domingo, 29 de abril de 2018

El nuevo hombre en La Habana


Por primera vez, el máximo cargo político e institucional de la Cuba no lleva el apellido Castro. Miguel Mario Díaz-Canel, nuevo presidente de la isla, es percibido con incertidumbre. Unos lo ven como un hombre para el cambio. Otros, sin embargo, lo perciben como un tecnócrata tradicional que le debe todo a Raúl Castro, su mentor y maestro.



Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez celebró su cumpleaños número 58 un día después de convertirse en presidente de Cuba. Nacido en Placetas, Villa Clara, Díaz-Canel es el primer presidente nacido luego del triunfo del Ejército Rebelde de Fidel Castro en 1959.

No obstante, su llegada al poder no supone el fin de la era Castro, sino un deje de funciones burocráticas para el sucedido Raúl. El artículo 5 de la Constitución de la República de Cuba define al Partido Comunista de Cuba (PCC) como «vanguardia organizada de la nación cubana, fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista».

Raúl Castro será el primer secretario del PCC hasta 2021. De algún modo, lo que sucederá en Cuba a partir de ahora es lo que ya venía ocurriendo en los últimos meses: Díaz-Canel recibirá a los presidentes y delegaciones de alto rango que visiten La Habana -como acaba de hacer con su homólogo venezolano Nicolás Maduro-, se reunirá con ellos, acudirá a cumbres intergubernamentales, recorrerá el país de punta a cabo para echarle un ojo y determinar cómo pueden empezar a mejorar las inquietudes sociales, pero luego tendrá que llegar a casa y telefonear a la secretaria de Raúl para que le abra un hueco y le pacte una cita en su agenda para rendir las cuentas pendientes.

Algo de ese acatamiento nos dejaron ver ambos políticos cuando corrían tan solo los primeros minutos de presidencia de Díaz-Canel. Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se pegó al micrófono y anunció que Cuba tenía un nuevo mandatario. Entonces, un Díaz-Canel sonrojado y alegre subió al estrado y, mientras pasaba por delante del resto del Consejo de Estado, chocó su palma de la mano derecha con cada uno de ellos.

Se trataba de una imagen desenfadada, bien diferente a la que Cuba había estado acostumbrada a presenciar en este tipo de escenarios. Un hombre que se emocionó por su investidura como presidente, un hombre que trasmitió nervios con sus gestos. Después de casi medio siglo, las elecciones en la isla siguen siendo una performance. Pero por esta vez y durante unos instantes, la impostura desapareció y los cubanos asistieron a un escenario insospechado.

Pero ya en el estrado, todo volvió a su sitio. Raúl Castro le tomó el brazo izquierdo a Díaz-Canel y se lo elevó al aire evocando la sucesión. Luego se abrazaron un par de veces y el nuevo presidente se dirigió a leer su primer discurso, que se resume en una frase: «Raúl Castro seguirá siendo el guía y decisor de la revolución cubana».

El discurso fue un retrato fiel a su propia figura: parco, leído, sin intervenciones ni improvisaciones. Con una jerga dogmática, digno de lo que es Díaz-Canel: un tecnócrata. Un hombre que ha llegado a ser presidente de Cuba porque su principal virtud es acatar las órdenes de sus superiores y nunca disentir.

Díaz-Canel dedicó gran parte de sus primeras palabras a Raúl Castro, el alumno que le agradece al maestro, el hijo que retribuye al padre. Luego dejó claro que no habrá cambios sustanciales en el gobierno de Cuba. Que vaya con una tablet debajo del brazo y sea el único entre los 605 diputados parlamentarios que, en lugar de escribir en agendas de hojas rayadas, posa sus dedos sobre una pantalla táctil, no significa que su mirada vaya a recolocar los enfoques que han prevalecido en Cuba durante tantos años.

«Asumo la responsabilidad de ser presidente de Cuba con la convicción de que todos los revolucionarios seremos fieles al ejemplar legado de Fidel y Raúl», dijo también Díaz-Canel para no dar margen a las dudas, para aclararle a los que lo ven como el agente del cambio que se equivocan.

Lo expresado por el nuevo presidente no salió del marco esperado y siguió con el triste método de los políticos cubanos que se entretienen en empeñarse a resolver los problemas de corrupción moral de una sociedad alicaída a golpe de consignas y alaridos preestablecidos.

Con Díaz-Canel, por el momento y por lo que se pudo escuchar de sus labios, Cuba seguirá siendo dos países que convergen en uno. La isla que emerge del discurso gubernamental y la isla real. Un desfasaje de tiempo, una hecatombe temporal donde los dirigentes hablan desde una cima a la sombra y el pueblo camina y los mira a la distancia, con desdén, sudando bajo el sol, desde un descampado.

Díaz-Canel no habló de reformas, de mejorar el país, de cómo salir de la estrechez económica y dejar atrás de una vez y por todas las penurias de una vida difícil. Mientras los cubanos piden cambios a gritos, Díaz-Canel se dedicó a enarbolar las banderas del socialismo y evocar a sus gestores en la isla.

La novena legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular dejó para el cierre un discurso prolongado de Raúl Castro a modo de despedida. En sus palabras, Castro devolvió elogios a su pupilo, a su fiel discípulo. Y en un acto de delación dejó claro que él y su cúpula de poder son quienes deciden y decidirán los nombres que se encargarán del futuro inmediato de la nación. Como en otras ocasiones, criticó la «mentalidad paternalista» y la lentitud de las reformas, por momentos como si fuera un observador. Y dijo que en otras ocasiones se habían equivocado con la elección de jóvenes dirigentes (en una poco velada referencia a los prugados Felipe Pérez-Roque y Carlos Lage) por ir demasiado muy rápido pero que con Díaz-Canel habían ido más despacio.

