Mostrando entradas con la etiqueta exilio cubano. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta exilio cubano. Mostrar todas las entradas

lunes, 12 de julio de 2021

Joe Biden: protestas en Cuba son "valiente" llamada a la "libertad"




Biden, durante su discurso con motivo del Día de la Independencia, el pasado 4 de julio.

Después de que Putin advirtiera contra cualquier posible "injerencia extranjera" en Cuba, el propio presidente cubano Díaz-Canel acusa a Estados Unidos de tratar de provocar "estallidos sociales" en la isla.

El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó este lunes (12.07.2021) su apoyo al pueblo cubano en medio de las protestas surgidas en la isla caribeña, que calificó como una llamada a "la libertad" en "valiente" ejercicio de "derechos fundamentales". "El pueblo cubano está ejerciendo con valentía derechos fundamentales y universales", indicó Biden en un comunicado divulgado por la Casa Blanca.


Biden pidió, asimismo, respeto "al derecho a la protesta pacífica y el derecho de determinar su propio futuro" del pueblo cubano. "Estados Unidos llama al régimen cubano a escuchar a su pueblo y servir a sus necesidades en este momento clave en lugar de enriquecerse a sí mismos", concluyó.
El propio Díaz-Canel, de nuevo en televisión


El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, volvió a aparecer en la televisión pública cubana, después de que ya lo hiciera ayer mientras se formaban las históricas manifestaciones que llamó a "combatir", para denunciar que Estados Unidos pretende provocar "estallidos sociales" en Cuba. En una transmisión en directo en la televisión, el mandatario dijo que su gobierno ha tratado de "enfrentar y de vencer" las dificultades "ante una política de asfixia económica para provocar estallidos sociales en el país".


Antes, el mandatario ruso Vladimir Putin había advertido contra los intentos de "injerencia extranjera" en la isla. En el mismo sentido se ha expresado después el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, que pidió por su parte que las protestas desatadas en Cuba se resuelvan mediante el "diálogo" y rechazó la violencia, así como el "intervencionismo" de países extranjeros y de medios de comunicación. Asimismo, criticó que ha habido "un despliegue informativo inusual" de las protestas cubanas promovido "por quienes no están de acuerdo con las políticas del Gobierno de Cuba".
López Obrador, contra el "intervencionismo"


"Quiero expresar mi solidaridad con el pueblo cubano, creo que debe buscarse una salida mediante el diálogo, sin el uso de la fuerza, sin la confrontación, sin violencia. Tienen que ser los cubanos los que decidan porque Cuba es un país libre, independiente y soberano", expresó durante su rueda de prensa matutina en el suroriental estado de Tabasco.


Igual que con la crisis venezolana, el presidente mexicano, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), abogó por los principios de "no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias" establecidos en la Constitución mexicana. Cuestionado sobre el llamado de Díaz-Canel a enfrentar a los manifestantes, López Obrador respondió que "es un asunto de política interna de Cuba".
Bolsonaro, en la línea de Biden


El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, había lamentado la jornada de represión con que vivió ayer Cuba. "El día de ayer fue muy triste por lo que pasó en Cuba. Uno nunca cree que va a llegar a ese punto y que va a tener problemas como tienen otros países por aquí", declaró Bolsonaro en su saludo a simpatizantes que lo esperaban su salida en el Palacio da Alvorada, la residencia presidencial.


"El pueblo fue a pedir cuatro cosas: alimentos (...) electricidad - porque el petróleo que iba de Venezuela está cayendo bastante y la fuente de energía de ellos es esa que viene de combustibles fósiles- (...) internet -que no existe-, y libertad, y recibieron balas de goma, golpes y prisión", dijo Bolsonaro. En la misma línea que ambos se expresaron el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, y la comisionada residente en Washington, DC, Jenniffer González, que expresaron su solidaridad con el pueblo cubano.

jueves, 6 de mayo de 2021

Los cubanos también viajan en caravana por Centroamérica



Segun un reportaje de 24FRANCE Los cubanos también viajan en caravana por Centroamérica.

