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jueves, 10 de diciembre de 2020

¿Dónde comienzan los derechos humanos?


Mi nombre Reinaldo Rodriguez Hernandez,Presidente del MUDDH, A 72 años de haberse adoptado la Declaracion Universal de los Derechos Humanos, por la Asamblea General de la ONU, derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. ... Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.

El progreso de los derechos humanos no se mide por el número de tratados internacionales que se ratifican o los convenios que se negocian. Menos aún por las denuncias de sus violaciones o los discursos que invocan a los muertos para legitimar decisiones inconsultas.

Ni por el sufrimiento que exhibimos como víctimas. Ni por la invocación de los miles de desaparecidos para mostrar superioridad ideológica.

¿Dónde nacen entonces? A setenta y dos años de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, deberíamos hacernos la pregunta de su apasionada impulsora, Eleonora Roosevelt, que ha guiado el debate en torno al progreso moral de una concepción nacida como antídoto al veneno de los totalitarismos.

Entonces ¿dónde comienzan los derechos humanos universales?: “Comienzan en los lugares pequeños, cerca de casa, tan cercanos y pequeños que no se pueden ver en ningún atlas, pues son el mundo de la persona individual; el barrio en el que vive; la escuela o universidad a la que asiste; la fábrica, la granja, o la oficina donde trabaja. Estos son los lugares donde cada hombre, mujer, niño buscan igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades, igual dignidad sin discriminación. Si estos derechos no tienen significado ahí, no lo tendrán en ningún otro lugar. Sin una acción ciudadana concertada para defenderlos cerca de casa. Nuestra búsqueda del progreso en el mundo será en vano.

No necesitamos acudir a los números de la pobreza, el adoctrinamiento en las escuelas y las universidades, la extorsión de los sindicatos, la desconfianza con la que convivimos y el desprecio de los gobernantes a la participación ciudadana para demostrar que la invocación a los derechos humanos en el discurso oficial, ni los convenios y Tratados que nos apuramos a firmar, nos hicieron mejores seres humanos, libres y responsables con ese privilegio que es tener derechos y libertad.

Un fracaso que en parte se explica porque los derechos humanos quedaron asociados a las torturas, muertes y secuestros de la dictadura, y cuando se gobierna sobre cadáveres, no existen las categorías políticas.

La historia del hombre es también la lucha por su libertad. Pero fue la Declaración Universal de los Derechos del Hombre la que impulsó en los países europeos el mayor periodo de prosperidad y desarrollo, porque los derechos humanos solo se enraizan culturalmente en las llamadas democracias liberales.

En cuba sobrevive la desigualdad de derechos e ingresos, la prepotencia del poder, la ideologización de la noción de derechos humanos tanto en el discurso oficial como en las organizaciones de derechos humanos que al agregar el “ismo” a sus reivindicaciones ya delatan el sectarismo de sus reclamos.

Y una enorme confusión en relación a la dignidad de las personas. No hay superioridad moral en el sufrimiento y sí en la autoafirmación como personas dignas capaces de pensar por sí mismas y de movilizarse sin que las extorsionen.

En la mayor pobreza o en la desesperación más justificada, la vida tiene un sentido moral, la dignidad que nos define personas que no depende del lugar donde nacimos ni de los títulos ni las pertenencias.

No es un consuelo saber que no somos el único país en el que existe una distancia entre las leyes que garantizan derechos y la realidad social, ni que la política ha sido cooptada por verdaderas dinastías familiares en las que se repiten los apellidos y los cargos se perpetúan, y por eso, el mérito carece de valor.

Pero todo esto nos recuerda que en Cuba, la conquista de la democracia como igualdad para todos es todavía una meta a alcanzar. Al menos, ya sabemos que la democracia es la mejor escuela para aprender a argumentar. No necesitamos ni gritar, ni insultar porque tenemos la fuerza de los fundamentos. Siempre y cuando no cancelemos lo que nos torna personas, pensar libremente. Sin miedo.

Hoy El Movimiento unido por la Defensa de Los Derechos Humanos MUDDH, reafirmamos nuestro compromiso, con la memoria y el presente. 

Finalizando este convulsionado año, que marcará sin duda nuestro modo de vivir en los próximos, una efeméride mundial nos devuelve los valores que inspiran las luchas de las y los DEFENSORES de ayer y de hoy: La Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, un 10 de diciembre de 1948.

La historia de los movimientos sociales está plagada de vulneraciones, matanzas y abusos que, tomando nuevas y complejas formas hoy parecen perpetuarse pese a que el modelo político- heredado de la Dictadura se desmorona.

En un año marcado por la violencia institucional que se intensificó cuando la ciudadanía, harta de las vulneraciones cotidianas a los derechos más fundamentales, salió a las calles a manifestar su descontento, reafirmamos como organización nuestro compromiso con la defensa y promoción de los Derechos Humanos. GRACIAS.



lunes, 23 de noviembre de 2020

Los “Principios de Yogyakarta - Tu identidad de género, tu orientación sexual, tus derechos

 Tu identidad de género, tu orientación sexual, tus derechos


¿Conocés los “Principios de Yogyakarta”? Su objetivo es orientar la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en materia de diversidad sexual. ¡Conocelos!

Favor de consultar los Principios directamente para comprender a detalle el texto.