Luego, sin nada de dramatismo, sentenció: «Terminé». Como quien se saca un peso de encima, como quien se va a ver los toros desde la barrera con las llaves del establo en el bolsillo.

En Cuba comienza una nueva etapa. Quizás, se trate del momento crucial del que se lleva décadas hablando. De algún modo, ya con algunos de los símbolos ideológicos de una generación fuera del tablero de ajedrez político. El instante histórico es un parteaguas en el porvenir de la isla. Algo así como lo describiera en su cuenta de Facebook Luis Silva, el actor humorístico de mayor renombre en el país que encarna el personaje de un anciano que se hace llamar Pánfilo: «Que sea lo que Díaz quiera, perdón, lo que Dios quiera».

sábado, 7 de abril de 2018

La estrategia del exilio Venezolano

El abandono del país de manera forzada alcanza una escala jamás vista en el país de venezuela. Salvo la guerra de independencia y la guerra federal, nunca hubo una movilización forzada de venezolanos. Razones políticas, sociales y económicas resultan eufemismos para esconder que se trata de la huida en masa de realidad, producto de una dictadura que cierra los caminos para el progreso del país. Una dictadura que ha larvado el genocidio a una manera tan sui géneris, que resulta difícil encontrar parangón. Sin haber guerra destruyó al país. El hambre llegó a muy buena parte de la familia venezolana. La muerte de niños por desnutrición se ha hecho cotidiana.
Abandonar Venezuela de manera forzada supone una ruptura. Un trauma. Un dolor. Abandonar la familia, dejar atrás una idiosincrasia e imbuirse en otra. Son un pueblo. Particular, como todo pueblo. 
La idiosincrasia venezolana se encuentra otras culturas. Simplemente salen por la presión, por hambre, por la inseguridad, por desempleo, por falta de perspectivas; porque no se ve salida, porque la oposición es derrotada, porque el chavismo siembra el escepticismo. Parece aplastar la voluntad de cambio mediante la dictadura cada vez más clara.
Todo supone condiciones para que alguien propenso caiga en un estado depresivo. Lo que explica suicidios e intentos de suicidio de migrantes forzados. De eso hay una larga historia, más cuando esta penosa enfermedad sigue siendo un tanto desconocida muy a pesar de que afecta a un elevado porcentaje de la población mundial. También sucede lo mismo entre quienes quedan. Total, es una pérdida para quien se va y para quien se queda. Deben guardar un luto.
Por su parte, se aprovechan los patronos de otras latitudes de esta circunstancia. Una fuerza de trabajo que se oferta en condiciones tales que permiten la sobreexplotación, es aprovechada de manera clara. Muchas veces de mayor calificación, permite brindar al dueño de algún medio de producción menor salario que el que debe darle a un nativo. De allí que se hace más competitivo el venezolano. Se ve sujeto a una mayor explotación.
Así, ingenieros, enfermeros, entre otros muchos profesionales, trabajan en áreas diversas de mucho menos calificación por bajos salarios, pero más elevados que los que se perciben en Venezuela.
Más penoso es el hecho de muchachas que se prestan a la prostitución. Las venezolanas, con la fama de su belleza que les acompaña, ante la desesperación y el hambre, pueden ser presa de esta opción.
Termina siendo ventajosa para la economía del país receptor esa migración. Fuerza de trabajo barata, calificada, dispuesta a la explotación feroz ante el acoso del hambre. Se convierte en una ventaja comparativa adicional que permite un mayor crecimiento económico al esperado por ese país. Al menos para las naciones a los que más han ido los venezolanos. Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil… En buena medida de elevada calificación, contribuye con el desarrollo de las fuerzas productivas del país receptor. Se destruyen fuerzas productivas en Venezuela. Es una exportación forzada de talento para otros países.
Ya existe una estrategia general entre los exiliados. Sale del país en búsqueda de un empleo quien más condiciones tenga para trabajar. Ya establecida la base, se va llevando a la familia. Al resto. A los que puedan o quieran.
Ya los migrantes venezolanos se reúnen en determinados espacios. Plazas donde se encuentran. Intercambian experiencias. Se despierta la solidaridad de manera espontánea. Se ayudan.
Solamente una fuerza de atracción contraria puede detener a la gente a no irse del país. En unos casos es la familia. En otros el temor a lo desconocido. La esperanza de que las cosas cambien. La conciencia política. Quedarse a luchar para cambiar las cosas.
A la inversa, se dispara un mecanismo de atracción poderoso. El hijo que se va y oferta a la madre la eventualidad de migrar para mejorar sus condiciones. Los hijos más jóvenes o niños que están obligados a irse con sus padres.