Llegar en balsa a Estados Unidos ya no es una opción para los cubanos. Con la cancelación hace más de dos años de la política 'pies secos, pies mojados', quienes buscan migrar lo hacen por otra ruta. Ahora, además de los centroamericanos, los cubanos se concentran en la frontera entre México y Estados Unidos a la espera de una respuesta a sus solicitudes de asilo.


El destino: Estados Unidos. Miles de cubanos salen de su país para buscar una nueva oportunidad de vida. Algunos aprovechan los permisos de viaje hacia algunos países de Centroamérica para comenzar la travesía a pie desde allí, otros escogen un camino mucho más largo desde Suramérica.

En esa migración pasan por Colombia y llegan hasta el noroccidente del país en los límites con Panamá. En ese sitio se enfrentan a una espesa, calurosa y peligrosa selva conocida como el Tapón del Darién. Son 575.000 hectáreas de bosque sin caminos, donde atraviesan ríos, desafían la humedad y enfrentan a los ladrones que se topan por el camino. Pero a algunos, no les importa .“Yo la pasaría 300 veces con tal de no vivir en el comunismo, asegura Adniel Góngora, migrante cubano desde Bajo Chiquito, en Panamá.

Después de recorrer cientos de kilómetros quedan varados en México. Las trabas administrativas del Gobierno de Donald Trump hacen que la espera se alargue hasta cinco semanas por una respuesta. "Durante noviembre, diciembre, enero e incluso febrero, el número de personas fluctuó significativamente. A veces 30, a veces 120, otras 180", asegura Enrique Valenzuela, vocero del Gobierno de Michoacán en México.

Sin que 'pies secos, pies mojados' sea una opción para los migrantes, nada detiene el flujo migratorio hacia Estados Unidos.

+ Y el dato de migración de la semana: 7.724 migrantes latinoamericanos, asiáticos y africanos llegaron a Panamá cruzando el Tapón del Darién en lo corrido de 2019. 1.151 son niños.


viernes, 19 de junio de 2020

Revolución 60


Uno de los grandes dramas de la Cuba revolucionaria ha sido el exilio de cientos de miles de sus ciudadanos. Delitos cometidos en el pasado, desavenencias políticas, precariedades económicas, búsquedas de otros horizontes, reunificaciones familiares y hasta cansancio histórico: razones de todo tipo los han impulsado a esa aventura que comenzó desde el mismo año 1959. 

A lo largo de seis décadas intensas, el sur del estado de Florida, en Estados Unidos, Ecuador, Chile, Suriname, Guyana, Panama, Españ, ha sido el destino más recurrido de esos emigrados, que llegan a sumar la quinta parte de la población de la isla y que han desgajado a prácticamente cada familia del país. Allí se han agrupado y definido por épocas y acontecimientos. 

Según el momento, han sido llamados el “exilio histórico”, el “éxodo del Mariel” o “los marielitos”, “los balseros de 1994”, “los quedados”. Movidos mayormente por razones políticas (sobre todo los primeros, por la década de los sesenta) o por la búsqueda de mejoras económicas (balseros y quedados, todavía hoy), algunas de sus motivaciones pueden ser intercambiables o se manifiestan como una mezcla de ellas. 

Para todos esos cubanos que partieron de su país existe, sin embargo, un elemento que los aglutina y caracteriza: el desgarramiento, que muchos han combatido con una actitud similar: vivir fuera de Cuba mirando hacia Cuba. O como diría un colega escritor —también exiliado y refiriendo su propia experiencia—: “El problema de los cubanos es que ni yéndonos de Cuba nos vamos de Cuba”. 

Aun cuando por decisión decisión involuntaria yo haya decidido salir de la isla como testigo cercano de este proceso de desarraigo, cada vez que recorro las calles de la ciudad de Copiapo, en Chile, se me revelan las proporciones de un drama espiritual. 

De la década de los sesenta a los ochenta y a la actualidad, muchos paises han acogido y brindado oportunidades de libertad a los refugiados que llegaban apenas con un par de maletas de ropa. Gracias a la cantidad de “factorías” que entonces existían en la ciudad, cubanos de todas las profesiones y niveles educacionales comenzaron la ardua reconstrucción de sus existencias hasta reconvertir su localidad en un reservorio cultural de los modos y costumbres de su país natal. 

