Nada de nada, los cubanos no tenemos nada y, lo que es peor, en Cuba somos nada


Es triste, duele reconocerlo, parte el alma en muchos pedazos, se nos atoran las palabras como buche amargo pero, en realidad: ¿Qué valor tenemos los cubanos, en la Cuba castrista, en el orden económico, político y social?

Algunos bien dotados de pensamiento, cabezones, con su materia gris completica, es decir, con todas sus neuronas engrasaditas y “listas para vencer”, me dirán que los seres cubanos no tienen valor específico, que la “plusvalía humana” no puede cuantificarse porque en estos tiempos que vivimos la “esclavitud” fue eliminada y toiticos los mortales somos libres para decidir, para pensar y para soñar.

¡Ah, bueno, que cada cual cargue con su pesa’o y se lo acomode donde más le guste!

Pero es obvio que cuando yo hablo del valor, de la valía o de la cuantía de un ser cubano, en esa Cuba castro-comunista, no me refiero al precio, ni a su peso en oro, ni a un cartelito de “se vende” colgándole del cuello, ni a cambio dos o tres tías del comité por una de la “comunidad cubana en el exterior”, no, nada de eso, cuando yo me refiero al valor real que tenemos los cubanos, en ese país dominado por la peor tiranía de la historia, lo hago pensando en la importancia, en el reconocimiento, en el respeto que nos muestran como a individuos, como a personas, como a simples mortales, como a ciudadanos de ley y, lo más significativo, como a seres cubanos hechos y derechos.



Porque, para los que no se han dado cuenta, o quienes quieren permanecer con sus ojitos repletos de revolucionarias lagañas del 26 de Julio, nosotros los seres cubanos, con esa maldita revolución del picadillo, desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, nos hemos devaluado muchísimo, nos hemos “abaratado” tanto, que hoy somos la “calderilla” que utiliza ese régimen de los mil demonios para satisfacer sus pérfidos planes de auto-enriquecimiento ilícito pues para ellos no somos más que platicos desechables de primera mano y de segunda mesa.

Y es que no hay que ser muy “avispa’o” para entender que esa maldita maquinaria de producir hambre, miseria e indigencia, llamada socialismo, nos trata a todos nosotros como a esclavos, nos roba hasta las poquitísimas gotas de alma que nos dejan aun cuando ya no les servimos, nos subvaloran como si fuéramos ciudadanos sin pasaportes, sin permiso de trabajo, sin opciones, sin derecho a protestar, sin respeto, sin dignidad y sin estima o auto-estima.



Y la prueba está en el trato que hemos recibido durante estos más de sesenta larguísimos años de martirio, de martillo y de hoz comunistas, en las doce pruebas de Hércules, digo, de fidel castro, que nos hemos tenido que disparar para, total, después de vencerlas, una detrás de la otra, con sangre, sudor y muchas lágrimas, comprobar que cualquier extranjero, cualquier “yuma” o cualquier turista, es más importante que nosotros, tiene más opciones que nosotros y come lo que nosotros tenemos prohibido porque, compañeros, primero salvaremos la revolución, el socialismo, a fidel, la economía de la patria y, si queda un alguito, compañeros, lo repartiremos revolucionariamente, equitativamente e igualitico pa’ tol mundo, por la libreta de racionamiento.

Una preguntica como los locos: ¿Si fidel castro está muerto y lo quemaron en lo oscuro a morir como un traidor, quién se “come” su parte?

Dice mi amiga la cínica que como uno se comporta en la vida así lo tratan. Que está bien que al “principio” la mayoría fuimos engañados y caímos en el jamo de los peces tontos nadando como idiotas para morir en la orilla, pero que a estas alturas del partido, más de sesenta años después del silbatazo inicial, ya estamos bien “creciditos”, nos la hemos visto “prieta” por los abusos, la represión, el desastre universal y los mondongos literalmente afuera gracias a una revolución que te aprieta, te ahoga, te machuca y te vuelve a apretar, a ahogar y a machucar, como el ciclo sin fin de aquellas lavadoras soviéticas de los setentas y los ochentas del siglo pasado.

Ahora, una vez más, porque esto que estamos sufriendo como pueblo no es nuevo, es otro “remake” comunista por ser tan “pioneritos”, los seres cubanos estamos condenados a vivir entre la espada y la pared, por un lado nos acechan los “bichitos” chinos microscópicos esos y por el otro el hambre, sí, “compañeros”, un hambre de tres pares de cojo… que no cree ni en la madre que la parió y que, desgraciadamente, nos vuelve osados, desafiantes, agresivos y violentos, pero contra nosotros mismos.

by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

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