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jueves, 6 de mayo de 2021

Los cubanos también viajan en caravana por Centroamérica



Segun un reportaje de 24FRANCE Los cubanos también viajan en caravana por Centroamérica.

Llegar en balsa a Estados Unidos ya no es una opción para los cubanos. Con la cancelación hace más de dos años de la política 'pies secos, pies mojados', quienes buscan migrar lo hacen por otra ruta. Ahora, además de los centroamericanos, los cubanos se concentran en la frontera entre México y Estados Unidos a la espera de una respuesta a sus solicitudes de asilo.


El destino: Estados Unidos. Miles de cubanos salen de su país para buscar una nueva oportunidad de vida. Algunos aprovechan los permisos de viaje hacia algunos países de Centroamérica para comenzar la travesía a pie desde allí, otros escogen un camino mucho más largo desde Suramérica.

En esa migración pasan por Colombia y llegan hasta el noroccidente del país en los límites con Panamá. En ese sitio se enfrentan a una espesa, calurosa y peligrosa selva conocida como el Tapón del Darién. Son 575.000 hectáreas de bosque sin caminos, donde atraviesan ríos, desafían la humedad y enfrentan a los ladrones que se topan por el camino. Pero a algunos, no les importa .“Yo la pasaría 300 veces con tal de no vivir en el comunismo, asegura Adniel Góngora, migrante cubano desde Bajo Chiquito, en Panamá.

Después de recorrer cientos de kilómetros quedan varados en México. Las trabas administrativas del Gobierno de Donald Trump hacen que la espera se alargue hasta cinco semanas por una respuesta. "Durante noviembre, diciembre, enero e incluso febrero, el número de personas fluctuó significativamente. A veces 30, a veces 120, otras 180", asegura Enrique Valenzuela, vocero del Gobierno de Michoacán en México.

Sin que 'pies secos, pies mojados' sea una opción para los migrantes, nada detiene el flujo migratorio hacia Estados Unidos.

+ Y el dato de migración de la semana: 7.724 migrantes latinoamericanos, asiáticos y africanos llegaron a Panamá cruzando el Tapón del Darién en lo corrido de 2019. 1.151 son niños.


jueves, 10 de diciembre de 2020

¿Dónde comienzan los derechos humanos?


Mi nombre Reinaldo Rodriguez Hernandez,Presidente del MUDDH, A 72 años de haberse adoptado la Declaracion Universal de los Derechos Humanos, por la Asamblea General de la ONU, derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. ... Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.

El progreso de los derechos humanos no se mide por el número de tratados internacionales que se ratifican o los convenios que se negocian. Menos aún por las denuncias de sus violaciones o los discursos que invocan a los muertos para legitimar decisiones inconsultas.

Ni por el sufrimiento que exhibimos como víctimas. Ni por la invocación de los miles de desaparecidos para mostrar superioridad ideológica.

¿Dónde nacen entonces? A setenta y dos años de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, deberíamos hacernos la pregunta de su apasionada impulsora, Eleonora Roosevelt, que ha guiado el debate en torno al progreso moral de una concepción nacida como antídoto al veneno de los totalitarismos.

Entonces ¿dónde comienzan los derechos humanos universales?: “Comienzan en los lugares pequeños, cerca de casa, tan cercanos y pequeños que no se pueden ver en ningún atlas, pues son el mundo de la persona individual; el barrio en el que vive; la escuela o universidad a la que asiste; la fábrica, la granja, o la oficina donde trabaja. Estos son los lugares donde cada hombre, mujer, niño buscan igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades, igual dignidad sin discriminación. Si estos derechos no tienen significado ahí, no lo tendrán en ningún otro lugar. Sin una acción ciudadana concertada para defenderlos cerca de casa. Nuestra búsqueda del progreso en el mundo será en vano.

No necesitamos acudir a los números de la pobreza, el adoctrinamiento en las escuelas y las universidades, la extorsión de los sindicatos, la desconfianza con la que convivimos y el desprecio de los gobernantes a la participación ciudadana para demostrar que la invocación a los derechos humanos en el discurso oficial, ni los convenios y Tratados que nos apuramos a firmar, nos hicieron mejores seres humanos, libres y responsables con ese privilegio que es tener derechos y libertad.

Un fracaso que en parte se explica porque los derechos humanos quedaron asociados a las torturas, muertes y secuestros de la dictadura, y cuando se gobierna sobre cadáveres, no existen las categorías políticas.

La historia del hombre es también la lucha por su libertad. Pero fue la Declaración Universal de los Derechos del Hombre la que impulsó en los países europeos el mayor periodo de prosperidad y desarrollo, porque los derechos humanos solo se enraizan culturalmente en las llamadas democracias liberales.

En cuba sobrevive la desigualdad de derechos e ingresos, la prepotencia del poder, la ideologización de la noción de derechos humanos tanto en el discurso oficial como en las organizaciones de derechos humanos que al agregar el “ismo” a sus reivindicaciones ya delatan el sectarismo de sus reclamos.

Y una enorme confusión en relación a la dignidad de las personas. No hay superioridad moral en el sufrimiento y sí en la autoafirmación como personas dignas capaces de pensar por sí mismas y de movilizarse sin que las extorsionen.

En la mayor pobreza o en la desesperación más justificada, la vida tiene un sentido moral, la dignidad que nos define personas que no depende del lugar donde nacimos ni de los títulos ni las pertenencias.

No es un consuelo saber que no somos el único país en el que existe una distancia entre las leyes que garantizan derechos y la realidad social, ni que la política ha sido cooptada por verdaderas dinastías familiares en las que se repiten los apellidos y los cargos se perpetúan, y por eso, el mérito carece de valor.