La nostalgia funcionó entre ellos como un estado de ánimo y también como una industria necesaria. 

La relación de los emigrantes cubanos con su país de origen también ha cambiado a lo largo de tan dilatado periodo histórico. Los que partían al exilio en la década de los sesenta y en la actualidad dejaban y dejan la sensación de que entraban en una dimensión inalcanzable del tiempo y el espacio sin posibilidad de retorno. 

Todavía puedo recordar la tarde del 10 de noviembre del 2016 en la que me despedi a uno de mis familiares frente a la casa de mis abuelos, en nuestro barrio santaclareño. Todos teníamos la sensación de que nos veíamos por última vez y, más que el júbilo, afloraba el dolor de un desmembramiento sin remedio. 

La experiencia del exilio ha sido una calle de doble sentido. Todos hemos sido tocados por su drama en alguna parte —o en muchas— de nuestras sensibilidades e historias individuales: los que partieron, desde el desarraigo; los que permanecimos, desde una sensación de pérdida. 

Muchos de mis compatriotas salidos al exilio han logrado un notable éxito de adaptacion y no se arrepienten de sus decisiones. Pero que vivan mirando hacia atrás advierte que hay heridas que no cierran. Muchos de ellos no han dejado de sentirse “refugiados” y Cuba flota sobre todas sus plegarias, maldiciones o nostalgias, dichas en silencio o gritadas en público. Al fin y al cabo, son seres con la historia y el corazón partido.

Y aunque pocos de ellos optarían en algún momento por regresar a vivir en Cuba, el hecho de que arrastren a la isla consigo los define y, curiosamente, los fortalece: esa certeza forma parte de sus actitudes y de su orgullo. 

Como los flamencos rosados de cuba que imigran, muchos de mis compatriotas otean en el horizonte y, aunque no emprendan el vuelo de regreso, saben de dónde son y por eso son como son: cubanos en un exilio en el que tantos han reconstruido sus vidas y en el que a tantos ya se les ha ido la vida. 

La cara fea del exilio para muchos cubanos

La mayoría de los migrantes actuales provenientes de la isla llegan solos y sin familia y, cuando se acercan las fechas navideñas, el sentimiento de estar solos y sin apoyo se incrementa. 

La llegada de inmigrantes cubanos a otros paises, está marcada por la soledad, la incertidumbre y muchas veces por el desamparo de encontrase en un país ajeno. 

Yo, Reinaldo Rodriguez Hernandez, cubano de 27 años y que llevo cuatro años fuera de Cuba, les comento que las causas de mi salida de Cuba "fueron las mismas que las de muchos cubanos". "El sistema no es el que más nos conviene a todos, no tenemos un gran futuro allí", no hay libertad de expresion, de ideologia politica, las personas que como yo tenemos una forma diferente de pensar vivimos el peor martirio de nuestra existencia. 

La mayoría de los exiliados llegan solos y sin familia, como es mi caso, que dejé a toda mi familia en la isla cuando partí desde Cuba, atravesando toda Centroamérica hasta alcanzar hoy Chile, donde cruce la frontera con Peru y me dirigí a Copiapo, Atacama. 

A lo largo de mi historia, Chile ha recibido varios éxodos de migrantes cubanos.

Debido a esos movimientos migratorios, en ciudades dentro del pais, surgieron organizaciones como ONG-MUDDH, que no quieren que estas situaciones queden en el olvido, "no tanto por las personas que llegaron, sino por los que no lo hicieron".

En la llegada de los inmigrantes cubanos a otros paises, las familias cuentan con un papel muy importante, ya que los acogen y ayudan. 

Pero quienes llegan sin vínculos parentales, "se encuentran en la calle, con unas esperas de hasta tres meses para ser procesados, sin tener un lugar donde estar, y ahí es donde entramos nosotros", los migrantes que ayudan y apoyan a otros en nuestra misma situacion.

Cando se acerca la Navidad el sentimiento de estar solos y sin apoyo se incrementa y es muy dificil. "Es una fecha bastante dura, pero aquí hemos hecho una familia".

Los exiliados cubanos llegan la mayor parte de las veces en situaciones extremas, sin un lugar donde quedarse, sin dinero y sin comida. 