Los “Principios de Yogyakarta: principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación sexual e identidad de género”, conocidos simplemente como Principios de Yogyakarta, fueron realizados en el marco de las Naciones Unidas con el fin de orientar la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género y la diversidad corporal.

Estos principios son un hito para los derechos de las personas LGBTIQ que instan a los Estados, al Sistema de Derechos Humanos de Naciones Unidas, a las instituciones nacionales de derechos humanos, a los medios de comunicación y a las organizaciones no gubernamentales a adoptar todas las medidas apropiadas para **garantizar el desarrollo adecuado de las personas de diversas orientaciones sexuales, identidades de género, expresiones de género y diversidades corporales con el objetivo de asegurarles el pleno goce y ejercicio de los derechos humanos*.

Resumen de los principios de Yogyakarta:

1 El derecho al disfrute universal de los Derechos Humanos.

2 Los derechos a la igualdad y a la no discriminación.

3 El derecho al reconocimiento de la Personalidad jurídica: la orientación sexual o identidad de género que cada persona defina para sí es esencial para su personalidad y constituye uno de los aspectos fundamentales de la autodeterminación, la dignidad y la libertad. Ninguna persona será obligada a someterse a procedimientos médicos, incluyendo esterilización, cirugía de reasignación de sexo y terapia hormonal como requisito para el reconocimiento legal de su identidad de género. Ninguna persona será sometida a presiones para ocultar, suprimir o negar su orientación sexual o identidad de género.

4 El derecho a la vida: no se impondrá la pena de muerte por actividades sexuales realizadas de mutuo acuerdo.

5 El derecho a la seguridad personal.

6 El derecho a la privacidad incluye el derecho a optar por revelar o no la propia orientación sexual o identidad de género, y las decisiones relativas al propio cuerpo y a las relaciones sexuales o de otra índole consensuadas con otras personas.

7 El derecho de toda persona a no ser detenida arbitrariamente.

8 El derecho a un juicio justo.

9 El derecho de toda persona privada de su libertad a ser tratada humanamente independientemente de su orientación sexual e identidad de género.

10 El derecho de toda persona a no ser sometida a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes.

11 El derecho a la protección contra todas las formas de explotación, venta y trata de personas refiere a la protección contra la trata de personas, venta y cualquier forma de explotación, basadas en una orientación sexual o identidad de género.

12 El derecho al trabajo: toda persona tiene derecho al trabajo digno realizado en condiciones equitativas y a la protección contra el desempleo.

13 El derecho a la seguridad y a otras medidas de protección social.

14 El derecho a un nivel de vida adecuado, el cual incluye una alimentación adecuada, agua potable, servicios sanitarios y vestimenta adecuadas, así como a la mejora continua de sus condiciones de vida, sin discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género.

15 El derecho a una vivienda adecuada: toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, lo que implica la protección contra el desalojo y carencia de hogar, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

16 El derecho a la educación: toda persona tiene derecho a la educación, sin discriminación alguna basada en su orientación sexual e identidad de género

17 El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud: incluye salud física y mental, sin discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, con derecho de consentimiento informado. La salud sexual y la reproductiva son aspectos fundamentales de este derecho.

18 Protección contra abusos médicos: ninguna persona será obligada a someterse a ninguna forma de tratamiento, procedimiento o exámenes médicos o psicológicos, ni a permanecer confinada en un centro médico, con motivo de su orientación sexual o identidad de género. La orientación sexual y la identidad de género de una persona no son, en sí mismas, condiciones médicas y no deberán ser tratadas, curadas o suprimidas.

19 El derecho a la libertad de opinión y de expresión: incluye la expresión de la identidad o la personalidad mediante el lenguaje, la apariencia y el comportamiento, a través de cualquier medio y sin consideración de las fronteras.

20 El derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

21 El derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.

22 El derecho a la libertad de movimiento.

23 El derecho a procurar asilo: en caso de persecución relacionada con la orientación sexual o la identidad de género, toda persona tiene derecho a procurar asilo y a obtenerlo en cualquier país.

24 El derecho a formar una familia, incluso a través del acceso a adopción o a reproducción asistida. Existen diversas configuraciones de familias.

25 El derecho a participar en la vida pública: implica el derecho a postularse a cargos públicos, a participar en la formulación de políticas que afecten su bienestar, así como a tener acceso a todos los niveles de las funciones y empleos públicos.

26 El derecho a participar en la vida cultural.

27 El derecho a promover los Derechos Humanos.

28 El derecho a recursos y resarcimientos efectivos: brindando reparaciones a personas cuyos derechos hayan sido violados por su orientación sexual o identidad de género.

29 Responsabilidad penal: toda persona cuyos derechos humanos sean violados, incluyendo aquellos a los que se hace referencia en estos Principios, tiene derecho a que a las personas responsables de dicha violación se las responsabilice penalmente.

EN RESUMEN:

Los Principios de Yogyakarta son una serie de principios sobre cómo se aplican los estándares y legislación internacionales de derechos humanos a las cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Aquí se ofrece un pequeño resumen de los Principios y algunos ejemplos de su aplicación.


 Preámbulo: en el Preámbulo se reconocen las violaciones de derechos humanos basadas en la orientación sexual y la identidad de género; se establece un marco de trabajo legal y pertinente y se definen términos clave.