Pero todo esto nos recuerda que en Cuba, la conquista de la democracia como igualdad para todos es todavía una meta a alcanzar. Al menos, ya sabemos que la democracia es la mejor escuela para aprender a argumentar. No necesitamos ni gritar, ni insultar porque tenemos la fuerza de los fundamentos. Siempre y cuando no cancelemos lo que nos torna personas, pensar libremente. Sin miedo.

Hoy El Movimiento unido por la Defensa de Los Derechos Humanos MUDDH, reafirmamos nuestro compromiso, con la memoria y el presente. 

Finalizando este convulsionado año, que marcará sin duda nuestro modo de vivir en los próximos, una efeméride mundial nos devuelve los valores que inspiran las luchas de las y los DEFENSORES de ayer y de hoy: La Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, un 10 de diciembre de 1948.

La historia de los movimientos sociales está plagada de vulneraciones, matanzas y abusos que, tomando nuevas y complejas formas hoy parecen perpetuarse pese a que el modelo político- heredado de la Dictadura se desmorona.

En un año marcado por la violencia institucional que se intensificó cuando la ciudadanía, harta de las vulneraciones cotidianas a los derechos más fundamentales, salió a las calles a manifestar su descontento, reafirmamos como organización nuestro compromiso con la defensa y promoción de los Derechos Humanos. GRACIAS.



lunes, 23 de noviembre de 2020

El refugio y el asilo como instituciones de la acción humanitaria (ParteIII)

Similitudes y diferencias
Resulta pertinente comparar al asilo con el refugio a fin de determinar sus:

Similitudes

1 siempre existen causas para huir
2 motivos identificables

3 solicitadas por los interesados

4 No puede ser ofrecida por el Estado receptor

5 No puede ser ofrecida por las representaciones diplomáticas, de hacerlo serían responsables de intervenir en asuntos internos del Estado expulsor

6 A momento de otorgarse la persona queda fuera del ámbito de la jurisdicción del Estado de
origen y bajo la soberanía del Estado asilante

7 son temporales, pues se considera que al terminar los motivos de peligro vuelve a la normalidad la
vida en el Estado de origen

8 protegen la vida y la libertad del hombre, siempre y cuando no sea acusado de delitos del orden común o contra la paz

9 terminan por las siguientes causas: salida voluntaria del asilado o refugiado; fallecimiento; o expulsión o repatriación.

10 El fin último de ambas figuras es la protección de los Derechos Humanos

11 Son importantes y necesarias y coexisten y ambas promueven el respeto de los Derechos Humanos


Diferencias

REFUGIO ASILO
1 Se otorga a un grupo Se otorga a un individuo

2 Idem La persecución directa del individuo por las autoridades del Estado da lugar al asilo y no al refugio que se da en forma masiva

3 El refugio es auspiciado por las NN.UU. / ACNUR Lo otorgan las autoridades del Estado asilante o los representantes diplomáticos de éste ubicados en el Estado de origen

4 El refugio internacional tiene un ámbito de aplicación más amplio que el asilo político o diplomático
se aplica sólo en el marco interamericano

5 el asilo político se aplica fuera de las fronteras del Estado de origen,
el asilo diplomático dentro del territorio del asilado y en las representaciones diplomáticas del Estado asilante el refugio siempre de fuera de la jurisdicción interna del Estado de origen

6 el asilo tiene sus origenes en las guerras civiles del continente americano El refugio tiene sus orígenes en contextos coyunturales de carácter mundial

7 Ámbito de aplicación es diferente Ámbito de aplicación es diferente

Órganos y mecanismos de protección

Los órganos de protección de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de los Estados Americanos (OEA), tienen competencia para conocer casos individuales y situaciones generales relacionadas con la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas sometidas a la jurisdicción de los Estados miembros como ser:

Las categorías de los sujetos de la protección internacional:
los refugiados,
los desplazados internos y
los migrantes

No existe en la actualidad procedimientos jurídicos específicos para la protección de los derechos de los refugiados, tal como se han establecido para la protección de otros grupos de personas, como los migrantes, las mujeres o las minorías étnicas o raciales.

Los Comités de supervisión de tratados y algunas de las instancias extraconvencionales establecidas por Naciones Unidas para atender diversos temas sobre derechos humanos, tienen competencia para conocer casos individuales y situaciones generales relacionadas con la protección de los derechos internacionalmente reconocidos, independientemente de la calidad o nacionalidad de los sujetos afectados o víctimas; pero no se ha establecido en Naciones Unidas un Comité u otra instancia análoga con competencia específica para recibir y conocer denuncias individuales por violación de los derechos de los refugiados.

La única instancia de Naciones Unidas creada en materia de protección de refugiados es la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), creada en 1950 por mandato de la Asamblea General como una instancia apolítica, humanitaria y social.

El ACNUR, según su Estatuto, tiene como funciones:

brindar protección internacional a los refugiados;
buscar soluciones permanentes al problema de los refugiados;
promover la ejecución de medidas destinadas a mejorar su situación en el mundo;
apoyar a los Gobiernos y a las organizaciones privadas para facilitar la repatriación voluntaria o su asimilación en nuevas comunidades nacionales;
emprender y apoyar la repatriación y reasentamiento en caso necesario;
promover la admisión de los refugiados en el territorio de los Estados;
gestionar que se autorice a los refugiados para que puedan trasladar sus bienes, especialmente en caso de reasentamiento;
obtener de los gobiernos la información sobre la situación de los refugiados y sobre las medidas legislativas y de otra índole que se adopten;
apoyar la adopción de medidas legislativas al interior de los Estados en favor de los refugiados; promover la ratificación de tratados para la protección de los derechos de los refugiados;
mantener contacto permanente con los gobiernos;
y facilitar la coordinación de los esfuerzos de las organizaciones privadas que se ocupen del bienestar de los refugiados.