La remesa, estrategia económica

Muchas las familias venezolanas que viven a costa de la remesa que les envían desde el exterior. Apenas diez dólares representan mucho más de un salario mínimo. 50 dólares representan un salario elevado. Ya hay quienes no dejan de trabajar por mantenerse en actividad. De cara a la remesa del familiar, el salario es simbólico. Ya son millones de familias venezolanas que viven de la remesa. Las estadísticas así lo podrán corroborar. Se calcula que para 2017 las remesas alcanzaron alrededor de 2 mil millones de dólares.
Este es uno de los resultados de una estrategia económica que parece querer alcanzar el objetivo así el país se despueble. ¿El objetivo? Ganar el tiempo suficiente como para obtener recursos de la minería y así, crear nuevas bases para sostenerse en el poder. Mientras, el hambre campea en el hogar venezolano.
En esta estrategia de la dictaduras parece beneficiarse con este éxodo de venezolanos. Disminuye la presión social. La balanza de pagos ve mejorar el déficit producto de las remesas. La escasez, una de las determinaciones de la presión de demanda, se pudiese hacer menos ostentosa. Aun cuando no observamos evidencias de tal idea. Seguramente la incapacidad gubernamental es tan grande que no logran siquiera adecuar el mercado aprovechando la ventaja que supone que haya cerca de 2 millones menos de demandantes.
El Gobierno se aprovecha del exilio masivo en el sentido político. La disminución de la presión social supone un atemperamiento de la cuestión política. La inmensa mayoría de quienes migran son opositores al régimen. Muchos jugaron un papel protagónico en las rebeliones del año 2014 y 2017. Lo que explica la morigeración de barreras para la entrega de pasaportes y demás requisitos.
La migración debe ser atendida con el rigor del caso. Debe ser motivo para la acción política. Convertir la migración en una fuerza contra la dictadura. Fuente de denuncia, de elevación de conciencia y de organización. El migrante debe buscar a sus compatriotas y crear instancias para la solidaridad y atención social y jurídica. El migrante debe tener como objetivo el regreso a la patria para contribuir con el derrocamiento de la dictadura. Mientras, ser activista en la denuncia y propagadores de nuestro inconfundible gentilicio.

Medidas "castradoras" contra negocios privados en Cuba propician fuga de capital

Medidas "castradoras" contra negocios privados en Cuba propician fuga de capital

Según una investigación realizada por Havana Consulting Group, la fuga de capitales es "una reacción natural" en respuesta al "frenazo que ha puesto el Gobierno cubano al sector privado".
El frenazo a las reformas económicas en Cuba con la imposición de mayores trabas al desarrollo del sector no estatal genera una "fuga de capital local hacia el exterior" de entre 280 y 350 millones de dólares anuales, advirtió este martes una consultora especializada en la economía cubana.

The Havana Consulting Group (THCG), con sede en Miami, dijo que esa fuga de capitales es la consecuencia inevitable del intento del Gobierno cubano de"cercenar el espíritu de emprendimiento" y "frenar el crecimiento del sector privado".

Emilio Morales, presidente de THCG, que ayuda a entender el mercado de Cuba y a sus consumidores, dijo a Efe que el capital de los cuentapropistas que huye de la nación caribeña va a parar a "terceros países para la inversión en pequeños negocios o la compra de propiedades".

El experto explicó que se trata de "una reacción natural" en respuesta al "frenazo que ha puesto el Gobierno cubano al sector privado", y supone la "pérdida" de una gran oportunidad para la reconstrucción de la economía nacional.

Dado que los emprendedores de la isla "viajan constantemente al exterior", resulta normal que saquen el dinero en sus bolsillos, aunque otras veces "lo envían con 'mulas' o realizan "transacciones en el exterior invirtiendo en propiedades en la isla que después se las venden a los extranjeros", detalló.

Mientras, el Gobierno cubano, "con la justificación de que no quieren permitir la concentración de riqueza", ha reducido el número de modalidades para ejercer un trabajo por cuenta propia, que ha caído de 201 a 122, destacó Morales.

Se trata de un duro golpe a la iniciativa de los cuentapropistas cubanos, que en los últimos años se expandieron a partir de la inversión de su propio capital.

Este frenazo al crecimiento del sector privado supone la consagración de "medidas ultraconservadoras, muy lejos de la dinámica de la economía moderna" y en un momento en que la isla caribeña "necesita estimular las fuerzas productivas", no limitarlas, apunta el artículo del THCG.

Efecto de estas medidas "castradoras" será, en opinión de la firma, la "fuga de capital local hacia el exterior", una salida de dinero estimada entre 280 y 350 millones de dólares anuales.

Además, el sistema "burocrático centralizado de las decisiones" ralentiza la aprobación de creación de nuevas cooperativas no agropecuarias, denominadas CNA, que continúan en espera por culpa de un proceso de aprobación que puede tomar años.

"En la actualidad, decenas de propuestas de cooperativas llevan más de tres años esperando respuesta para ser aprobadas (...) y muchas personas viven en medio de la frustración de sus aspiraciones y en la incertidumbre", resaltó Morales.

Este frenazo a la expansión del sector no estatal y "absurda posición del Gobierno cubano" de limitar cada vez más las fuerzas productivas no estatales "genera mucha desconfianza en el inversionista extranjero", lo que afectará su inversión.

The Havana Consulting Group (THCG) aseguró que "ninguna economía puede desarrollarse con un esquema estratégico como el que ha diseñado el Gobierno cubano".

Además de resultar muy negativo el impedimento de que una persona "tenga más de una licencia para ejercer el trabajo por cuenta propia o multiplicar su negocio", según la demanda del mercado.

Se trata de una "práctica anticomercial que no tiene cabida en el siglo XXI".

Los nuevos límites impuestos al "naciente sector privado frustran a una masa exitosa de emprendedores y generan una gran desconfianza e incertidumbre en los empresarios extranjeros", advirtió.

El informe concluye con la advertencia de que intentar revivir la economía "muerta" del sector público "tratando de favorecer a la improductiva empresa estatal socialista", en perjuicio del "pujante sector no estatal", "enreda más la economía del país en su larga y eterna crisis".