El derecho al goce universal de los derechos Humanos, a la no discriminación, y a la Personalidad Jurídica: en los Principios 1 al 3 se describe el principio de universalidad de los derechos humanos y el de su aplicación a todas las personas sin discriminación, así como el derecho de toda persona a ser reconocida ante la ley. 

Ejemplo: 

• Las leyes que penalizan la homosexualidad violan el derecho internacional de no discriminación (fallo del Comité de Derechos Humanos de la ONU). 

El derecho a la seguridad Humana y Personal: los Principios 4 al 11 abordan varios derechos fundamentales: derecho a la vida, a vivir sin violencia y sin tortura, a la privacidad, al acceso a la justicia y a no ser detenido/a arbitrariamente. 
Ejemplos: 

• La pena de muerte se sigue aplicando a casos de actividad sexual consensuada entre adultos del mismo sexo, a pesar de que las resoluciones de la ONU subrayan que la pena de muerte no podrá imponerse por “relaciones sexuales consensuadas entre adultos”. 

• Once hombres fueron arrestados en un bar gay y se les mantuvo detenidos por un año. El Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU concluyó que la detención de estos hombres violaba la ley internacional y agregó con pesar que “uno de los detenidos murió a causa de la detención arbitraria”. 

Derechos económicos, sociales y culturales: los Principios 12 al 18 establecen la importancia de la no discriminación en cuanto al goce de los derechos económicos, sociales y culturales; esto incluye la no discriminación en el empleo, en el acceso a la vivienda, a la seguridad social, a la educación y a los servicios de salud. 

Ejemplos: 

• Las lesbianas y mujeres transgénero están en un creciente riesgo de sufrir discriminación, de carecer de vivienda y de sufrir violencia (informe del Relator Especial de la ONU sobre vivienda adecuada). 

• Las niñas que expresan afecto por otras niñas son discriminadas y expulsadas de las instituciones educativas (informe del Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la educación). 

• La Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU expresó preocupación por las leyes que “prohiben la cirugía de reasignación de sexo para transexuales o que obligan a las personas intersexo a someterse a ese tipo de cirugías contra su voluntad”. 

Derechos de expresión, opinión y asociación: los Principios 19 al 21 subrayan la importancia de la libertad de expresarse, expresar la propia identidad y la propia sexualidad, sin interferencia del Estado sin importar la orientación sexual y la identidad de género; esto incluye el derecho a participar en asambleas y eventos públicos pacíficos y a asociarse en comunidades con otras personas. 

Ejemplo: 

• Una reunión pacífica para promover la igualdad de las diversas orientaciones sexuales e identidades de género fue prohibida por las autoridades, al tiempo que los participantes eran acosados e intimidados por la policía y por conciudadanos extremistas que gritaban cantaletas como “Vamos a por los maricones” y “Les vamos a hacer lo que Hitler hizo a los judíos”. (informe del Relator Especial de la ONU sobre formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia).

Libertad de movimiento y derecho a recibir asilo: los Principios 22 y 23 subrayan los derechos de las personas a solicitar asilo en caso de padecer persecución por su orientación sexual e identidad de género. 

Ejemplo: 

• La protección y estatus de Refugiado deberá otorgarse a personas que enfrentan fundados temores de ser perseguidos por su orientación sexual (Pautas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados). 

El derecho a Participar en la Vida cultural y Familiar: los Principios 24 al 26 versan sobre el derecho de las personas a participar en la vida familiar, en los asuntos públicos y en la vida cultural de su comunidad, sin discriminación por su orientación sexual o identidad de género. 

Ejemplo: 

• Los Estados tienen la obligación de no discriminar entre parejas de sexo diferente y parejas del mismo sexo al otorgar los beneficios de la sociedad conyugal, por ejemplo, al otorgar pensión al sobreviviente de una pareja (fallo del Comité de Derechos Humanos de la ONU). 

Derechos de los defensores de derechos Humanos: el Principio 27 reconoce el derecho a defender y promover los derechos humanos sin discriminación por orientación sexual e identidad de género, así como la obligación de los Estados de garantizar protección a los defensores de derechos humanos que trabajan estos temas. 

Ejemplo: 

• En todo el mundo, los defensores de derechos humanos que trabajan con cuestiones de orientación sexual e identidad de género “han recibido amenazas, asaltos a sus casas y oficinas, ataques, torturas, abusos sexuales, tortura con amenaza constante de muerte, e incluso la muerte. Lo que más preocupa a este respecto es la casi total falta de seriedad con que estos casos han sido tomados por las autoridades responsables” (informe del Representante Especial del Secretario General de la ONU sobre Defensores de Derechos Humanos). 

El derecho a recursos legales y reparaciones y la responsabilidad Penal: los Principios 28 al 29 ratifican la importancia de responsabilizar penalmente a los violadores de derechos y de garantizar que se otorguen reparaciones legales apropiadas a las personas cuyos derechos han sido violados. 

Ejemplo: 

• La Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU expresó preocupación por la “impunidad en crímenes violentos contra personas LGBT” y señaló que es “responsabilidad del Estado el hacer extensiva la protección efectiva” a estos grupos. La Alta Comisionada señala que “excluir a las personas LGBT de estas protecciones claramente viola la legislación internacional sobre derechos humanos y los estándares de humanidad que nos definen a todos/as”. 