ACNUR no tiene competencia,
para recibir y conocer denuncias individuales por violación de los derechos internacionalmente reconocidos a los refugiados,
ni tiene facultades para solicitar y examinar informes periódicos de los Estados sobre la materia.

En el sistema interamericano, las dos instancias más importantes en materia de protección son:
Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
Corte Interamericana de Derechos Humanos tienen competencia para brindar protección a las víctimas de violación a los derechos reconocidos por el sistema, incluidos los refugiados, los solicitantes de asilo, los desplazados.

Por ejemplo: el Comité de Derechos Humanos; el Comité contra la Tortura; el Comité de Derechos del Niño; el Comité contra la Discriminación Racial; el Comité contra la Discriminación de la Mujer; y el Comité de Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus Familiares.
Mecanismos de protección, Dichos mecanismo operan para:

denuncias individuales,
demandas judiciales,
acciones o llamamientos urgentes,
medidas cautelares,
medidas provisionales, etc

Para proteger refugiados, solicitantes de asilo, apátridas, desplazados internos, migrantes o en favor de cualquier otra persona, con diferente calidad o condición.

De igual forma, las pocas instancias y mecanismos establecidos a nivel internacional para garantizar los derechos económicos, sociales y culturales, operan tanto en favor de los refugiados, desplazados internos, migrantes o apátridas, como de cualquier otra persona sometida a la jurisdicción territorial de los Estados, con los límites y restricciones contemplados en los instrumentos internacionales respecto al ejercicio de determinados derechos por parte de los extranjeros, en comparación con los nacionales. No obstante, se han reconocido de manera universal ciertos derechos económicos y sociales fundamentales, de los que gozan tanto nacionales como extranjeros, y por supuesto también los refugiados.

A nivel internacional, pues, se dispone de mayores oportunidades y de diversas instancias y mecanismos para reclamar la violación o afectación de los derechos civiles y políticos, de las libertades públicas y de las garantías del debido proceso.

Cabe agregar a lo anterior, las diversas acciones de protección que se han impulsado en el ámbito internacional para proteger específicamente los derechos de los refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y migrantes.


Conclusiones
La protección internacional de los refugiados y solicitantes de asilo es ahora objeto de la atención de diversas instancias internacionales de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Distintos instrumentos internacionales sobre derechos humanos y derecho humanitario regulan importantes disposiciones de protección de sus derechos fundamentales. Puede afirmarse hoy en día, que los refugiados son titulares de derechos internacionalmente protegidos, que van más allá de los derechos reconocidos en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.

Indistintamente se reconoce el derecho de asilo y la protección que se brinda al refugiado a nivel internacional para proteger a la persona humana como sujeto individual, pero también como parte de los grupos y de las grandes colectividades de refugiados en el mundo.

Se ha adoptado progresivamente en las Américas un concepto amplio de “refugiado”, que permite considerar como tal, no sólo al que tiene “temores fundados” de persecución por razones políticas o de otra índole, sino también a aquél que se siente amenazado en su vida, en su integridad y libertad, por razones vinculadas a la falta de seguridad pública o de estabilidad política en sus propios países, o como consecuencia de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.

A pesar de dichos avances en las Américas, se hace necesario que todos los países del continente adopten legislativamente esta amplia visión y alcances del concepto de “refugiado”, que se desprende de la Declaración de Cartagena de 1984.

En los últimos años no se han logrado avances significativos en la región en cuanto a la adopción de políticas de recepción o reasentamiento de refugiados en el continente. Más bien, se han venido implementando políticas públicas restrictivas que no permiten que los solicitantes de asilo se establezcan libremente en los países de su elección en busca de protección, debido fundamentalmente, a las recientes políticas migratorias que nulifican, desconocen, afectan o limitan sustancialmente el ejercicio de los derechos y garantías fundamentales de los refugiados, de los solicitantes de asilo y de los migrantes en general, por razones vinculadas estrechamente a la persecución y combate del terrorismo y del narcotráfico en la región, es decir, por razones vinculadas a la seguridad pública.
Salvo valiosas excepciones, las políticas de inserción social, de reubicación o reasentamiento a terceros países, y la de reunión familiar de los refugiados, no son precisamente parte de las políticas de Estado que se observan a nivel generalizado en el continente. Lo que se observa en muchos países de la región es un fortalecimiento del poder discrecional para decidir sobre las solicitudes de asilo, y sobre las expulsiones y deportaciones de solicitantes de asilo, lo cual anula prácticamente el debido proceso administrativo en materia de refugiados y migración, y vulnera los derechos fundamentales internacionalmente reconocidos a amplios sectores de población vulnerable como son los refugiados.

Se requiere, por lo tanto, del perfeccionamiento del proceso de codificación de las normas de protección internacional de los refugiados; del establecimiento de órganos y mecanismos específicos de protección internacional; de mayores niveles de promoción de las normas protección, y de las obligaciones y deberes de los Estados sobre la materia, a fin de lograr mayores niveles de responsabilidad estatal, de conciencia pública y sensibilidad social, frente a esta problemática regional e internacional. Se requiere también de un mayor involucramiento de las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y de las que trabajan por los migrantes en la región en favor de los refugiados, los desplazados internos y los solicitantes de asilo en las Américas.