"En Chile estuve de aquí para allí hasta que logré chocar con otros cubanos que me ayudaron y en conjunto con varias personas nacionales chilenas que me dieron luz y esperanza para levantarme del suelo. (...) Yo me quedaba en la calle, muchas veces me quedaba durmiendo en el parque, en pleno invierno, bastante trabajoso, no se lo deseo a nadie".

Yo ya estoy cansado de tanta desilusión: Mi pueblo cubano se merecía otro destino, otro final, por sus sacrificios, por sus ideas, por su lucha de estos años. 

El exilio cubano, formado por los ciudadanos de la isla caribeña que huyeron del régimen de Fidel Castro, de Raul Castro, y de Dias-Canel, es la historia de un destierro siempre doloroso, pero también proyecta el relato de una adaptación exitosa a un entorno muchas veces difícil y ajeno. 

Pero, por mucho que nos "adaptemos al pais en que vivimos", seguimos celebrando "Los Quince" años de nuestras hijas, adoramos la guayabera, la vestimenta que imprime auténtico carácter, la partida de dominó es, para nosotros, pasatiempo e icono de nuestra "cubanía" y nuestra comida predilecta continúa siendo el lechón asado con congrí. 

Tampoco olvidamos a quien sumió a Cuba en lo que calificamos de tiranía, Fidel Castro. 


by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ


jueves, 18 de junio de 2020

INFORMES DE REPRESIÓN

INFORMES DE REPRESIÓN

Informes Mensuales de Represión Política en Cuba


2019


2018


 2017


2016


2015


2014


2013


2012


2011


2010


Todas las cosas que destruyó la Revolución Cubana en 60 años de dictadura

En estos últimos sesenta años el pueblo de América Latina que menos ha progresado ha sido Cuba, mientras, ha retrocedido a los tiempos más oscuros de la Edad Media en lo que respecta a derechos, libertades ciudadanas y condiciones de vida de su población.
Cierto que en la mayor de las Antillas 21.900 día atrás tampoco había democracia, sin embargo, aunque no es consuelo, la economía estaba pujante y las condiciones materiales de vida y sociales, en franco progreso.
Infortunadamente, en las últimas elecciones plurales de su historia, según observadores de la época, el gobierno cometió fraude. Si bien, en menos de dos meses dejó un vacío de poder que ocupó la tiranía más cruel e ineficiente de toda la historia americana.
En estos 720 meses desaparecieron los partidos políticos y todos los organismos de la sociedad civil. Se estableció un absoluto control sobre los medios de comunicación y la educación. Las tradiciones fueron quebradas. La gestión económica se estatizó hasta destruir la economía nacional y empobrecer a niveles sin precedentes a la población.
Se militarizó la sociedad, al extremo de que la calificación de desertor se le asigna a quien abandone una delegación oficial, así sea un artista, un deportista o un médico. La intolerancia y la sumisión a las consignas fueron las nuevas normas. Se impuso un paradigma nacional que promovía el odio y el tableteo de las ametralladoras.
Decenas de miles fueron a prisión. Miles más partieron al exilio. La libertad intelectual desapareció. Se estableció un estricto control de los medios de información. Las religiones enclaustradas en sus templos. Una especie de nueva devoción impuso sus propias tradiciones, cultos, lutos y fiestas.
Sin dudas, la destrucción del país y la profunda crisis de nacionalidad que enfrenta Cuba es consecuencia de la visión mesiánica que Fidel Castro tenía de sí mismo, delirio que se acrecentó al triunfo de la insurrección por el amplio respaldo popular a sus propuestas y la adoración a su persona que rendía la mayoría de la población, incluyendo notables personalidades de la clase dirigente en la que destacaban industriales, ganaderos, artistas, periodistas y hasta figuras de la política nacional.
Para sorpresa de cualquier observador no contaminado por el influjo de la ilusoria épica de la Sierra Maestra y para los que miran en el presente retrospectivamente los meses iniciales del proceso, es inconcebible que el discurso de populismo extremo del nuevo caudillo pudiera cautivar por igual al pueblo llano y a las elites económicas y políticas. Era un festín de fe en la que los iniciados acataban devotamente los mandatos de la Revolución y Fidel, el único con derecho a interpretar las necesidades de la patria.
Quizás toda esa popularidad hizo que Castro se viera a sí mismo como un José Stalin construyendo la Unión Soviética o mejor, Adolfo Hitler, su modelo para acceder al poder por medio de la violencia. Es posible que fuera entonces cuando se imaginó construyendo una especie de Tercer Reich dinástico con él como referente clave, una monstruosidad que penosamente y por desgracia lo sobrevive.
Castro agarró el poder con todo su cuerpo, al extremo que pudiera decirse que lo engulló. Construyó una maquinaria represiva para garantizar su autoridad y extenderla a todas las dimensiones. Dispuso sobre vida y obra. Fue político, ejecutor, ingeniero, biólogo, estratega militar, consejero de familia, constructor, juez y verdugo, especialista en todas las disciplinas y excepcionalmente capacitado para implementarlas.
Los abusos del régimen generaron una oposición sin precedentes que se gestó y manifestó en el mismo año del triunfo de la insurrección, porque en justicia, ante la mayoría que ciegamente se entregaba al pérfido tirano, una minoría sin las condiciones necesarias, en contra del más elemental sentido común, pero comprometidos con los ideales democráticos, inició un proceso de confrontación que no ha cejado nunca en su empeño por terminar con la opresión.
La lucha en aquellos primeros años fue a sangre y fuego. Hombres y mujeres se alzaron en armas en llanos y montañas de todas las provincias. Un poderoso movimiento clandestino se orquestó en todo el país con el apoyo decidido de quienes habían partido al exilio, muchos de los cuales retornaron con las armas en las manos entregando sus vidas a sus ideales.
La resistencia que se inició en 1959, dentro de la isla como en el exterior, ha marcado pautas trascendentes. El resultado ha sido cruento. Miles de fusilados, cientos de miles han pasado por las prisiones, otros tantos marcharon al exilio, el ostracismo interno es también numeroso.
La dictadura ha durado 60 años, pero los que se le oponen llevan el mismo tiempo de lucha en su contra. Una muestra: en todos estos años la prisión política ha estado presente. Mientras no haya libertad, habrá resistencia.
by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