Recomendaciones adicionales: en los Principios se incluyen 16 recomendaciones adicionales dirigidas a instituciones de derechos humanos, organismos profesionales, patrocinadores, ONGs, a la Alta Comisionada de Derechos Humanos, a las instancias de la ONU, a los órganos de los tratados, a los Procedimientos Especiales, y a otros agentes. 

Ejemplo: 

• A modo de conclusión, se reconoce que hay una responsabilidad compartida entre una serie de actores de promover y proteger los derechos humanos y de integrar estos estándares en su labor. Una declaración conjunta presentada el 1º de diciembre de 2006 ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por 54 Estados de 4 de las 5 regiones de la ONU, por ejemplo, insta al Consejo de Derechos Humanos a “dar la debida atención a las violaciones de derechos humanos basadas en la orientación sexual y la identidad de género” y elogia la labor de la sociedad civil en esta área, además de hacer un llamado a “todos los Procedimientos Especiales y órganos de los tratados a que continúen incluyendo las violaciones de derechos humanos basadas en la orientación sexual y la identidad de género dentro de sus mandatos pertinentes”. Como se reconoce en dicha declaración y se ratifica en los Principios de Yogyakarta, la protección efectiva de los derechos humanos es verdaderamente responsabilidad de todos.

¿Qué son los Principios de Yogyakarta? Los Principios de Yogyakarta son una serie de principios sobre cómo se aplica la legislación internacional de derechos humanos a las cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Los Principios ratifican estándares legales internacionales vinculantes que los Estados deben cumplir. Prometen un futuro diferente, donde todas las personas, habiendo nacido libres e iguales en dignidad y derechos, podrán ejercer ese precioso derecho adquirido al momento de nacer. 

¿Por qué son necesarios? La violación a los derechos humanos de las personas por su orientación sexual e identidad de género, real o percibida, constituye un patrón global arraigado que nos preocupa gravemente. Entre esas violaciones a los derechos humanos podemos mencionar: los asesinatos extralegales, tortura y maltrato, ataques y violaciones sexuales, invasión a la privacidad, detenciones arbitrarias, negar las oportunidades de empleo y educación, y grave discriminación en relación al goce de otros derechos humanos. 

Los mecanismos fundamentales de derechos humanos de las Naciones Unidas han ratificado la obligación de los Estados de garantizar la efectiva protección de todas las personas contra toda discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género. No obstante, la respuesta internacional ha sido fragmentaria e inconsistente, lo que crea la necesidad de explicar y comprender de manera consistente el régimen legal internacional de derechos humanos en su totalidad y de cómo éste se aplica a las cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Esto es lo que hacen los Principios de Yogyakarta. 

¿cómo se llegó a estos Principios? 

Los Principios fueron desarrollados y adoptados por unanimidad por un distinguido grupo de expertos en derechos humanos de distintas regiones y diversa formación, entre ellos: jueces, académicos, un ex Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, los Procedimientos Especiales de la ONU, miembros de órganos de los tratados, ONGs y otros. El profesor Michael O’Flaherty, Relator del proceso, hizo importantes contribuciones al redactar y revisar los Principios de Yogyakarta. 

Un evento clave para desarrollar los Principios fue un seminario internacional que se llevó a cabo en Yogyakarta, Indonesia en la Universidad de Gadjah Mada del 6 al 9 de noviembre del 2006, y en donde participaron muchos de los expertos en leyes mencionados. En ese seminario se aclararon la naturaleza, el alcance y la implementación de las obligaciones de derechos humanos contraídas por los Estados en relación a la orientación sexual y la identidad de género, en virtud de los tratados y leyes de derechos humanos existentes. 

¿Qué cubren estos Principios? Los Principios de Yogyakarta se refieren a una amplia gama de derechos humanos y cómo se aplican en cuestiones de orientación sexual e identidad de género. Entre otros, se incluyen: ejecuciones extralegales, violencia y tortura, acceso a la justicia, privacidad, no discriminación, los derechos de libertad de expresión y reunión, empleo, salud, educación, cuestiones de migración y refugiados, participación pública y una variedad de otros derechos. 


¿cómo pueden estos derechos ser implementados? 

Los Principios ratifican la obligación primordial que tienen los Estados de implementar los derechos humanos. Cada uno de los Principios va acompañado de recomendaciones detalladas a los Estados. Los Principios también subrayan, no obstante, que todos los actores tienen responsabilidad de promover y proteger los derechos humanos. Por tanto, se hacen recomendaciones adicionales dirigidas al sistema de derechos humanos de la ONU, a instituciones nacionales de derechos humanos, a los medios, a las organizaciones no gubernamentales y a otras instancias.