Finalmente, cabe destacar, que no obstante el importante rol que ha jugado el ACNUR en la región y en todo el mundo en favor de los refugiados y de los solicitantes de asilo, se hace necesario revisar y ampliar su mandato y sus funciones de protección, a fin de lograr que se convierta -por mandato de la Asamblea General de las Naciones Unidas- en una instancia de protección jurídica y humanitaria, según las nuevas realidades que demanda la situación los refugiados en el mundo actual.

El Refugio y el asilo como instituciones de la accion humanitaria (Parte I)

EL REFUGIO Y EL ASILO SON INSTITUCIONES DE AYUDA HUMANITARIA Y EL TEMA A DESARROLLAR BASA SUS CONCEPTOS EN INVESTIGACIONES PERSONALES, DEJANDO DE LADO CUALQUIER APASIONAMIENTO DE CARÁCTER POLÍTICO.

En Paraguay:
La Conare concedió refugio al suspendido gobernador de Tarija en Bolivia, Mario Cossío, acusado de corrupción. La autoridad boliviana fue ex presidente cívico, diputado nacional por el MNR y ex prefecto, cargo desde el que formó parte del grupo de prefectos opositores al Gobierno.

En Brasil:
Luego de hechos de violencia en la localidad del Porvenir (Pando - Bolivia), el 11 de septiembre del 2008, decenas personas y sus familias se refugiaron en el Brasil. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 58 ciudadanos, junto a sus familias, viven en el país vecino bajo el estatus de refugiados. El viernes 14 de enero de 2011, la Conare de Brasil otorgó refugio político al juez Luis Tapia Pachi, y a los unionistas cruceños David Sejas y Lorgio Balcázar, vinculados con un presunto caso de terrorismo en Bolivia.

En Perú:
El año 2009, el Gobierno del Perú concedió refugio a tres ex ministros del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003): Jorge Torres, Jorge Torres Goitia y Mirtha Quevedo, quienes son acusados por hechos de violencia en el caso “octubre del 2003”, fecha del derrocamiento del mencionado ex presidente.

Otros casos:
Los ex prefectos de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, y de La Paz, José Luis Paredes, también están fuera del país. El ex presidente Sánchez de Lozada, junto a dos de sus ministros, están en Estados Unidos. De igual forma pasa con e el ex ministro Hugo Carvajal quien estaría en España.
Para la comunidad internacional, el tema de los refugiados, asilados y los desplazados por razones de persecución por motivos políticos, conflictos armados, violencia política y violaciones a los Derechos Humanos, representan una preocupación general para la seguridad nacional porque arriesgan la paz y la estabilidad regional y mundial.

El número de refugiados y de asilados políticos revela la magnitud del fenómeno. La población refugiada más numerosa del mundo se encuentra acogida en Irán, según ese gobierno, la población de refugiados es aproximadamente de 2 millones de personas, que corresponden a 1, 4 de afganos, 580.000 iraquíes; estos últimos incluyen Kurdos del norte y chiitas árabes del sur. Solo el 5% de los refugiados vive en 30 campamentos, mientras que los demás se encuentran dispersos entre ciudades y aldeas en todo el territorio iraní.


MARCO LEGAL DE PROTECCIÓN INTERNACIONAL

El derecho internacional de los derechos humanos, va íntimamente ligado a derecho internacional de los refugiados, el que ha logrado en las últimos tiempos un significativo avance en cuanto concierne al desarrollo de las normas legales y la regulación internacional que rigen la materia y en cuanto a la regulación en los distintos sistemas internacionales.

Los instrumentos institucionales y convencionales emitidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de los Estados Americanos (OEA) incorporan normas fundamentales de protección de los refugiados y asilados, lo que forman parte hoy en día del corpus iuris de la protección internacional de los refugiados.

La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, de ese mismo año, son los instrumentos que reconocieron por primera vez luego de la Segunda Guerra Mundial (postguerra) el derecho de toda persona de buscar “asilo” por motivos de persecución, a excepción de los casos de persecución por acción judicial respecto de los delitos comunes, o en los casos contrarios a los principios de las Naciones Unidas.

En 1951 fue adoptada la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de las Naciones Unidas, que tiene como fundamento la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos, que afirman el principio de que todos los seres humanos, sin distinciones, tienen derechos y libertades fundamentales.

La convención desarrolla el concepto de refugiado con una visión restringida

*rationae temporis - referida a la época II Guerra Mundial.
*rationae territorio - referida a espacio / Europa.

El Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados de las Naciones Unidas de 1967, complementa la Convención de 1951 - ratificados el año 2000 en Bolivia - y amplia el marco de aplicación y de protección de los refugiados a los acontecimientos posteriores a 1951, disponiendo o quitando dichas limitaciones en cuanto territorio y en cuanto a la época.

La Convención contiene una serie de disposiciones aplicables a los refugiados, como por ejemplo las cláusulas de cesación de dicha condición como ser:

Haber adquirido la nacionalidad del país de asilo o de un tercer país,
Haber desaparecido las circunstancias que generaron el reconocimiento de la condición de refugiado;
Comisión de delitos contra la paz, delitos contra la humanidad, delitos de guerra,
delito cometido fuera del país de refugio antes de ser admitido como tal;
la prohibición de la discriminación de refugiados;
Se establece el reconocimiento de algunos derechos civiles, libertades democráticas, garantías del debido proceso y derechos económicos y sociales, tales como:
libertad religiosa,
derecho de propiedad;
derecho de asociación,
derecho de acceso a los tribunales,
derecho al trabajo,
ejercicio de las profesiones liberales y
trabajo por cuenta propia,
derecho a la vivienda,
derecho a la educación básica,
derecho a la asistencia y socorro públicos,
derecho a la seguridad social en caso de accidentes de trabajo, maternidad, enfermedad, invalidez, ancianidad o fallecimiento,
libertad de circulación,
derecho a la documentación de identidad y de viaje,
derecho a transferir bienes al extranjero,
derecho de protección contra las expulsiones contrarias a la Convención.