Experto alerta sobre peligro de frenar sector privado en Cuba

Cuba paraliza licencias a restaurantes privados y alquileres turísticos
Pese a que la pujanza de los pequeños emprendedores es una esperanza para el desarrollo de Cuba, al gobierno le ha preocupado que llegue a desafiar la hegemonía de la planificación central y el monopolio político del PCC, dice el economista estadounidense Richard Feinberg.
Mientras el pequeño pero pujante sector privado cubano espera ─entre noticias de prósperos negocios intervenidos─ por otro apretón normativo anunciado desde agosto por Raúl Castro, algunos expertos se preguntan por qué Cuba buscaría frenar el avance de una forma de propiedad y trabajo que antes ha legalizado y estimulado y que en muy poco tiempo ha hecho aportes significativos a la economía de la isla
Según el académico estadounidense Richard Feinberg estos emprendedores representan para el país más que lo que hasta ahora han aportado: son uno de tres pilares ─junto con la dinamización y descentralización del sector estatal, y la Inversión Extranjera Directa en sectores prioritarios─ en los que el sucesor de Raúl Castro debería apoyarse para sacar al país del estancamiento económico que ha caracterizado los “decepcionantes” diez años en el poder del General-Presidente, y encauzarlo por una vía de desarrollo sostenible.
En su reciente ensayo para el Instituto Brookings “La economía de Cuba después de Raúl Castro: una historia de tres mundos”, Feinberg menciona algunas de las nuevas medidas restrictivas que se espera imponga el gobierno para incrementar su control de las empresas privadas y limitar el tamaño de estas:
- una escala salarial ascendente (por la cual los salarios aumentarían en la medida en que se contraten más trabajadores)
- constreñir a cuatro habitaciones las que pueden alquilar las llamadas “casas particulares”
- un proceso burocrático más complejo para la autorización de nuevas licencias
- informes mensuales de autoridades locales sobre violaciones
- canalizar todos los ingresos y gastos de los negocios privados a través de una cuenta en alguna institución financiera del gobierno.

El gobierno alarmado por el éxito de los privados


Turistas en el restaurante La Vitrola en La Habana.
Turistas en el restaurante La Vitrola en La Habana.
El experto en economía internacional sugiere que, en lugar de imponerle más cadenas, Cuba debería abrazar por completo la economía privada y eliminar las restricciones artificiales al sector.
Después de analizar la agonía de la empresa estatal, debida sobre todo a la hipercentralización, el autor observa cómo ha florecido en cambio en la última década la economía privada cubana, con un crecimiento del número de cuentapropistas autorizados desde unos 150,000 en 2008 a casi 580,000 en 2017. Incluye asimismo a unos 200.000 usufructuarios y 50.000 pequeños propietarios de tierras, y a un número indeterminado de trabajadores del mercado informal. “Tomados en conjunto, hasta el 40 por ciento de la fuerza de trabajo cubana tiene al menos un pie en la economía privada”, afirma el académico.
Como el gobierno no publica datos sobre inversiones de la economía privada, Feinberg toma como indicador para determinar el monto de inversiones en el sector privado las remesas familiares enviadas desde el exterior.

La Moneda Cubana un restaurante privado en La Habana.
La Moneda Cubana un restaurante privado en La Habana.
“Si estimamos las remesas conservadoramente en $ 2 mil millones anuales y asumimos que las tasas de inversión equivalen a un 30 por ciento de esa cifra, en la economía privada de la isla se estarían invirtiendo unos $ 600 millones anuales (casualmente, la misma cantidad de inversión extranjera proyectada por el gobierno para 2018) a los que se podrían agregar otras inversiones procedentes de ahorros familiares y ganancias reinvertidas.
Al hacer un uso productivo de estas diversas fuentes de capital de inversión, la economía privada impulsa el crecimiento de la economía nacional, afirma el ensayista.
A falta de un desglose estatal-privado de la producción nacional, Feinberg y el economista del Banco Mundial Richard Newfarmer han calculado que en el sector del turismo la economía privada representa alrededor de un tercio de los ingresos, o unos $ 1.000 millones anuales, mientras que Emilio Morales, un especialista cubano presidente en Miami de The Havana Consulting Group, ha estimado que la economía privada genera alrededor del 18 por ciento del Producto Interno Bruto.
El autor considera que eran estas dramáticas tendencias las que tenían tan alarmado al gobierno en agosto de 2017, cuando dejó temporalmente de emitir nuevas licencias para muchas actividades previamente autorizadas; las autoridades dijeron que necesitaban revisar las regulaciones para evitar abusos y prevenir una acumulación indebida de riqueza privada.
Feinberg comenta que probablemente había preocupaciones más profundas, como que una creciente economía privada pudiera desafiar la hegemonía de la planificación central e incluso el monopolio político del Partido Comunista.

El gran salto a la expansión diversificada


Un hombre se corta el cabello en una barbería privada en La Habana (Cuba).
Un hombre se corta el cabello en una barbería privada en La Habana (Cuba).
El estudioso estadounidense apunta que el crecimiento de la economía privada cubana no ha sido sólo cuantitativo, sino también cualitativo. Las que comenzaran como miniempresas, en muchos casos se han convertido en auténticas pequeñas empresas, dotadas de planes comerciales formales, estrategias de mercadotecnia, un número significativo de empleados ─a tiempo completo y por contrato─ y una amplia diversidad de ofertas de productos.