Referencia: Principios de Yogyakarta. Principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación sexual y la identidad de género, marzo de 2007. Resumen: Estos principios tienen por objeto entregar orientaciones a los Estados sobre los derechos humanos por motivos de orientación sexual e identidad de género. Fueron elaborados por una comisión de expertos a petición de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, en el año 2006, quien fue una de sus coautoras; y fue presentado al Consejo de Derechos Humanos en 2007. Son muy importantes para nuestro país, puesto que Chile se comprometió a aplicarlos en el Examen Periódico Universal (EPU) de la ONU del año 2009.

domingo, 6 de septiembre de 2020

La homofobia no es de izquierda ni de derecha


Se puede ser de izquierda y creer en la justicia y la solidaridad social, siendo profundamente homofóbico. Y viceversa: católico conservador, antiliberal... y homofóbico.
La homofobia no es de izquierda ni de derecha
En una videoconferencia reciente, Mariela Castro Espín, la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de Cuba, convoca a participar activamente en las jornadas contra la homofobia en el actual mes de mayo durante las circunstancias de pandemia. Su llamado es a innovar para visibilizar la violencia intrafamiliar, los feminicidios y la discriminación LGBTI en Cuba, donde a diferencia de otras latitudes, "contamos con la voluntad política del Estado cubano".

Castro Espín reflexiona sobre cómo se organizan las sociedades para responder a esta pandemia, con la atención de "todas las personas, sin atentar a sus derechos", y sugiere como solución posible el "gobierno del pueblo" para evitar que "salga lo peor de las personas". Unir voluntades y emprender el "activismo organizado y responsable" para atender y enfrentar la homofobia son su llamado concreto. 

Sin embargo, acto seguido, en un aparente intento por dotar de mayor legitimidad y universalidad a su causa, Mariela la vincula con celebraciones históricas diversas en su origen, composición y proyección ideológica. Entre ellas menciona el Día de los Trabajadores (1ro de mayo), la victoria contra el fascismo (9 de mayo), el Día del Campesino Cubano (19 de Mayo) y, por supuesto, el natalicio de Carlos Marx, el filósofo crítico que abogó por una "ideología emancipatoria" para "transformar el mundo (...) heredada por la Revolución cubana".

Ahí están "todas las herramientas de pensamientos necesarios para transformar la realidad", las cuales se expresan en la "voluntad política del PCC, el Estado y el Gobierno de Cuba", y su decisión de defender los derechos de "todos los cubanos" con el instrumento jurídico constitucional aprobado en el 2019. Su conclusión en semejante silogismo no deja de sorprenderme: luchar contra la homofobia en Cuba es parte de la lucha ideológica "clasista" y "antimperialista", por lo que la garantía de los derechos de "todos" implica "claridad ideológica" y "unidad" frente a los "constantes sabotajes" de "baratijas" y "garrapatillas" al servicio del poder imperial. 

La originalidad circular del argumento me ha motivado algunas reflexiones. Entendida la función política de su narrativa, el argumento descansa sobre dos falacias: en el siglo XX ni la trans-homofobia ni la violencia intrafamiliar formaron parte de la "ideología emancipatoria marxista", y menos aún de la "práctica revolucionaria".

El minucioso análisis de la economía capitalista en la primera mitad del siglo XIX le revela a Marx una contradicción irresoluble entre las relaciones de producción y la apropiación de un excedente productivo –plusvalía– por la clase propietaria de los medios de producción. Ahí radica el carácter clasista de la explotación capitalista: el capital al propietario burgués, y la enajenación y miseria al proletario. La lucha de clases implica la toma de conciencia paulatina, por estos últimos, de su potencial transformador, es decir, revolucionario. El tránsito de la "clase en sí" a la "clase para sí". Y a ello, Marx dedicó gran parte de su vida y obra. Creo entender, entonces, que el marxismo como construcción teórica no produjo interpretaciones para el fenómeno homofóbico, un tema absolutamente del ámbito privado en esos años. 

El carácter "emancipatorio" de la "ideología marxista" como "instrumento" no solo para interpretar, sino para "transformar el mundo", me temo que pertenece más a la relativa interpretación en el discurso político de ciertos procesos y liderazgos que han usado, selectiva y estratégicamente, algunos postulados marxistas para justificar la nueva "dictadura" en nombre de un difuso proletariado. Así, la "emancipación proletaria" ha sido funcional a estrategias políticas disímiles, defensivas e intervencionistas, anti(yanqui) y proimperiales (Rusia, China), derechos sociales adjudicados per se versus controles y exclusiones, manipulaciones y represiones. 

Más problemática resulta la relación de "la práctica revolucionaria" con la homofobia. Las revoluciones del siglo XX, como procesos ideológicos y prácticas transformativas, han demostrado una conflictiva, por no llamar abusiva, recepción de las diferencias sociales. Necesitadas siempre de una ideología –ideas y formulaciones auto-justificativas y totalizantes– que las legitime, su énfasis ha sido el TODO, la colectividad, la sociedad, la masa, sin reparar en su sustrato individualista, donde radican las diferencias humanas. La Revolución rusa tuvo su GULAG, la China su Revolución Cultural, y la cubana su UMAP. Stalin, Mao y Fidel discursivamente defendían al proletario, pero en la práctica, articularon sus decisiones sobre la máxima radical "Con la Revolución todo; contra la Revolución, nada". Y el "nada" implicó decisiones arbitrarias, negaciones, controles, represiones, manipulaciones, exclusiones y, como diría el escritor y político checo Václac Havel, "el vivir en la mentira". 