 Se reconoce, asimismo, ciertas circunstancias de trato favorable para los refugiados, al igual que los nacionales; al igual que a cualquier extranjero. 

La Convención también establece obligaciones generales a los refugiados que hacen referencia a:

-acatamiento de las leyes nacionales y de los reglamentos,
-cumplimiento de medidas adoptadas para el mantenimiento del orden público. Se reconoce en este sentido la adopción de medidas provisionales de parte de los Estados.

Se establece en la Convención que el estatuto personal del refugiado se regirá por las leyes del país de asilo.

Puede mencionarse también la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que reconoce el derecho de “asilo” y prohíbe las expulsiones colectivas de personas; y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, que si bien no reconoce expresamente el derecho de “asilo”, recoge el principio de la no expulsión, recogido en la Convención de 1951, y establece que:

“toda persona tendrá derecho a salir libremente de cualquier país, incluido el propio”, y que “nadie podrá ser arbitrariamente privado del derecho a entrar en su propio país”, relacionados estos conceptos con el derecho de Aasilo ” y con la repatriación voluntaria de los refugiados.

Otros instrumentos internacionales desarrollan el derecho de “asilo” y amplían la protección internacional de los asilados tanto a nivel universal como regional, tal es el caso de la Declaración sobre Asilo Territorial de las Naciones Unidas de 1967; la Convención sobre Asilo Diplomático y la Convención sobre Asilo Territorial, ambas de 1954.

La Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, desarrolla de igual manera disposiciones sobre la protección de niños y niñas refugiados. Establece la obligación a los Estados Partes de reconocer el estatuto de refugiados a los niños y niñas, brindarles asistencia humanitaria adecuada, y promover, en su caso, la reunión familiar con sus padres. También se establecen en la Convención obligaciones de protección especial a la niñez en el marco de los conflictos armados, como causas generadoras del desplazamiento masivo de la población.

Se puede mencionar, asimismo, instrumentos como la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de los Individuos que no son Nacionales del País donde viven de 1985, que si bien no es un instrumento específicamente elaborado para la protección de los refugiados, les es aplicable a ellos y a todo tipo de migrantes en general.

Finalmente, puede afirmarse que los refugiados -como sujetos de derechos y con personalidad jurídica propia-, son sujetos beneficiarios de la protección internacional, tanto en el ámbito universal como regional. Los refugiados, por lo tanto, son titulares de los derechos civiles, económicos, sociales y culturales, es decir, de los derechos y garantías fundamentales reconocidas a toda persona a nivel internacional. En cuanto se refiere a los derechos políticos, tales como el derecho al sufragio y el derecho a ser electo como funcionario público, éstos no son ejercidos regularmente por personas que no sean nacionales del país de que se trate, por lo que los refugiados, por su condición de que no son ciudadanos del país de asilo, no son titulares de tales derechos y por lo tanto no pueden reclamar su ejercicio, a menos que la legislación nacional del país de asilo así lo permita.

Lo anterior permite afirmar que los refugiados y solicitantes de asilo al igual que cualquier otra persona sometida a la jurisdicción de los Estados Partes de los Convenios sobre derechos humanos son sujetos o titulares de los derechos civiles reconocidos a nivel internacional, e incluso, de los derechos económicos, sociales y culturales.

Cabe recordar a este respecto, que en dichos instrumentos se reconocen principios de protección, así como derechos y garantías sociales, que hacen referencia, en definitiva, al logro de la felicidad y el bienestar individual y colectivo, y a la satisfacción de las necesidades básicas para vivir en condiciones dignas. Estos derechos, libertades y garantías sociales, por lo tanto, les pertenecen por igual a los refugiados, a los solicitantes de asilo, a los apátridas y a los migrantes en general, independientemente de su condición migratoria, y deben ser garantizados y respetados por los Estados Partes y por la comunidad internacional en su conjunto.

viernes, 9 de octubre de 2020

NOSTALGIA


Al exiliado y al emigrante les persigue el recuerdo. A los dos por igual: aunque el origen de la condición del primero sea una fuga y la del otro un abandono. El exiliado mira más desesperadamente al pasado, relaciona su desplazamiento con la desgracia y no con la suerte, como hace el emigrante.

A ambos les obsesiona el regreso, pero con diferentes intensidades. Para el exiliado se trata de una cuestión moral que implica la restauración de un prestigio y el merecimiento de una razón política, cuando no histórica o religiosa. El emigrante regresa por método: la vuelta es un recurso que restablece lo dejado en la frontera de las nuevas adquisiciones.

De cualquier modo, los límites entre estas dos condiciones son muy relativos. Quien emigra para vivir mejor, para salvar a su familia de la violencia, para darle mejor alimentación o educación a sus hijos, está poniendo en entredicho, con su decisión, la capacidad política de su gobierno para proceder eficientemente. 

El exiliado por su parte, digámoslo de una vez, tiende a comportarse también con una lógica migratoria, pues incluso aquellos perseguidos más sublimes, por una razón u otra, no escogen como refugio países de igual o inferior estándar económico que el suyo, sino generalmente las solventes democracias.