martes, 16 de junio de 2020

Cuba: Un país herido de muerte por la hipertrofia comunista y el miedo de su pueblo.


Me han escrito algunas personas-castristas muy molestas, histéricas, bravísimas, cuchillo en boca, prestas a “abordarme” y “matarme”, ofendidas y llorosas porque dicen que yo nada mas sé sacarle los trapos sucios a la revolución del picadillo: “Con tanto que hizo la revolución por ti y mira cómo le pagas”.

Terrible, a estas alturas del partido, y con esa cantaleta…

Por eso yo siempre digo que el que nace pa’ comunista del cielo le caen las consignas, los letreros, las marchas, el hambre y las patadas por el c…

Y desde aquí, desde mi rincón de pensar, puedo olerles la intolerancia, el churre ideológico, la costra-castro-castrista, el alma empercudida y la lengua hedionda de tanto comer pancartas con los viva fidel, te extraño mucho comandante, socialismo, estamos más muertos que vivos y somos la continuidad del hambre, la miseria y la agonía.



Estos individuos me atacan por chat o dejan sus comentarios soeces y repugnantes al pie de mis publicaciones, me critican con “fervor patriótico” porque según ellos todo lo que hablo sobre Cuba es malo, malísimo, sin fundamento, con un odio que me brota de las entrañas y que no puedo disimular.

Definitivamente, para estos castristas, la mayoría camuflados en un exilio al que ultrajan con total desfachatez ultramarina, la Patria se ha convertido en una mala palabra, no saben defender una idea si no es con ataques personales o palabrotas del segmento mundano y vital.

Tratan, quieren reeducarme en las artes del “comportamiento socialista” y me dicen que los problemas de la Cuba de fidel no se ventilan públicamente: “Tienes una lengua muy viperina… desgracia’o, eres un hijo de puta y un gusano muy retorcido, no ves que la imagen que das de tu país es muy negativa”.