Por otra parte, diversos movimientos que adquieren cierto sentido revolucionario y antimperialista, con orientaciones ideológicas y religiosas diversas, han mostrado crueles y nada civilizadas formas de 


El carácter "emancipatorio" de la "ideología marxista" como "instrumento" no solo para interpretar, sino para "transformar el mundo", me temo que pertenece más a la relativa interpretación en el discurso político de ciertos procesos y liderazgos que han usado, selectiva y estratégicamente, algunos postulados marxistas para justificar la nueva "dictadura" en nombre de un difuso proletariado. Así, la "emancipación proletaria" ha sido funcional a estrategias políticas disímiles, defensivas e intervencionistas, anti(yanqui) y proimperiales (Rusia, China), derechos sociales adjudicados per se versus controles y exclusiones, manipulaciones y represiones. 

Más problemática resulta la relación de "la práctica revolucionaria" con la homofobia. Las revoluciones del siglo XX, como procesos ideológicos y prácticas transformativas, han demostrado una conflictiva, por no llamar abusiva, recepción de las diferencias sociales. Necesitadas siempre de una ideología –ideas y formulaciones auto-justificativas y totalizantes– que las legitime, su énfasis ha sido el TODO, la colectividad, la sociedad, la masa, sin reparar en su sustrato individualista, donde radican las diferencias humanas. La Revolución rusa tuvo su GULAG, la China su Revolución Cultural, y la cubana su UMAP. Stalin, Mao y Fidel discursivamente defendían al proletario, pero en la práctica, articularon sus decisiones sobre la máxima radical "Con la Revolución todo; contra la Revolución, nada". Y el "nada" implicó decisiones arbitrarias, negaciones, controles, represiones, manipulaciones, exclusiones y, como diría el escritor y político checo Václac Havel, "el vivir en la mentira". 

Por otra parte, diversos movimientos que adquieren cierto sentido revolucionario y antimperialista, con orientaciones ideológicas y religiosas diversas, han mostrado crueles y nada civilizadas formas de patriarcado "heteronormativo". Ejemplos recientes sobran, y en todas direcciones. El cruel radicalismo del movimiento islámico (ISIS), la Guardia Revolucionaria Iraní y los movimientos radicales palestinos. Es importante reconocer que países con una histórica tradición imperial y cultura heteropatriarcal como la Rusia postsoviética, a pesar de su orientación al capitalismo electivo y la cultura occidental del consumo, presentan elevados índices de homofobia.

La homofobia es una actitud intolerante ante el género y la libertad de elección de la orientación sexual del individuo. No tiene relación con la ideología política de derecha o izquierda, ni con valores como el antimperialismo o la justicia social. Se puede ser de izquierda y creer en la justicia y la solidaridad social, siendo profundamente homofóbico. Y viceversa, católico conservador y antiliberal, y homofóbico. El género y su libertad de elección por el individuo son una causa humana que rebasa los condicionamientos estructurales clasistas, y por tanto, no refleja una ideología de clases; menos aún, intereses en conflictos clasistas –lucha de clases–.

Los nuevos movimientos sociales a partir de la década de los años 70 del siglo pasado han sido acciones colectivas disruptivas que confrontan al Estado en aras de expandir los derechos ciudadanos. Son acciones basadas en interacciones comunicativas, cognitivas y culturales; demandas de identidad de sectores diferenciados que expresan la transversalidad y creciente diferenciación de las sociedades actuales. Visibilidad y voz de las diferencias frente a la lógica hegemónica del Estado. Activismo cívico –agencia– y agenda para el debate público y la acción política. 

Apoyar las campañas y estrategias de acción para educar y castigar la violencia machista y la homofobia en Cuba es una noble y urgente tarea. Pero resulta contradictorio escuchar, en la convocatoria del Cenesex, las claves autoritarias, verticalistas y discriminantes que intentan combatir. Lejos de visibilizar y sensibilizar a la sociedad, el resultado será inverso: polarización y violencias cotidianas multiplicadas.

Hay garrapatillas que cuando entran no se las considera, porque no son nada, son servidores simples y vulgares del Imperio”. Así calificó a sus críticos Mariela Castro, la Infanta de la familia reinante en Cuba, en una transmisión para anunciar la próxima jornada cubana contra la homofobia y la transfobia.
Según la Castro, esas jornadas son “constantemente saboteadas” por “grupos serviles” al Imperio Yanqui. Esos grupos, a juzgar por otras declaraciones de la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), son los activistas por los derechos LGBTIQ que se resisten a ser encuadrados en dicha institución, creada por el régimen castrista.

Entrevista a Norges Espinoza, dramaturgo cubano.

viernes, 21 de agosto de 2020

¿Qué hace Cuba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU?

Es una grave contradicción pertenecer a este organismo y no haber ratificado los dos Pactos fundamentales de Derechos Humanos

El Consejo de Derechos Humanos es el máximo órgano evaluativo y de monitoreo de los Derechos Humanos en Naciones Unidas. A este organismo deben pertenecer los países que mejores récords tengan de respeto a los Derechos Humanos, a nivel mundial.

En esta dirección va la propuesta de una ONG argentina, CADAL, para reformar dos parámetros de elección al Consejo de Derechos Humanos.

Entre 170 y 175 estados miembros han ratificado los dos Pactos fundamentales y más de 73 países permiten de manera permanente la visita de los Relatores de Derechos Humanos relacionados a los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. No están entre ellos, ni Rusia, ni China, ni Cuba, ni Venezuela ni Arabia Saudita. Sin embargo, Cuba, Arabia Saudita y China han sido los más permanentes representantes en este organismo, desde la creación del Consejo de Derechos Humanos en 2006.

