiliado, Ramón Humberto Colás, se recogen algunos de los logros raciales del castrismo.

Los negros, sostiene Colás, viven una situación estructural de marginación en la isla.

Es la población de piel más oscura la que vive en las peores casas, la que representa a la mayoría de la población carcelaria y son los más señalados como responsables de actos delictivos.

En contraste, los negros cubanos son la minoría en las universidades, los que tienen menor acceso a moneda libremente convertible y los negros que tienen automóvil son minoría también.

La representación en la política de los descendientes de africanos en Cuba es mínima también. Son los menos en el cuerpo diplomático y son igualmente escasos en la alta directiva del Partido Comunista Cubano.

Pero cuando Fidel Castro emprendió sus aventuras bélicas en el continente africano, la mayoría de los soldados cubanos que fueron a morir lejos de su tierra, también eran negros.

La población descendiente de africanos en Cuba tiene menor acceso a las universidades.

Como a esclavos fugitivos

El pecado del negro disidente es mayor para la tiranía castrista. Se les trataba como a los esclavos fugitivos que cuando eran recapturados morían a latigazos como castigos, reflexiona Colás.

Así les pasó a los tres jóvenes cubanos mulatos ejecutados sumarialmente en abril de 2003 cuando intentaban huir a los Estados Unidos. En menos de una semana se les siguió un juicio que terminó con una condena a muerte que pretendía servir de escarmiento.

El mismo destino de muerte lo vivió el opositor negro Orlando Zapata, quién murió en medio de una huelga de hambre mientras era prisionero del régimen castrista.

Otros, como Guillermo Fariña, sufrieron el acoso policial del régimen comunista que cada tanto lo encarcela y lo persigue para evitar que se exprese libremente.

Ser negro en Cuba, es un agravante en cualquier circunstancia.

La situación, lejos de ser reconocida por el régimen, es estimulada y después de 60 años de revolución, el abierto racismo institucional en Cuba es un tema que sigue sin resolver.

«Con la salida de Raúl Castro, el naciente poscastrismo tendrá que decidir si mantiene esta línea que limita y condiciona el nivel de integración de los negros y mulatos en la sociedad de la isla. Hoy, siguen perteneciendo al estrato más pobre de la población y son además apartados del mundo que se crea lentamente para los blancos: una Cuba digitalizada, más abierta hacia el exterior, que utiliza divisas y experimenta con una actividad económica privada», escribió el ensayista francés Jean Francois Fogel, en un artículo sobre el tema para el New York Times.

Para Fogel, la revolución cubana no superó la herencia historia que mantiene a los negros lejos del poder.

«Este tono miedoso frente a la población negra ha estado siempre: durante los 57 años de República y también durante los sesenta años de Revolución. Con o sin un campo socialista, en una democracia representativa o en un régimen autoritario, la relación de Cuba con la población afrocubana ha sido excluyente», afirmó Fogel.

«Cuba nunca tuvo un sistema muy formalizado de segregación, pero la relación entre cubanos blancos y de color obedece a una regla tácita de convivencia conocida por todos. Tiene su punto de equilibrio en un lema heredado del colonialismo y que continúa vigente: “Juntos, pero no revueltos; cada cosa en su lugar”.

El censo de 2012 estableció en Cuba tres segmentos de población: blanco, negro y mulato, con 64,1 por ciento de blancos; 9,3 por ciento de negros y 26,6 por ciento de población mulata. Pero, en realidad, solo hay dos culturas: la de los blancos, en el poder político, y la de los otros.

Para el escritor Orlando Freire Santana, la propaganda castrista ha utilizado los episodios de tensiones raciales en Estados Unidos, como el reciente caso de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, para hacer ver que la sociedad norteamericana es estructuralmente racista.

«Un reciente artículo periodístico del poeta y ensayista Víctor Fowler se inscribe también en semejante enfoque. Después de opinar acerca de la imposibilidad del sistema imperante en Estados Unidos para no producir desigualdad, rabia y excrecencias, el articulista escribe que “en esta mirada, el racismo no es coyuntural ni episódico, sino estructural y continuado (bajo las más diversas formas), y más allá de la violencia puntual contra una persona afroamericana”, escribió Freire.

Sin embargo, la realidad es que «el castrismo prefiere ver la paja en el ojo ajeno y no la del suyo propio».

«Un racismo subjetivo también anida en la mente de muchos cubanos de hoy. Son los padres de una muchacha blanca que por nada del mundo acepta que su hija se case con un mestizo; o esos directores cubanos de cine o la televisión que a la hora de escoger a un galán jamás se fijan en un actor de piel negra».

«Lo anterior sin contar con evidencias no tan subjetivas que impactan en la Cuba de hoy, como el bajo número de mestizos como propietarios de negocios particulares; su mayoritaria presencia, en cambio, en las cárceles del país; o las ciudadelas y barrios marginales habitados mayormente por ciudadanos de piel oscura».

«Entonces, ¿por qué ver solo la paja en el ojo ajeno, y olvidar la del suyo propio?»

domingo, 21 de junio de 2020

MUJERES QUE CUIDAN.. Hay una lección de género que sacar de esta pandemia



Qué es el coronavirus (COVID-19): síntomas, nuevos tratamientos y ...