Además me escriben otros horrores, que no puedo mencionar aquí por respeto, y me ponen nuevo, nuevecito, como si me dieran un mitin de repudio pero “online”.

Entonces yo pregunto: ¿Dónde estaban estos pedagogos y defensores de la Patria cuando fidel castro y todo su séquito de la “unanimidad”, en plena televisión estatal, en una sesión del Parlamento, se burlaron pública y groseramente de la “inventiva” de los cubanos para resolver sus necesidades?

O acaso me van a decir que ese mal nacido lo hizo con “ingenuidad socialista” o ejerciendo la “amorosa” critica revolucionaria. Hablo de ventiladores puestos a funcionar con cualquier cosa, ollas de presión rescatadas de las “bajas presiones”, planchas de Pancha plancha con cuatro planchas adaptadas como hornillas eléctricas, en fin, la lista es interminable, del mismo tamaño que la necesidad y la miseria que ha padecido el pueblo cubano por más de sesenta larguísimos años gracias a esa maldita dictadura.

Yo, desde mi modesta, inadvertida, desconocida e insignificante existencia, no he sido quien ha llenado a Cuba y ha hecho padecer a su pueblo de calamidades, necesidades, carencias, ausencias, hambre, dolor, sufrimiento, calor, frío, humedad, moho, fosas sépticas reventadas, goteras, derrumbes, colas interminables y desesperanza, perdónenme “queridos” castristas, simpatizantes y otras lacras pero no, no fui yo, fue fidel castro, el mismitico que está metido a la fuerza dentro del cambolo de Santa Ifigenia, a ese y a su hermanito son a quienes tienen que pedirles cuentas por burlarse continuadamente de todos nosotros incluyéndolos a ustedes.

Yo, simplemente, cuento lo que viví en Cuba, es cierto que a veces exagero un poquito o se me va la mano con esto o aquello, pero créanme que todo es creíble, los horrores, consecuencias del castrismo en nuestro país, superan mis escritos por mucho, muchísimo…, mis anécdotas en realidad son nada comparadas a lo que tienen que vivir la mayoría de los cubanos de infantería en un país que vive a oscuras, desde el 1 de Enero de 1959, la mayor parte del tiempo.

En ocasiones, cuando tengo duda en algún tema, o no me acuerdo con exactitud de algo importante, llamo a mi amiga la cínica que es mi mejor fuente de información, a esa sí tienen que tenerle miedo. Pero no se asusten, a ella no le gusta escribir.

Les advierto, por si les va a dar un ataque que les dé ya, nunca esperen de mí que hable bien de ese régimen de mierda, que “alardee” sobre los “logros” inexistentes de la dictadura castro-comunista, que defienda a sus tiranos y “papaloteros” sin frenillos, que justifique la desgracia culpando a terceros (embargo económico) cuando el único que recontrajodió la vida y la existencia de Cuba y los cubanos se llama fidel castro.

Dejen de joder con la misma cantaleta porque ya nadie se la cree.

by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

En Cuba, con tanta miseria y tanta dictadura, algunos perdimos la razón y otros la dignidad.


Duele decirlo, avergüenza tener que admitirlo, lacera reconocerlo, lesiona aceptar que es cierto, pero la verdad, la más racional, dolorosa y auténtica verdad, es que los cubanos, en una inmensa mayoría, o estamos medio trastornados por tantísimos años de soportar esa maldita dictadura o somos unos sinvergüenzas, de marca mayor, por entrar en contubernio, “por unos dólares más”, digo, por un poquito de picadillo de soya más, con la peor dictadura, la más criminal, asesina y hedionda, que ha existido en toda la historia de la humanidad.



Así, desafortunadamente, se nos está yendo, largando o nos está abandonando la cortísima vida de vivir que el Señor nos dio. Nos estamos quedando petrificados en el tiempo y en el espacio por ser tan comemierdas, tan sumisos y tan mequetrefes, al dejarnos manipular, utilizar o al servir, a una dictadura que, a simple vista, nos exprime como frazada de piso y nos endilga sus bajas pasiones para que sus parásitos tiranos vivan sin tener que trabajar. Y aquí me refiero a todos, a cualquier sinvergüenza, esté en la “orilla” que esté, que desde una posición pública se aproveche y lucre con el dolor y el sufrimiento de los seres cubanos.