Esta es una de las propuestas de CADAL, la condición para pertenecer al Consejo debe ser:

“Que los 47 Estados Miembro que lo conforman estén obligados a recibir invitaciones abiertas y permanentes a todos los relatores especiales del organismo”.

“De esta manera, si Arabia Saudita integra el CDH deberá aceptar, por ejemplo, la visita del Grupo de trabajo sobre la cuestión de la discriminación contra la mujer en la legislación y en la práctica, y el de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer. Y en el caso de Cuba y China la visita de Relator Especial sobre el derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas; el Relator Especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión; el Relator Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos; la Relatora Especial sobre la independencia de los magistrados y abogados; y el Relator Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, entre otros”.

La otra condición a respetar es que las votaciones para pertenecer al Consejo sean abiertas y no secretas. Los gobiernos representados rinden cuenta de sus decisiones a las sociedades civiles de sus poblaciones por lo tanto deben ser transparentes con su actuación en Naciones Unidas.

CADAL lo formula así:

“De esta manera se brindaría transparencia al voto de cada país, permitiendo conocer si el mismo se ajustó a lo establecido en el punto 8 de la resolución. Asimismo, en los países democráticos el conocimiento público sobre el voto de las candidaturas para integrar el CDH generaría debate interno en caso de haber apoyado a un Estado que internamente reprime severamente el ejercicio de las libertades fundamentales”.

El multilateralismo que pretende defender el gobierno cubano no puede incluir la violación de Derechos Humanos en los países que dicen tener otro “modelo” de sistema político y económico. Cualquier “modelo” de sistema económico, político y cultural, desde Burundi a Cuba, tiene que respetar los Derechos Humanos contenidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en los dos Pactos fundamentales de Naciones Unidas o sencillamente retirarse de la organización y del consenso de Naciones Unidas. Ningún país ha sido obligado a pertenecer a Naciones Unidas desde su fundación. Esta participación voluntaria en el concierto de Naciones Unidas tiene que ser coherente con el respeto de los derechos, todos y con aplicar las normas del Derecho internacional a sus legislaciones nacionales y permitir la visita libre y permanente de todos los Relatores de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

El Gobierno cubano no ha ratificado los dos Pactos fundamentales de Derechos Humanos, que firmó en 2008, no permite la visita permanente abierta de ningún Relator de Derechos Humanos y sólo ha permitido en los últimos diez años, la visita “controlada” de un Relator sobre la alimentación, otro sobre la Trata de personas, y otra sobre Cooperación internacional. El Gobierno cubano no permite las presentaciones personales de sus ciudadanos en Naciones Unidas violando este derecho ciudadano.

El Gobierno cubano no ha ratificado el protocolo facultativo de la Convención contra la Tortura y los tratos crueles e inhumanos que permite la evaluación y monitoreo in situ de Naciones Unidas sobre todo el sistema carcelario de Cuba con graves déficit de espacio, alimento, higiene, atención médica, y reiterados abusos de poder de las autoridades carcelarias como reseñan los testimonios de las víctimas de estos atropellos.

El Gobierno cubano no permite la creación de una Comisión Nacional de Derechos Humanos, independiente al Estado y Partido cubanos. Dice que no quiere adscribirse a los Principios de París que lo regula, porque otras organizaciones estatales se ocupan de monitorear el estado de los Derechos Humanos en Cuba.

Sin embargo, en todos los informes que entrega en la ONU no puede mostrar los datos de las violaciones que se comenten en Cuba sobre los arrestos arbitrarios, la ausencia de debido proceso, el no respeto del Habeas corpus, la discriminación racial y de género, las violaciones de derechos resultado de la violencia intrafamiliar, los datos sobre feminicidios, los datos sobre abuso de poder de las autoridades civiles, laborales y militares, la violación de los derechos laborales, relativos al trabajo decente la prohibición de confiscar el salario, el derecho a huelga, el derecho al empleo libre que no existe para los profesionales del país, el derecho a crear sindicatos libres del estado, de los derechos económicos, la imposibilidad de crear empresas privadas y cooperativas, la imposibilidad de reivindicar y justiciar los derechos sociales y culturales, y la violación a los derechos de libertad de expresión asociación y manifestación pacífica. Según la narrativa de las delegaciones cubanas en Naciones Unidas, en Cuba no se viola ningún Derecho Humano. Esta narrativa debe ser fuertemente contestada en Naciones Unidas.

¿Qué hace Cuba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU? Una grave violación ética, política y práctica del reglamento de Naciones Unidas para conformar el Consejo de Derechos Humanos que hay que transformar para eliminar la presencia de las dictaduras en el más alto organismo encargado de monitorear, exigir y evaluar los Derechos Humanos en el mayor consenso de la comunidad de naciones.