Hostal La Nena, una casa particular que renta a turistas en Caibarién.
Hostal La Nena, una casa particular que renta a turistas en Caibarién.
Por ejemplo, casas particulares se han convertido en hoteles “boutique” de varias habitaciones; barberías se han convertido en peluquerías al estilo de Miami, y los negocios familiares de construcción han devenido cooperativas con decenas de miembros calificados. Las paladares (restaurantes de propiedad privada) han pasado de ofertar cenas familiares informales a convertirse enestablecimientos profesionales que sirven cocina de clase mundial. Familias con una sola máquina de hacer helados, con la que producían un puñado de sabores, han dado paso a atractivas heladerías con decenas de opciones.
El sector privado cubano, agrega el autor, ha alcanzado una masa crítica por la cual los propios emprendedores son consumidores de lo que en él se produce. Las agencias de publicidad, los servicios de contabilidad, los planificadores de eventos privados, los decoradores de interiores y los proveedores de servicios de guarderías atienden las necesidades de otros empresarios cubanos, de modo que ahora la actividad de los particulares se caracteriza por un ciclo de producción y consumo saludable y auto-reforzado.
La economía privada de Cuba, termina diciendo Feinberg, podría estar gestando ahora su próxima ola: hacia una expansión diversificada, en la que los emprendedores invertirían en sus propias cadenas de valor, estableciendo sucursales o franquicias, o diversificándose en líneas de negocios relacionadas con los que ya operan.
A menos que el gobierno lo prohíba.

Offshore, la cara oculta del socialismo cubano.

Offshore, la cara oculta del socialismo cubano.

Sede del Grupo de Administración Empresarial S.A., GAESA, un verdadero pulpo controlado por los militares

La estructura de lo que hoy se conoce como GAESA comenzó a formarse a principios de los 80.
LA HABANA - Para quienes lo sufrieron en carne propia, hablar del bistec de corteza de toronja para sustituir la carne animal, del jabón de baño hecho de grasa de cerdo y sosa cáustica, de las infusiones de plantas silvestres como único desayuno de un obrero que debía enfrentar más de 10 horas de jornada laboral, de extensos apagones que ocupaban el día y la noche, de niños y niñas que hambrientos y calzando zapatos rotos, saludaban en firme la bandera nacional y juraban dar la vida por el comunismo, más el caos psicosocial provocado por la división familiar, el éxodo masivo, las muertes y desapariciones en el Estrecho de la Florida constituyen solo una pequeña parte de ese paisaje aterrador que era Cuba a inicios de los años 90.
Fue así que comenzó el denominado por Fidel Castro “Período Especial en Tiempo de Paz”, una frase que no describe ni remotamente la profundidad de la crisis y sus consecuencias negativas para las personas de a pie. Para ese entonces la isla perdía el 80 por ciento de sus ingresos económicos, garantizados por los países socialistas, principalmente de Europa y que integraban el CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica), una entidad económica creada por los soviéticos.
Sin embargo, no todos en Cuba la pasaban mal. Por esa época el gobierno cubano optó por perfeccionar la misma estrategia que había mantenido con empresas offshore subordinadas a CIMEX y Havanatur, las cuales –al igual que las creadas con posterioridad a 1990– nunca fueron legalmente cubanas aun cuando eran operadas en el extranjero por funcionarios estatales.
Ténganse en cuenta que Havanatur, así como las otras offshore bajo CIMEX y las creadas durante el Período Especial surgieron mucho antes de aprobarse las primeras resoluciones para favorecer la inserción de capitales foráneos en la economía cubana, recogidas en la Primera Ley de Inversión Extranjera de mediados de los 90.

Para poder constituir empresas offshore después de 1990 (apenas enfriados los escándalos de las Causas 1 y 2) y que estas fuesen dirigidas en el extranjero por los “funcionarios confiables”, el gobierno creó Corporación Panamericana S.A., una compañía del Ministerio de Comercio Exterior, registrada en Panamá por el agente Mossack Fonseca con la misión de crear empresas fuera del país, según revelaron los Panama Papers.
Explica el abogado Pablo de Cuba que dicha entidad llegó a tener empresas offshore creadas en Panamá, Canadá, Inglaterra, Checoslovaquia, entre otros países, y que no solo se utilizó a Mossack Fonseca, sino a otros bufetes de abogados. Para ello se empleaba la estatal Consultoría Jurídica Internacional: “(…) el pulmón jurídico externo, el cual se utilizaba para lograr liquidez en el sistema cubano de comercio exterior y financiero”.
Papeles de Panamá reveló en su momento una lista de más de 25 empresas offshore creadas por Corporación Panamericana. Para su inscripción legal, Cuba contrató los servicios del abogado suizo Albert Louis Dupont Willemin, quien fundó además otros negocios que no se insertan en el entramado de Corporación Panamericana.
Algunos de ellos fueron Ardpoint Company Inc. y Curtdale Investments Limited, relacionadas en Papeles de Panamá con el grupo empresarial Tabacuba, debido a la aparición en varios documentos filtrados de Hernán Aguilar Parra, director de Tabacuba y exdiputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Dupont Willemin se le encargó la tarea de fundar, además, BioAsia Limited, sucursal vietnamita de Labiofam, aún en fase de desarrollo y de extensión hacia China y la India.
A pesar de las advertencias dentro de la comunidad científica y médica sobre incumplimientos de los estándares y alteración de las pruebas de los productos en animales y humanos, Labiofam, perteneciente al Ministerio de la Agricultura, se considera la mayor productora de medicamentos de origen natural de Cuba, dirigida hasta hace algunos años por José Antonio Fraga Castro, sobrino de Fidel y Raúl Castro.
En 2014, Fraga Castro dejaría de ocupar el cargo de director de Labiofam tras un escándalo mediático consecuencia de la fabricación de dos perfumes, Ernesto y Hugo, “inspirados” en Ernesto Guevara y Hugo Chávez, productos que jamás llegaron a comercializarse debido a la censura del Partido Comunista pero que, bajo otras denominaciones, pudieron llegar al mercado interno cubano.
Labiofam también fue el epicentro de otras crisis. Un año antes de su liberación como director de la entidad, Fraga Castro dio luz verde a negociaciones con el empresario rumano Ovidiu Tender, acusado de corrupción y lavado de dinero en Rumanía y actualmente en prisión.
Propietario del Grupo TENDER, Ovidio comercializaba los productos de Labiofam en Rusia, Europa del Este y África mediante dos estructuras económicas establecidas en Serbia: una fábrica de medicamentos y un Spa. Además, participó activamente dentro de Cuba en la fabricación de bombas para la extracción de petróleo y calderas para centrales azucareros y termoeléctricas, según información aparecida en el semanario Opciones, perteneciente al periódicoJuventud Rebelde, del 16 de noviembre de 2012.
Retornando al esquema de Corporación Panamericana, de inicios de los 90, se evidencia un gran número de offshores que ya no estaban subordinadas al Ministerio del Interior sino al Ministerio de Comercio Exterior y otros ministerios, como en el caso de Labiofam, una situación que pudiera denominarse “de tránsito”.
Según testigos protagonistas de lo ocurrido en aquel período, consultados por Cubanet, el Ministerio del Interior había sido tan purgado durante las causas 1 y 2 de 1989 que apenas había quedado personal que pudiera encargarse del control de más de medio millar de offshore dispersas por todo el planeta.
Tampoco el departamento económico de las Fuerzas Armadas estaba preparado para asumir semejante tarea de manera inmediata, mucho menos los demás departamentos, en pleno proceso de ocupación de los vacíos dejados en el Ministerio del Interior, a causa de la limpieza hecha por Raúl Castro, en aquel momento Ministro de las FAR. No podían destinar hombres. “soldados de confianza”, para reemplazar a los “defenestrados”.
A partir de este período, los funcionarios cargarían públicamente con la responsabilidad del fracaso o las glorias de las compañías creadas.