Por eso siempre digo que la famosa libertad que tanto cacareamos, y que algunos utilizan como “vaudeville lentejuelero”, nos va a costar mucha sangre, mucho reacomodamiento neuronal y muchísimo civismo pues entre que nos hemos quedado casi todos locos, y la cantidad de oportunistas, descarados y arribistas que hay viviendo de la gran tragedia nacional cubana, a la dictadura castrista, a la revolución del picadillo, sencillamente les quedan la mar de años en el poder y a nosotros los cubanos, a todos sin excepción, tener que soportar, sufrir y padecer, el mismitico desastre existencial que llevamos aguantando durante estos más de sesenta larguísimos años.


Para algunos esta desgracia nuestra se ha convertido en un deporte, en un juego de enriquecimiento lícito, en una manera de sobresalir y ostentar el oportunismo depredador que caracteriza a los vivos que viven de los bobos pues para nadie es un secreto, es más, es el sello distintivo de las últimas seis décadas de nuestra desgarradora historia “revolucionaria”, que hemos hecho del tema de la libertad de Cuba una industria multimillonaria donde el mayor beneficiario es el régimen castro-comunista, con toda su comparsa de chulampines vanidosos, y los grandes perdedores, quienes nos hemos llevado la peor parte en este jala-jala de hijos de puta, somos los cubanos de infantería que nos quedamos, una inmensa mayoría, pa’ cagarnos y no ver la mierda, así de simple.



Dice mi amiga la cínica que, si los cubanos queremos liberarnos de verdad de esa maldita revolución castrista, lo primero que tenemos que hacer es “limpiarnos” de tanta corrupción “patriótica”, eliminar a tantos “líderes espirituales” que se han adjudicado el derecho de hablar por nosotros, abolir la esclavitud emocional que nos embota las entendederas y entender, de una buena vez, que quienes lucran con nuestro dolor, con nuestra miseria, con el hambre insoportable que padecen nuestros hijos, son tan enemigos de la libertad como los oprobiosos dictadores enquistados en el corazón de esa Cuba nuestra que ya, la pobre, con tantos años de maltratos consecutivos, de pícaros viviendo de ella, parece un guiñapo, un rastrojo o un adefesio de isla luchando con sus uñas carcomidas pa’ no hundirse en medio de ese mar bravío.


Y yo agregaría que los imbéciles útiles también ponen su granito de estiércol en este desastre. 

Los que se dejan arrastrar a campañas festivaleras y apoyan “inocentemente” iniciativas que, lejos de dar solución a la tragedia, de enviar siquiera un mensaje positivo, alargan la vida de esa malformación tiránica para que continúe haciendo y deshaciendo en un país al que no le cabe una porquería más.

He ahí mi dolor cuando veo el entusiasmo atolondrado en el que hemos convertido la lucha anti-castrista. No queremos darnos cuenta que esa dictadura criminal se aprovecha hasta de los buenos gestos para imponerse, para rejuvenecer y para extender sus “quemaduras” a todo un pueblo.

Y esto que voy a decir, para terminar, me duele mucho pero no puedo dejar de pensar en ello, la independencia de Cuba, la libertad de todos los seres cubanos, están heridas de muerte, agonizan desesperadamente porque nosotros, todos los cubanos, toditos, toditos, o nos hemos trastornado con tanta miseria, tanta hambre y tanto sufrimiento o utilizamos este tema tan sensible, tan doloroso y tan triste, como un medio de vida o como la “fuente de la eterna juventud”.

by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

Hambre, desolación y muerte, los ingredientes principales de la ideología socialista


Los muy descerebrados lo hacen hasta que les pisan los juanetes, les ponen la caña a tres trozos, los obligan a hacer algún “sacrificio” demasiado grande por su “amada” revolución del picadillo o, sencillamente, les pasan la chaveta de la “justicia revolucionaria”, tan pegadita a sus cuerpos, que del susto saltan como ratas maromeras hasta que aterrizan en la Ciudad de Miami.