La relatividad de estas ecuaciones debería tenerla en cuenta esa parte de la comunidad cubana que liga el derecho a la costumbre, la credibilidad política al tiempo de las personas en territorio extra insular, tendiendo a llamar despectivamente “emigrantes” a los cubanos que están salendo últimamente de la isla, como si ese título implicara cierto descrédito ante el otro pretendidamente más selecto de “exiliado”. Baste decir por ahora que esa llamada emigración cubana de (pen) última hora es también política, así solo sea porque demuestra con su obstinada decisión de establecerse en cualquier sitio, ya sea en un país de África o en la nación más pobre del Caribe, que el “comer jamón” tiene complejas connotaciones que le acercan a la lógica libertaria que hasta ahora se ha creído privativa del exiliado.

La nostalgia y la melancolía son dos actitudes, o poses, que se proyectan sobre el pasado. La nostalgia juega con el recuerdo, es leve, “cool” , y puede provocar en el paciente (aquel que sufre y espera) y una suerte de gozo en la evocación.

La nostalgia se disfruta, la melancolía se padece.

A diferencia de la nostalgia que es accesible y se infla en el mercado, la melancolía es aristocrática, elevada, y marcadamente improductiva; por eso es de poco interés para los comerciantes de imágenes. La melancolía permite experimentar el pasado, pero produce una herida. Es, como dice el sociólogo mexicano Roger Bartra, una suerte de jaula. Ella es fuente de sentimientos lánguidos y hondos: puede llevar al poema, al rezo.

Resulta entonces que el objeto de la melancolía, pero sobre todo el de la nostalgia, se ha renovado radicalmente. Sí, aunque algunos no lo crean, el pasado inmediato ha dejado vivencias que mucha gente echa de menos: es que no se trata solo de política, sino también de amistad, de amor, de juventud.

REINALDORODRIGUEZ HERNANDEZ.

viernes, 21 de agosto de 2020

¿Es Cuba aún una sociedad estructuralmente racista?

El histórico racismo cubano se ha solapado durante la época castrista y sobrevive en una discriminación a la población de origen africano que en general es más pobre y menos educada


Ernesto Guevara, el Che, escribió en uno de sus diarios: «Los negros, esos magníficos ejemplares de la raza africana, han conservado la pureza racial gracias a su escasa inclinación al aseo… El negro es indolente y caprichoso, y se gasta el dinero en frivolidades». 

En esas palabras, que el argentino escribía antes de participar en la instalación de la dictadura comunista cubana, se condensa una realidad que el régimen de la isla siempre ha intentado esconder: el racismo en la revolución cubana.

Y hay hechos que prueban que el racismo en Cuba es estructural y además es sostenido institucionalmente por la tiranía comunista.

Un ejemplo es que a pesar de que se estima que la población cubana está integrada en un 60% por negros, los censos oficiales representan que el 65% de la población es blanca. El negro está condenado a no existir en Cuba.

La población negra en Cuba vive en las peores casas de la isla.

Raíz histórica

El racismo está arraigado en la isla desde la época en que era un centro para el tráfico de esclavos. Luego también fue un lugar que albergaba extensas plantaciones de caña trabajadas con mano de obra esclava.

Quintín Banderas, un héroe de las guerras de independencia, se ganó a pulso su ascenso hasta general. Pero una vez terminada la guerra terminó siendo un barrendero. Ser negro era un impedimento para ocupar una alta posición gubernamental.

Con la llegada de los Castro al poder las cosas no cambiaron. En un artículo escrito por el psicólogo cubano exiliado, Ramón Humberto Colás, se recogen algunos de los logros raciales del castrismo.

Los negros, sostiene Colás, viven una situación estructural de marginación en la isla.

Es la población de piel más oscura la que vive en las peores casas, la que representa a la mayoría de la población carcelaria y son los más señalados como responsables de actos delictivos.

En contraste, los negros cubanos son la minoría en las universidades, los que tienen menor acceso a moneda libremente convertible y los negros que tienen automóvil son minoría también.

La representación en la política de los descendientes de africanos en Cuba es mínima también. Son los menos en el cuerpo diplomático y son igualmente escasos en la alta directiva del Partido Comunista Cubano.

Pero cuando Fidel Castro emprendió sus aventuras bélicas en el continente africano, la mayoría de los soldados cubanos que fueron a morir lejos de su tierra, también eran negros.

La población descendiente de africanos en Cuba tiene menor acceso a las universidades.

Como a esclavos fugitivos

El pecado del negro disidente es mayor para la tiranía castrista. Se les trataba como a los esclavos fugitivos que cuando eran recapturados morían a latigazos como castigos, reflexiona Colás.

Así les pasó a los tres jóvenes cubanos mulatos ejecutados sumarialmente en abril de 2003 cuando intentaban huir a los Estados Unidos. En menos de una semana se les siguió un juicio que terminó con una condena a muerte que pretendía servir de escarmiento.

El mismo destino de muerte lo vivió el opositor negro Orlando Zapata, quién murió en medio de una huelga de hambre mientras era prisionero del régimen castrista.

Otros, como Guillermo Fariña, sufrieron el acoso policial del régimen comunista que cada tanto lo encarcela y lo persigue para evitar que se exprese libremente.

Ser negro en Cuba, es un agravante en cualquier circunstancia.

La situación, lejos de ser reconocida por el régimen, es estimulada y después de 60 años de revolución, el abierto racismo institucional en Cuba es un tema que sigue sin resolver.