General de División Julio Casas Regueiro.
General de División Julio Casas Regueiro.
Pero, como hemos señalado, el traspaso del poder económico del MININT al Ministerio de Comercio Exterior no fue por largo tiempo. Si bien Corporación Panamericana y Dupont Willemin habían constituido el principal mecanismo empleado para el comercio exterior en la época, en el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cobraba fuerzas un proceso que, años más tarde, sería denominado “Perfeccionamiento Empresarial” y que concluyó con la formación del conglomerado empresarial cubano más grande en la actualidad: GAESA (Grupo de Administración Empresarial S.A.), así como con el trazado de los llamados “Lineamientos” que habrán de regir la política económica los años venideros.
La estructura de lo que hoy se conoce como GAESA y que en el vocabulario de los militares es tan solo “el GAE”, comenzó a formarse a principios de los 80 como parte del Departamento Económico del Ministerio de las Fuerzas Armadas, dirigido por el General de División Julio Casas Regueiro.
“Ellos (GAESA) empezaron tomando unos avioncitos viejos que salían del aeropuerto operativo de Baracoa para crear Aerogaviota. Y empezaron a ‘tirar’ con Aerogaviota para Nicaragua y parte del Caribe. Después tomaron el hotel Kohly de Nuevo Vedado —muy cerca de donde vive López Callejas- y fueron creciendo y apropiándose de los activos de otras empresas, entiéndase CIMEX, Cubanacán, etcétera. Absorbieron —más recientemente- Habaguanex. Eso no es otra cosa que el sultanato financiero raulista, así le puse yo”, dice Pablo de Cuba.
De GAESA se ha escrito abundantemente, no obstante, continúa siendo un misterio su verdadero papel en el manejo de los destinos de los cubanos. El conglomerado de empresas militares no cuenta con página oficial en Internet y sus trabajadores no pueden portar teléfonos celulares ni dispositivos de datos. Su sede central se encuentra en el Edificio de La Marina, en la Avenida del Puerto, en La Habana, pero muy pocos en Cuba conocen lo que realmente sucede o se gesta en su interior o el papel que juega y jugará en sus vidas durante los próximos años.

Nadie en Cuba conoce cuál es la frontera de lo que se puede tener o no. Se desconoce la cantidad de dinero que despierta las alarmas en el aparato policial del régimen.