Está más que demostrado que los castristas, y sus “defensores”, apoyan esa sangrienta dictadura con el descaro, la desfachatez, la idiotez y la intolerancia más grandes del mundo.


La historia que hemos vivido los seres cubanos, durante más de sesenta larguísimos años, ha documentado miles de casos de los siquitrillados del castrismo, los mismos que un día querían comerse ellos solitos toda la candela del socialismo y al día siguiente, cuando les pasaron la cuenta por algún “desliz”, se quieren tragar toda el agua del Almendares, digo, de los Everglades, despotricando contra sus antiguos amos y diciendo que los huesitos que les daban eran una miseria mientras los castro se comen la carne, las masitas limpias y la salsita con pan.


Porque, para decir verdad, el pan es muy importante cubanos, el pan es vida y es libertad.


Y es que el pan en Cuba, desde hace más de veinticinco años, desde que lo racionaron a uno al día por persona, se ha convertido en un símbolo para demostrar la ineficiencia, la brutalidad, la incompetencia y el abuso de una dictadura totalitaria que se empeña en matar de hambre a todo un pueblo y, además, decir que lo hace por nuestro bienestar.

Dice mi amiga la cínica que eso es una cosa muy seria, y muy triste, pues existen varias generaciones de seres cubanos que nunca han conocido la libertad del pan y que sus vidas, desgraciada e increíblemente, ha estado marcada por la ausencia total del alimento más universal de todos.



Por cierto: ¿raúl castro o mariela castro también entran en esa macabra restricción de un pan al día?


Pero, bueno, el hambre que hoy pasamos, día tras día, la que sufren nuestros hijos y nietos, fue una elección nuestra, fue nuestra decisión cuando ebrios de un nacionalismo tortillero abrazador le abrimos las puertas de nuestra muralla nacional a Satanás y a sus “satanitos”.

Con el fatal cuento de una “revolución” el castrismo transformó en asesinos a casi todo un pueblo. Nos hipnotizó de tal manera que los gritos que dábamos de paredón, paredón, paredón, nos convirtieron en cómplices, en malditos, en criminales y en merecedores de muchas de las desgracias que hoy estamos padeciendo y que son consecuencia de entregarle a esa hedionda dictadura nuestra dignidad, nuestra vergüenza, nuestro amor por Cuba y nuestros “huevos”.

Porque en la vida real la dictadura castro-fidelista no es más que una maquinaria de deshacer voluntades, de doblegar conciencias, de complotar multitudes bajo el miedo y el terror, bajo el chantaje, la prostitución espiritual, el engaño y la traición.

Esa mierda de “justicia social” en la que muchos creímos ciegamente fue y es aplicada, lo mismo para exigirnos más y más sacrificios por fidel y la revolución, que para reprimir manifestaciones de descontento contra el régimen, destruir a opositores y disidentes que luchan por una Cuba libre, que hasta para formar “tira y encoge”, bretes y chismes entre cubanos, pa’ ver “quién la tiene más grande”.

Yo nunca he podido explicarme cómo pudimos ser tan indolentes, tan ingenuos y por ende partícipes de la hijeputada más inhumana, más repugnante, más asquerosa y más despreciable que “ojos humanos han visto”. Una aberración ética que sepultó el civismo, la cordura, el sentido común y la vergüenza de una nación y de un pueblo que eran capaces de reconocer las injusticias a veinte leguas de distancia.

Porque ese revoltillón, perdón, esa revolución del picadillo que tanto apoyamos en nuestros años de hombres nuevos-nuevecitos, siempre fue la fachada de una mente criminal secundada por esbirros con perennes ganas de matar, de asesinarlo todo, que nos utilizó como carne de cañón para sus patrañas y que, por nuestra ceguera, conformidad, inercia y falta de respeto, le costó la vida, y la libertad, a cientos, qué digo, a millones de seres cubanos dignos.

Muchas personas son del criterio que tenemos lo que nos merecemos, que somos, como pueblo, los máximos responsables de vivir la porquería de vida que vivimos y que como mismo una vez aplaudimos al sátrapa, y estúpidamente le ofrecimos todo nuestro apoyo, hoy debemos tomar conciencia e, insisto, exigir que ahorquen a la “china”…

by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