En diversos países del mundo, las ciudadanas y los ciudadanos salen a aplaudir a quienes se hacen cargo del cuidado en tiempos de coronavirus. Son, en su mayoría, mujeres. Hay una lección de género que sacar de esta pandemia.

Una auxiliar de ayuda a domicilio en Madrid o una enfermera en Nueva York o una doctora en Chile. Una teleoperadora que trabaja desde su casa mientras cuida a sus hijos. Una trabajadora del hogar inmigrante y una trabajadora de la logística en Italia. Mujeres que ponen el cuerpo en la primera línea del combate contra la pandemia y la crisis social.

«Somos las grandes olvidadas», dice Isabel Calvo, auxiliar de ayuda a domicilio en Madrid. 

Son miles las mujeres que, como ella, salen cada día a trabajar en tiempos de cuarentena, porque no pueden dejar sin servicio a personas enfermas o mayores. «En una jornada completa podemos llegar a ver a seis usuarios, los ayudamos con las actividades básicas de la vida, el aseo, la comida, una cita de un médico, recoger un poquito la casa». 

Sin embargo, aunque están en contacto estrecho con personas en riesgo, no reciben la protección adecuada por parte de las empresas empleadoras. En los últimos días, Calvo ha tenido que contactar personalmente a diferentes asociaciones para conseguir material de protección, mascarillas o batas. «Parece que tiene que suceder, ojalá que no, la muerte de alguna compañera para que esto se visibilice, que se ponga en el mapa». 

16 Claves para frenar el Coronavirus | UniandesY aunque ellas actúan como una barrera protectora para que muchos casos no lleguen a la sanidad pública, nadie las cuida. «Necesitamos protección, para poder proteger a los demás», asegura.
Tre Kwon es enfermera en el Hospital Mount Sinai de Nueva York. Junto con sus compañeras, personal sanitario y de limpieza, han creado el Grupo de Trabajadoras de Primera Línea del Covid-19, una especie de escudo humano para sortear la tormenta que se desata sobre las salas de emergencia cada día. Mientras Donald Trump declara en los medios que «estamos todos juntos en esto», Tre Kwon piensa algo muy distinto. «Somos nosotras las que ponemos nuestros cuerpos en la línea de frente. Somos las que ponemos en riesgo a nuestras familias y a nosotras mismas en el trabajo». Ella tiene una beba de tres meses y había ahorrado algún dinero para poder tomarse una licencia maternal, pero al ver por televisión la gravedad de la crisis decidió volver al hospital junto a sus compañeras y compañeros. Enfermeras y personal médico de Nueva York, California, Missouri y Texas están protestando por la «falta de preparación» de los hospitales para enfrentar la pandemia en el país más poderoso del mundo.

Las trabajadoras del hogar y los cuidados son un sector totalmente feminizado, que ocupa a más de 700.000 personas en España. La mayoría son migrantes y una parte importante trabaja como internas, en la economía sumergida y en situación irregular, debido a los requisitos de la Ley de Extranjería, que no son fáciles de cumplir. En la última semana, el gobierno calificó a este sector como parte de los servicios esenciales si tienen a su cargo el cuidado de personas enfermas o mayores.

Marina Díaz lleva 13 años como trabajadora del hogar y pertenece a la Red de Hondureñas Migradas. «Con esta crisis sanitaria, económica y social estamos sufriendo mucho más la precariedad y vulnerabilidad, debido a que las medidas tomadas por el gobierno no son las suficientes». La situación se agrava, ya que no reciben insumos de protección para evitar los contagios. «El subsidio extraordinario aprobado por el gobierno no cubrirá a todas las trabajadoras del hogar y los cuidados y además se tardará para poder obtener esa ayuda, pero la crisis la estamos viviendo ya», explica. Díaz hace una pregunta simple: «Dicen que somos esenciales, que sostenemos la vida y la economía y facilitamos a personas, principalmente mujeres, que puedan trabajar fuera de sus hogares. ¿Entonces por qué no tenemos los mismos derechos que los demás trabajadores de España? ¿Qué es lo que impide la entrada al Régimen General de la Seguridad Social?».

Maddy era una trabajadora inmigrante, empleada en la empresa DHL de Piacenza, cerca de Milán. Estaba organizada junto al sindicato de base Si-Cobas y participó de las huelgas que se desataron en el norte de Italia para exigir condiciones de protección sanitaria y el cierre de las empresas no esenciales cuando empezó la cuarentena. Falleció el 24 de marzo, después de contagiarse coronavirus. Sus compañeras y compañeros de trabajo prometen no olvidarla. El lema de muchas de estas huelgas era «Nuestra salud, antes que sus ganancias». Cuando se tiene que ir a la huelga para no morir, es que hay un sistema que merece perecer.

La pandemia, con epicentro en Italia, España y Estados Unidos, ha puesto al desnudo las profundas contradicciones del capitalismo patriarcal, donde los trabajos de cuidados y los empleos más precarios siguen recayendo en las mujeres. Durante las décadas de ofensiva neoliberal se desplegaron múltiples tendencias que aumentaron como nunca el entrelazamiento de los agravios de clase, género y racismo para las mujeres trabajadoras.