Comandantes de la Revolución Guillermo García (i) y Ramiro Valdés
Nadie en Cuba conoce cuál es la frontera de lo que se puede tener o no. Se desconoce la cantidad de dinero que despierta las alarmas en el aparato policial del régimen.
Desde el piso veinte de un edificio próximo al malecón habanero las azules aguas del Océano Atlántico parecen que se pueden tocar con las manos. A esa altura no se divisa la desastrosa infraestructura de La Habana. Ni sus calles rotas, salideros de agua o los inmuebles despedazados por la mala gestión estatal.
Cuando Victor, dueño de un micro negocio de hospedaje se siente frustrado, se pasa una hora en el balcón con una taza de café observando la vista panorámica que ofrece su apartamento en el céntrico barrio del Vedado. Antes de comentar su preocupación por las presuntas nuevas medidas gubernamentales que frenarán el trabajo privado, con un peine de bolsillo se acoteja su pelo canoso y ralo.
“¿Tú sabes por qué Cuba no está inundada de frutas, alimentos y servicios de calidad?”, pregunta y antes de responder hace una pausa para saborear el café. “Pues por culpa del gobierno. Si el Estado no acosara a los particulares y, por el contrario, los potenciara, la producción agrícola, lechera, ganadera y el déficit de viviendas no fuera tan dramático como ahora. Son ellos lo que tienen que responder por esas deficiencias. Cada vez que hay tímidas aperturas se demuestra la creatividad de los privados. Si existiera un marco jurídico, tribunales imparciales y mercados mayoristas, los dueños de negocios no se vieran obligados a violar las leyes, tratar de pagar menos impuestos y practicar doble contabilidad”.
El emprendedor habanero renta su apartamento al equivalente de 50 dólares diarios, que serían 1,500 dólares al mes. Mil “Descontando los impuestos, me quedan limpios 1,100 dólares. Suficiente para los gastos de mi esposa y yo que vivimos en otro apartamento del mismo edificio. Mis hijos están en Miami. Con lo que ahorro, en otro tipo de sociedad, pudiera expandir mi negocio comprando viviendas en mal estado o subcontratando esos servicios a personas que desean rentar sus casas, pero no tienen recursos. Es el ciclo de los negocios. Ahorrar dinero, para luego invertir y ganar más. No veo ningún tipo de delito en esa intención. No sé por qué el gobierno nos quiere tener siempre viviendo en la pobreza”.
En el tercer acápite de los lineamientos económicos aprobados en 2010, una especie de hoja de ruta instituido por el régimen de Raúl Castro, se expone que no se permitirá la concentración de riquezas ni capitales a los cubanos de la Isla. Ocho años después, un segmento de los emprendedores particulares ha acumulado una cantidad de dinero, legalmente, con sutiles subterfugios o por debajo del tapete.
Onel, economista, considera que “entre 10 mil y 20 mil dueños de pequeños negocios han podido atesorar de 10 mil a 250 mil dólares, incluso algunos puedan haber amasado más de un millón de dólares. Sucede, que como en Cuba, la ganancia de capitales es un delito y te marcas como persona sospechosa o presunto delincuente, esas personas invierten en comprar casas a parientes, obras de arte o sacan el dinero del país, pues tienen familiares en el extranjero”, dice y añade:
“Entre ellos hay cubanos repatriados, que por tener un mayor capital a la hora de iniciar sus negocios y conocimientos de mercadotecnia, han generado ganancias con mayor celeridad. También cubanos que radican en Estados Unidos, que viven de la renta de sus negocios en la Isla o comparten ganancias con su familia”, señala el economista.
Tener una fortuna en Cuba es transitar por un campo minado. Cuando el cuentapropismo eran prohibido por la autocracia de los hermanos Castro, de manera clandestina administradores de empresas, almacenes y restaurantes hacían dinero a mano llena robándole al Estado. La mayoría de los cubanos no perciben que los medios de producción son propiedad de todos, como reza la teoría marxista. Y a la primera ocasión, lo defraudan para poder sobrevivir en las duras condiciones del socialismo criollo.
Carlos, residente en la Florida, recuerda que “la primera vez que reuní medio millón de pesos, entonces la tasa cambiaria, de manera artificial equiparaba al peso con el dólar, tiré el dinero encima del colchón de mi habitación y dormí encima de los fajos de billetes”, cuenta con una sonrisa en un restaurante de Miami.
“Era jefe de almacén en un hotel de lujo. Vendía cualquier cosa por la izquierda. Luego, el dinero que ganaba, lo cambiaba en dólares a uno por uno con la jefa de contabilidad del hotel. Un negociazo. Mi plan era llenar los bolsillos y largarme de aquella mierda. Tengo amigos que se creyeron que podían ser millonarios en Cuba y pararon en la cárcel. Como Roberto, ex administrador de la heladería Ward, en la Avenida Santa Catalina”, señala Carlos y agrega:
“Roberto explotó por la envidia típica de los altos dirigentes. Tenía un Lada mejor que el de los pinchos. Una mañana, transitando por la Avenida Boyeros, Ramiro Valdés, entonces Ministro del Interior, observó que un escolta saludaba a Roberto cuando pasaba por su lado. Le preguntó quién era ese tipo y el guardaespaldas le dijo que era un compañero de la Seguridad del Estado. Ramiro averiguó y descubrió que era un simple administrador corrupto y acabó con él. Es una casta muy envidiosa, si presumes tener más que ellos, te hacen la vida imposible. Solo ellos pueden ser ricos”.
Nadie en Cuba conoce cuál es la frontera de lo que se puede tener o no. Se desconoce la cantidad de dinero que despierta las alarmas en el aparato policial del régimen. “En los estatutos no está recogida la cantidad determinada de dinero que infrinja las leyes. Por ejemplo, Silvio Rodríguez, Alicia Alonso o el pelotero Alfredo Despaigne, que juega en una liga profesional en Japón y tiene un salario millonario, tienen cifras de seis ceros y nadie los impugna por delitos económicos. La razón es de carácter ideológico. Si quienes hacen dinero están dentro del aparato o cumplen las reglas del gobierno, se les permite. Si ganan plata por esfuerzo propio, siempre serán sospechosos”, opina Beatriz, abogada.
En la Isla, adquirir determinados bienes materiales puede encasillar a un ciudadano como sospechoso de ‘enriquecimiento ilícito’. “Yo me dedicaba a vender aseo y ropa. Llegué a reunir el dinero suficiente para erigir mi propio negocio. Tenía dos aires acondicionados, tres televisores de plasma, varios electrodomésticos además de reparar mi casa. Me abrieron un expediente por violar las leyes, es decir vender sin la licencia requerida, me decomisaron todas las mercancías y electrodomésticos, alegando que habían sido adquiridos con dinero mal habido. Por último, me sancionaron a tres años de prisión”, cuenta Luis Alberto, vecino del municipio Diez de Octubre.
Los que acumulan alguna cantidad importante de capital intentan volar por debajo del radar. Nada de comprarse fastuosas mansiones en Miramar o Siboney. Tampoco autos de última generación o un yate. Es exponerse demasiado a la lupa pública en una sociedad de ordeno y mando.
En Cuba, el club de los ricos, suele vestirse preferentemente de verde olivo.