«Con la salida de Raúl Castro, el naciente poscastrismo tendrá que decidir si mantiene esta línea que limita y condiciona el nivel de integración de los negros y mulatos en la sociedad de la isla. Hoy, siguen perteneciendo al estrato más pobre de la población y son además apartados del mundo que se crea lentamente para los blancos: una Cuba digitalizada, más abierta hacia el exterior, que utiliza divisas y experimenta con una actividad económica privada», escribió el ensayista francés Jean Francois Fogel, en un artículo sobre el tema para el New York Times.

Para Fogel, la revolución cubana no superó la herencia historia que mantiene a los negros lejos del poder.

«Este tono miedoso frente a la población negra ha estado siempre: durante los 57 años de República y también durante los sesenta años de Revolución. Con o sin un campo socialista, en una democracia representativa o en un régimen autoritario, la relación de Cuba con la población afrocubana ha sido excluyente», afirmó Fogel.

«Cuba nunca tuvo un sistema muy formalizado de segregación, pero la relación entre cubanos blancos y de color obedece a una regla tácita de convivencia conocida por todos. Tiene su punto de equilibrio en un lema heredado del colonialismo y que continúa vigente: “Juntos, pero no revueltos; cada cosa en su lugar”.

El censo de 2012 estableció en Cuba tres segmentos de población: blanco, negro y mulato, con 64,1 por ciento de blancos; 9,3 por ciento de negros y 26,6 por ciento de población mulata. Pero, en realidad, solo hay dos culturas: la de los blancos, en el poder político, y la de los otros.

Para el escritor Orlando Freire Santana, la propaganda castrista ha utilizado los episodios de tensiones raciales en Estados Unidos, como el reciente caso de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, para hacer ver que la sociedad norteamericana es estructuralmente racista.

«Un reciente artículo periodístico del poeta y ensayista Víctor Fowler se inscribe también en semejante enfoque. Después de opinar acerca de la imposibilidad del sistema imperante en Estados Unidos para no producir desigualdad, rabia y excrecencias, el articulista escribe que “en esta mirada, el racismo no es coyuntural ni episódico, sino estructural y continuado (bajo las más diversas formas), y más allá de la violencia puntual contra una persona afroamericana”, escribió Freire.

Sin embargo, la realidad es que «el castrismo prefiere ver la paja en el ojo ajeno y no la del suyo propio».

«Un racismo subjetivo también anida en la mente de muchos cubanos de hoy. Son los padres de una muchacha blanca que por nada del mundo acepta que su hija se case con un mestizo; o esos directores cubanos de cine o la televisión que a la hora de escoger a un galán jamás se fijan en un actor de piel negra».

«Lo anterior sin contar con evidencias no tan subjetivas que impactan en la Cuba de hoy, como el bajo número de mestizos como propietarios de negocios particulares; su mayoritaria presencia, en cambio, en las cárceles del país; o las ciudadelas y barrios marginales habitados mayormente por ciudadanos de piel oscura».

«Entonces, ¿por qué ver solo la paja en el ojo ajeno, y olvidar la del suyo propio?»

jueves, 11 de junio de 2020

Castro superó a Pinochet Los mismos que alaban al cubano denunciaron sin reservas al chileno

El Gobierno cubano decretó un duelo de nueve días para despedir a Fidel Castro. Son incontables los duelos que él provocó como parte de su monstruoso legado.

Resulta curioso que líderes y medios de prensa de países democráticos se refieran al recién fallecido dictador cubano como “líder revolucionario” y celebren su papel protagónico en el escenario mundial o sus supuestos logros en materia de salud y educación. Suena especialmente absurdo cuando desmontar tan persistentes mitos sólo requiere ir a una clínica, escuela o barrio fuera del circuito de turismo de solidaridad en Cuba o hablar con cualquier cubano que haya escapado de la isla prisión. Peor aún, las justificaciones o alabanzas vienen de boca de los mismos que denunciaron sin reservas la dictadura de Augusto Pinochet en Chile (1973-1990).
Resulta interesante comparar dictadores, sin el menor ánimo de justificar a ninguno.Tres militares empujan el jeep que transporta las cenizas de Castro, ayer en Santiago.
El régimen militar chileno duró 16 años. Pinochet cedió el poder pacíficamente al perder un plebiscito al que había accedido para que los chilenos decidieran si debía continuar. Además, entregó un país pujante con una economía en crecimiento. Pero dejó un saldo oficial de 3.216 desaparecidos y asesinados. Los casos de prisión política y/o tortura ascienden a 38.254 personas. Nadie se lo justificó.


Los mismos que alaban al cubano denunciaron sin reservas al chileno

Fidel Castro, por su parte, fue comandante en jefe durante 47 años, 31 años más que Pinochet, y co-dictador 10 años más. Nunca se sometió a una elección libre y sólo cedió poder a su hermano, en cuotas cuyos límites se desconocen, cuando no le quedó más remedio. Creó un Estado parásito que se ha tragado miles de millones de dólares de la antigua Unión Soviética, Venezuela y de bancos y comerciantes capitalistas del mundo entero. Dejó un país en ruinas y una población con el menor salario promedio mensual del planeta, 23 euros al mes.
Lo que es más, Fidel Castro ha dejado una secuela de muertos, desaparecidos, torturados y presos políticos muy superior a la de Pinochet, y que se siguen sumando. Hasta el día en que murió, oficialmente el pasado 25 de noviembre, se le atribuían al menos 7.173 muertes y desapariciones. Sólo los casos de fusilamiento y ejecución extrajudicial documentados para los primeros tres años y medio de mandato exceden la cifra total de muertos de la dictadura militar chilena. Peor aún, Castro asesinó sistemáticamente a civiles, niños incluidos, por pretender escapar de su país, algo que a Pinochet nunca se le ocurrió. En la memoria quedan, por ejemplo, los 31 adultos y los 10 menores del remolcador 13 de Marzo, hundido en 1994 por barcos del Gobierno cubano cuando huía de la isla.
Dichos datos son parte de un registro caso por caso que Archivo Cuba está compilando de vidas perdidas por causa de la Revolución Cubana durante dos dictaduras, la de Fulgencio Batista (1952-1958) y la actual. Dicha organización sin ánimo de lucro sólo reporta casos documentados sobre los cuales ha podido obtener datos fiables, lo que es muy difícil dado el control que hay en Cuba. La entidad estima que la cifra real de víctimas cubanas es más de 10 veces mayor.


