jueves, 12 de octubre de 2017

Caos en el aeropuerto de La Habana El incremento de los vuelos no se ha traducido en una mejora en los servicios

Caos en el aeropuerto de La Habana

El incremento de los vuelos no se ha traducido en una mejora en los servicios
Los cubanos que llegaron en tres vuelos procedentes de diferentes países esperan con ansiedad para ser atendidos en la Aduana de la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana.
En la larga cola, junto a ellos, se pueden ver televisores, aires acondicionados, útiles de cocina, gomas de autos y todo tipo de “pacotilla” que los viajeros intentan entrar al país. La lentitud del trámite afecta a los pasajeros que comienzan a mostrar signos de irritación.
“Después de más de diez horas de vuelo, es un castigo esperar tanto tiempo para la gestión en la Aduana”, comenta un viajero procedente de Holanda a su compañera visiblemente extenuada.
Los oficiales aduaneros chequean con excesivo rigor cada maleta y bulto. Mientras, en una mesa aparte, dos oficiales cuentan exhaustivamente prendas de vestir.
“Seguro decomisan más de la mitad”, le dice con discreción una pasajera a otra. “Son muy extremistas cuando revisan, por eso el trámite es tan lento”, agrega.
Los cubanos que viajan al exterior están obligados a importar productos que no se encuentran en la desabastecida red de tiendas cubanas.
La resolución aduanal número 207 del 2014 establece que los pasajeros mayores de 10 años tienen derecho a importar hasta 125 kilogramos de mercancías desglosadas en misceláneas (alimento, calzado, confecciones, bisutería, perfumería, similares), o efectos electrodomésticos, artículos duraderos, partes, piezas y similares, por un valor en Aduana de 1000 pesos.
A la cola, con lento avance, se van incorporando más pasajeros de un vuelo acabado de llegar. El descontento crece junto a la alta temperatura que invade el local diseñado para aire acondicionado que no funciona.
“Hace casi dos años estamos trabajando en pésimas condiciones”, comenta a CubaNet un oficial de la Aduana que solicita anonimato por temor a ser despedido.
El hermetismo del local y el calor exponen a los pasajeros y trabajadores a enfermedades respiratorias por contagio. “El problema lo hemos planteado en las reuniones sindicales, sin obtener respuesta”, enfatiza el entrevistado.
Este año el aeropuerto ha incrementado sus operaciones al recibir más de 4 millones de pasajeros entre enero y agosto, que volaron en 50 aerolíneas, según informó el presidente del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC), Alfredo Cordero, al sitio oficialista Cubadebate. En el 2016 se registró un récord mundial de mayor crecimiento en llegadas de pasajeros foráneos en vuelos comerciales, según una investigación realizada por el reconocido grupo turístico Expedia Inc., sobre la base de Airlines Reporting Corporation.
Sin embargo, el incremento de los ingresos del aeropuerto más importante de Cuba no ha repercutido en la calidad de los servicios brindados.
De las seis escaleras mecánicas de que dispone funcionan tres, y de diez elevadores, solo dos prestan servicio. Los baños muestran deterioro, y carecen de agua y de gel de manos para la higiene.
“Los directivos conocen las dificultades, pero no las resuelven”, dice una auxiliar de limpieza que se identificó a secas como Marta.
La estancia de los viajeros y acompañantes en la Terminal 3 se torna más difícil por la insuficiente gastronomía en las cafeterías. En reiteradas visitas CubaNet comprobó que la oferta se reduce a cinco refrigerios.
Una de las dependientas afirma que el servicio gastronómico está afectado por la falta de gestión. “Si esto fuera privado seguro habría más ofertas”, asevera.
Los signos de abandono de la Terminal 3 se perciben a la entrada. Un basurero improvisado próximo al parqueo de autos, dentro del área cercada, da la bienvenida.
Desde su inauguración el 26 de abril de 1998 por el ahora fallecido Fidel Castro y el exprimer ministro canadiense Jean Chrétian, la Terminal 3 es gestionada por la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeronáuticos S.A. (ECASA).
A mediados del año pasado el periódico Granma informó sobre la concesión para la ampliación y gestión del Aeropuerto José Martí a reconocidas firmas francesas. En aquel entonces el viceministro de Transporte, Eduardo Rodríguez, aseguró en conferencia de prensa que la decisión “permitirá elevar la calidad de los servicios y perfeccionar las operaciones de la instalación por la que ingresa a Cuba más del 50 por ciento de los pasajeros internacionales”, destacaba el diario comunista.
Pero un año después, los problemas se acrecientan.

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