Mientras el Estado recortaba drásticamente los presupuestos de salud, educación y servicios sociales –preparando así el colapso del sistema sanitario ante pandemias como la actual–, se incentivó la expansión de empresas privadas en estos sectores, que emplean trabajo femenino, precario y sin derechos. Al mismo tiempo, el ingreso en el mundo laboral de millones de mujeres en todo el planeta, especialmente en los países más ricos, supuso un aumento de la demanda de mano de obra de mujeres migrantes, tercerizando el trabajo del hogar como trabajo asalariado.

Pero la mayor feminización de la fuerza laboral no implicó una reducción de la carga del trabajo doméstico en los hogares para gran parte de las mujeres. Y en esta crisis, esa contradicción también estalla. ¿Cómo combinas el teletrabajo con cuidar a tus hijos durante todo el día? ¿O cómo cuidas adecuadamente a tu familia, si has sido despedida y tienes que elegir entre pagar el alquiler o comprar comida?

Si la conciliación familiar ya era una tarea titánica para la mayoría de las mujeres en tiempos «normales», qué decir cuando tienes que sortear la presión de los jefes y el cuidado de los niños, al mismo tiempo, dentro de las cuatro paredes del hogar. ¿Y qué ocurre cuando no se puede establecer un espacio físico de teletrabajo separado del resto de la familia, en pequeños pisos sin condiciones adecuadas?
EAPN - ES alerta del impacto del COVID-19 en las personas en ...
La crisis múltiple que estamos atravesando (crisis sanitaria, económica, geopolítica y social) desvela la barbarie de un sistema capitalista patriarcal que no puede asegurar ni siquiera la atención médica a gran parte de la población, donde algunas corporaciones capitalistas se lucran con la producción e investigación de vacunas, mientras se trata a las personas mayores o las que están enfermas como material descartable. Un sistema que se encamina hacia una probable depresión y que intentará, una vez más, reconstruir el ciclo de acumulación sobre los cuerpos cansados y explotados de las mujeres y el conjunto de la clase trabajadora, a costa de la vida de millones.

Pero algo está cambiando. Cuando miles de personas aplauden desde sus balcones a las enfermeras y al personal médico, cuando se viraliza un video en el que aplauden a las limpiadoras de un hospital, cuando alguien le agradece a la cajera de un supermercado, está empezando a coger fuerza una idea: podemos vivir sin banqueros, sin grandes empresarias que rompan los techos de cristal, pero no podemos vivir sin las trabajadoras del campo, sin las que cuidan a niños y ancianos, sin las que producen nuestros alimentos y nuestra ropa. Una vez que esta idea prenda, será difícil apagar el fuego.

by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ.

sábado, 1 de julio de 2017

Violencia de género: un problema de derechos humanos

Violencia de género: un problema de derechos humanos

Si bien las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a los hombres como las mujeres, su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima. Los estudios sobre la materia permiten afirmar que toda agresión perpetrada contra una mujer tiene alguna característica que permite identificarla como violencia de género. 

Esto significa que está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad, que perpetúan la desvalo-rización de lo femenino y su subordinación a lo masculino. Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer. 

La violencia de género puede adoptar diversas formas, lo que permite clasificar el delito, de acuerdo con la relación en que ésta se enmarca y el ejercicio de poder que supone, en las siguientes categorías: violación sexual e incesto, asedio sexual en el trabajo y en las instituciones de educación, violencia sexual contra mujeres detenidas o presas, actos de violencia contra las mujeres desarraigadas, tráfico de mujeres y violencia doméstica. 

En el presente documento se estudia en detalle esta última forma, sin dejar de mencionar y describir las otras, puesto que en los últimos años ha dado origen a nuevas e importantes instituciones y enmiendas de las legislaciones, y en torno a ella se han articulado acciones colectivas de las mujeres. 

La falta de datos estadísticos que podrían revelar la verdadera magnitud del fenómeno en América Latina y el Caribe es un obstáculo que dificulta la mejor compren-sión de la problemática de la violencia de género. Aunque su incidencia es mucho más alta que lo consignado en los registros oficiales, los estudios del tema permiten inferir su carácter epidemiológico. 

La mayor parte de los datos presentados en este estudio provienen de investigaciones y documentos de organizaciones no gubernamentales y de organismos internacionales que han hecho investigaciones en esta área en los últimos años. 

Las propuestas que se plantean se basan en el carácter irreductible de los derechos de las mujeres, en la obligación del Estado de protegerlos y garantizarlos, y en la convic-ción de que el respeto de los derechos humanos también es una condición esencial para el desarrollo de nuestros países y el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos de toda la población. 

Se plantea, asimismo, la necesidad de analizar el tema de los derechos humanos y de la violencia de género desde una perspectiva que ofrezca posibilidades de cambios culturales estructurales que conlleven el respeto de los derechos de las mujeres y cuestionen la inevitabilidad de la violencia en las relaciones de género.