Raúl Castro cambiará la Constitución para aumentar el poder del Partido Comunista en la Isla.

Raúl Castro cambiará la Constitución para aumentar el poder del Partido Comunista en la Isla.

Los días pasan, se acerca el 19 de abril, y el Gobierno cubano da los últimos pasos para asegurar ―no solo el traspaso de la presidencia en Cuba― sino también el futuro del engranaje político, y ello pasa por llevar a cabo una reforma constitucional que buscaría “atornillar”, todavía más, el poder del Partido Comunista en la Isla, y hacerlo bajo la apariencia de reflejar en la Carta Magna “las principales transformaciones económicas, políticas y sociales derivadas de los acuerdos aprobados" en los dos últimos congresos del PCC.

Tras dos recientes jornadas presididas por Raúl Castro , su Buró Político avanza en la prometida reforma constitucional en la que "el socialismo seguirá siendo irrevocable y el PCC mantendrá con los nuevos gobiernos su papel dirigente en la sociedad".

Hay que recordar que, aunque el vicepresidente Miguel Díaz-Canel  se convertirá ―presumiblemente― en el nuevo presidente del país, en realidad lo hará bajo la estrecha supervisión del propio Raúl, quien se mantendrá al frente del partido durante tres años más.

Castro asumió en el reciente pleno del PCC una actitud autocomplaciente y recalcó que “a pesar de los errores e insuficiencias reconocidas en este pleno, la situación es más favorable que hace algunos años". Asimismo reiteró la “total confianza en el futuro", siempre a la sombra de un "espíritu de resistencia y combatividad".  

La pregunta, según destaca el diario español El Mundo, es si los cubanos comparten realmente esa misma confianza que Raúl Castro

"Las expectativas económicas siguen sin ser favorables, principalmente por la crisis venezolana. Hasta el momento el turismoy el sector privado han amortiguado parcialmente los impactos del shock venezolano, pero faltan más reformas para que el país logre sostener una tasa de crecimiento decente y logre una nueva forma de inserción internacional", destacó al citado diario, Pavel Videl, antiguo funcionario del Banco Central de Cuba.

Cuba vive no solo en dos monedas distintas sino también bajo dos percepciones diferentes del día a día: la del Gobierno (mayormente triunfalista) y la de la sociedad (ahogada por restricciones de todo tipo), a la que le urge cambios importantes.  

En este sentido, la unificación monetaria continúa siendo la principal prioridad  y varios expertos reclaman la necesidad ―devenida a estas alturas ya en "urgencia"― de la unificación monetaria entre el peso cubano y el peso convertible (CUC), que impide el avance del país, y que divide a los cubanos en dos clases sociales con marcadas diferencias en lo que respecta a calidad de vida.

La construcción de viviendas también se han convertido en otro de los caballos de batalla en la Isla, ante la enorme crisis habitacional, aumentada por los huracanes, pero cuyos males principales nacen fundamentalmente del mal estado de conservación y de la carencia de nuevas construcciones. 


El propio Gobierno de Cuba reconoció en julio de 2017 que en el país había un déficit de 880.000 viviendas, situación que empeoró notablemente tras el paso del huracán Irma, que causó daños en otras 158.554 casas, de ellas, 14.657 fueron derrumbes totales. 

Por último, entre los grandes proyectos de revitalización económica emprendidos por Raúl Castro se encuentra el incremento en la apertura al capital extranjero y la ampliación del sector privado, aunque siempre de la mano de una elevada carga de regulaciones.

Cuba se prepara para un traspaso de presidente y para asegurar en la Constitución de la República, el engranaje que garantice la continuidad, sin embargo, no son pocos los medios de prensa internacionales que se preguntan, por estos días, en qué momento los cubanos verdaderamente podrán mudar de realidad y avanzar.


viernes, 6 de abril de 2018

CONCEJALA BRASILERA QUE SE OPONÍA A LA INTERVENCIÓN DEL EJÉRCITO FUE ASESINADA A TIROS EN RÍO DE JANEIRO.

CONCEJALA BRASILERA QUE SE OPONÍA A LA INTERVENCIÓN DEL EJÉRCITO FUE ASESINADA A TIROS EN RÍO DE JANEIRO.
El asesinato de la defensora de derechos humanos y concejal, Marielle Franco, reconocida por denunciar los abusos policiales y las ejecuciones extrajudiciales en Brasil, el pasado 14 de marzo, es un crimen que debe ser completamente investigado.
Este hecho espeluznante es un ejemplo más de los peligros a que se enfrentan las defensoras y los defensores de los derechos humanos en Brasil.
Las autoridades brasileñas deben velar por que se realicen investigaciones prontas, exhaustivas e imparciales sobre estos trágicos asesinatos. El Estado debe proteger a los sobrevivientes y testigos, identificar las causas del asesinato de Marielle y llevar ante la justicia a los culpables.
El gobierno brasileño no puede permanecer inmóvil y dejar que los defensores de derechos humanos sean asesinados impunemente.
¡NO SEAS INDIFERENTE ANTE LA VIOLENCIA! ¡SÉ PARTE DEL CAMBIO!