Sobre los éxodos y los oxidados



Después de algunos años de ir avisando poco a poco que la situación de emergencia y crisis se agravaba en los países de Centroamérica, hemos llegado a un momento de quiebre donde el contexto político, la situación de vulnerabilidad de las personas, que se ha vuelto más extrema y, a su vez, la participación dinámica de los medios de comunicación masiva, han formado el nuevo paradigma de la migración en América del Norte y del Sur.

A los que han querido llamar invisibles, hoy están colaborando en los contextos locales para visibilizar la falta de legitimidad e inoperatividad de los gobiernos frente a una emergencia humana. Lo que está ocurriendo hoy en latinoamerica es una lucha constante de conflictos éticos para el trabajo humanitario en un contexto urbano; los invisibles hoy dan pasos en un lugar donde la asistencia pareciera venir acompañada de fotografías y medios de comunicación enardecidos por el amarillismo que provoca documentar la vulnerabilidad.

La solidaridad es indudable y admirable en una comunidad que también vive en alta desigualdad y que aún está sensible a los desastres de origen natural que han ocurrido en el 2017; lo que vemos hoy es nuevamente una emergencia humanitaria, con características muy distintas, y lo que nos pide es aportar desde la paz el reconstruir una comunidad de aproximadamente 5,500 personas que salieron por un miedo que impacta en su derecho a la vida digna y que, en su mayoría, son consecuencia de algo que desde hace 30 años va caminando en la región.

Hoy día tenemos a nuestra disposición distintos documentos, manuales y normas internacionales que nos ayudan a tener una base mínima de respuesta humanitaria que nos ayuda a dar una lectura distinta de cómo ayudar a las personas y cuál es el impacto que debiéramos estar buscando cuando queremos hacer algo por alguien desde un enfoque humanitario. El día 6 de noviembre de este año se publicó la actualización del Manual Esfera, que puede ser una referencia para gobiernos y sociedad civil que quiera ayudar a transformar la situación de vulnerabilidad de las personas.


Las caravanas seguirán moviéndose y vendrán otras, con más o menos fuerza, pero sabemos que, al día de hoy, aún estamos a tiempo de realmente atender una emergencia humanitaria que reconstruye nuestras formas de interactuar con el otro. Debemos ser justos y llamar la atención a la terrible respuesta que se ha brindado desde los distintos órdenes de gobierno. Una estructura oxidada no tiene las capacidades de entender un éxodo que nos tiene que hacer reflexionar acerca de hacia dónde queremos mirar los estados nacionales.


 El autor es fundador de Movimiento Unido Por La Defensa De Los Derechos Humanos (MUDDH)  y presidente de su Consejo directivo.

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