Hubo más muertos en los tres primeros años de Castro que en los 16 de Pinochet

Además, y de esto nadie acusa a Pinochet, Fidel Castro dejó cientos de miles de muertos regados por el mundo; exportó su modelo tenazmente hacia casi toda la América Latina y África, así como a países de Oriente Próximo, mediante intervenciones armadas, terrorismo y subversión. Los ejemplos sobran. Las víctimas del castrismo incluyen estadounidenses asesinados en el corazón de Wall Street en Nueva York por el grupo terrorista puertorriqueño FALN, apoyado, adiestrado y financiado por Cuba. En Venezuela, las bandas criminales que hoy día siembran el terror y ya se han cobrado miles de vidas fueron entrenadas por Cuba.
La osadía de Fidel Castro lo llevó incluso a crear una máquina de matar de exportación. Según oficiales que han desertado de los servicios de inteligencia cubanos, existían equipos especiales de sicarios dentro del Ministerio del Interior cubano para perpetrar asesinatos fuera de sus fronteras, incluso en Europa.


Al castrismo se le atribuyen al menos 7.173 asesinatos

En fin, Fidel Castro bien podría fácilmente haberse llevado a cuestas un millón de almas. Cada una fue una vida sesgada, un destino truncado y una secuela de seres queridos destrozados. Así, el dictador cubano tejió una historia de terror, sangre, y dolor que comienza en las montañas, paredones y calabozos tropicales, se desparrama por una enorme tumba en el mar Caribe y se extiende por el mundo entero. Pinochet no le llega a los tobillos…


miércoles, 4 de marzo de 2020

Estimados seguidores, amigos y conocidos:


¡Ya he publicado mi nuevo libro ‘MIRADAS DE UN MIGRANTE’! 

 Después de muchas horas de gran esfuerzo detrás de la pantalla de mi ordenador, de tantos momentos que me he quedado en blanco y algún y que otro pensamiento brillante, mi obra está finalmente terminada y ¡estoy muy orgulloso de haberlo conseguido! He publicado mi libro en:





y podrán encargarlo aquí o bien a través de otras librerías internacionales. Seria increíble si reenviasen este mensaje a tus amigos.

Abajo pueden encontrar una breve descripción de mi libro:


En este libro encontraras la historia quien en busca de la quimera dejo atrás a familia y amigos corriendo el riesgo de convertirse en un fantasma, de volverse la pálida fotografía en el álbum de los recuerdos. Una historia contada en primera persona. Es la más íntima que he compartido. Aquí exploro mis más profundos sentimientos, miedos, y los comparto de forma inédita. Es en mis miradas de un migrante.


Durante muchos calendarios, mi mama, mi abuela, mi hermana, mi prima, mis tíos y tías fueron un rostro al borde del olvido, una voz al otro lado del mundo.

Fue difícil alejarlos de mi mente mientras veía videos, leía textos, periodísticos interesados en desvelar los complejos mecanismos del éxodo.  En efecto, a los cubanos clase medieros nacidos en ese gobierno esclavista se nos hace un tan-to difícil lograr algo.


Muchas cosas que he vivido, ofrecen un elocuente retrato de los altibajos vitales de los idos, de aquellos que trasponen fronteras para hacer digno el pan. Mi salida de Cuba me llevó al extremo de la desesperanza de confiarme en las garras de coyotes sin escrúpulos.


Unas líneas sobre mí para los que no me conocen:


La belleza de mis escritos no está en las palabras que yo escribí, sino en las que tú generes con él. Está compuesto de mil pedazos míos, trozos sueltos de mi alma y de mi carne: un alcázar edificado con todas las piedras que me han lanzado, una diadema confeccionada con las perlas que he recibido. Hallarás soledades y alegrías, anhelos y zozobras, inquietudes y esperanzas, clamores y murmullos. No fue fácil desprenderme de ellos».




 DEDICATORIA: 

Dedico esta obra a mi difunto abuelo Francisco Hernández Vila, quien es la causa que me motivó a realizar este libro, a mi pareja, quien me apoyó en todo momento, a mis familiares todos, quienes siempre me apoyaron y quienes se sacrificaron para darme una educación, a mis amigos, quienes siempre me alentaron a la realización de este libro, a los impresores que me facilitaron sus servicios, y en general a todos los que de alguna manera me ayudaron a lo largo de estos años, para que yo pudiera concretar esta obra, a quienes me proporcionaron lo necesario para realizar los estudios concernientes a este trabajo que hoy concreto, a todos ellos les dedico este libro y por enseñarme a crecer y a que si caigo debo levantarme, por apoyarme y guiarme, por ser las bases que me ayudaron a llegar hasta aquí.

Copyright: © All Rights Reserved


Sinceramente espero que mediante a esta introducción les interese mi libro. 


Te saluda atentamente,



REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