[1] “Dos propuestas de reforma para la integración del Consejo de Derechos Humanos” en Puente Democrático Año 15 #64, 26 de abril del 2017, en http://www.puentedemocratico.org/documentos/DocumentoPD64.pdf

[2] Visita “controlada” significa que los Relatores sólo se reúnen con funcionarios del gobierno y con grupos de ciudadanos designados por el gobierno. Estos grupos designados en Cuba son de las organizaciones estatales que encuadran y reprimen a la población en los “actos de repudio”. Los CDRs, la FMC, la CTC, la FEU, la FEEM, la ANAP, la UPEC, la UNEAC, todas creadas por el gobierno, parte del Consejo de Estado y dirigidas por el Partido Comunista de Cuba.

¿Es Cuba aún una sociedad estructuralmente racista?

El histórico racismo cubano se ha solapado durante la época castrista y sobrevive en una discriminación a la población de origen africano que en general es más pobre y menos educada


Ernesto Guevara, el Che, escribió en uno de sus diarios: «Los negros, esos magníficos ejemplares de la raza africana, han conservado la pureza racial gracias a su escasa inclinación al aseo… El negro es indolente y caprichoso, y se gasta el dinero en frivolidades». 

En esas palabras, que el argentino escribía antes de participar en la instalación de la dictadura comunista cubana, se condensa una realidad que el régimen de la isla siempre ha intentado esconder: el racismo en la revolución cubana.

Y hay hechos que prueban que el racismo en Cuba es estructural y además es sostenido institucionalmente por la tiranía comunista.

Un ejemplo es que a pesar de que se estima que la población cubana está integrada en un 60% por negros, los censos oficiales representan que el 65% de la población es blanca. El negro está condenado a no existir en Cuba.

La población negra en Cuba vive en las peores casas de la isla.

Raíz histórica

El racismo está arraigado en la isla desde la época en que era un centro para el tráfico de esclavos. Luego también fue un lugar que albergaba extensas plantaciones de caña trabajadas con mano de obra esclava.

Quintín Banderas, un héroe de las guerras de independencia, se ganó a pulso su ascenso hasta general. Pero una vez terminada la guerra terminó siendo un barrendero. Ser negro era un impedimento para ocupar una alta posición gubernamental.

Con la llegada de los Castro al poder las cosas no cambiaron. En un artículo escrito por el psicólogo cubano exiliado, Ramón Humberto Colás, se recogen algunos de los logros raciales del castrismo.

Los negros, sostiene Colás, viven una situación estructural de marginación en la isla.

Es la población de piel más oscura la que vive en las peores casas, la que representa a la mayoría de la población carcelaria y son los más señalados como responsables de actos delictivos.

En contraste, los negros cubanos son la minoría en las universidades, los que tienen menor acceso a moneda libremente convertible y los negros que tienen automóvil son minoría también.

La representación en la política de los descendientes de africanos en Cuba es mínima también. Son los menos en el cuerpo diplomático y son igualmente escasos en la alta directiva del Partido Comunista Cubano.

Pero cuando Fidel Castro emprendió sus aventuras bélicas en el continente africano, la mayoría de los soldados cubanos que fueron a morir lejos de su tierra, también eran negros.

La población descendiente de africanos en Cuba tiene menor acceso a las universidades.

Como a esclavos fugitivos

El pecado del negro disidente es mayor para la tiranía castrista. Se les trataba como a los esclavos fugitivos que cuando eran recapturados morían a latigazos como castigos, reflexiona Colás.

Así les pasó a los tres jóvenes cubanos mulatos ejecutados sumarialmente en abril de 2003 cuando intentaban huir a los Estados Unidos. En menos de una semana se les siguió un juicio que terminó con una condena a muerte que pretendía servir de escarmiento.

El mismo destino de muerte lo vivió el opositor negro Orlando Zapata, quién murió en medio de una huelga de hambre mientras era prisionero del régimen castrista.

Otros, como Guillermo Fariña, sufrieron el acoso policial del régimen comunista que cada tanto lo encarcela y lo persigue para evitar que se exprese libremente.

Ser negro en Cuba, es un agravante en cualquier circunstancia.

La situación, lejos de ser reconocida por el régimen, es estimulada y después de 60 años de revolución, el abierto racismo institucional en Cuba es un tema que sigue sin resolver.

«Con la salida de Raúl Castro, el naciente poscastrismo tendrá que decidir si mantiene esta línea que limita y condiciona el nivel de integración de los negros y mulatos en la sociedad de la isla. Hoy, siguen perteneciendo al estrato más pobre de la población y son además apartados del mundo que se crea lentamente para los blancos: una Cuba digitalizada, más abierta hacia el exterior, que utiliza divisas y experimenta con una actividad económica privada», escribió el ensayista francés Jean Francois Fogel, en un artículo sobre el tema para el New York Times.

Para Fogel, la revolución cubana no superó la herencia historia que mantiene a los negros lejos del poder.

«Este tono miedoso frente a la población negra ha estado siempre: durante los 57 años de República y también durante los sesenta años de Revolución. Con o sin un campo socialista, en una democracia representativa o en un régimen autoritario, la relación de Cuba con la población afrocubana ha sido excluyente», afirmó Fogel.

«Cuba nunca tuvo un sistema muy formalizado de segregación, pero la relación entre cubanos blancos y de color obedece a una regla tácita de convivencia conocida por todos. Tiene su punto de equilibrio en un lema heredado del colonialismo y que continúa vigente: “Juntos, pero no revueltos; cada cosa en su lugar”.

El censo de 2012 estableció en Cuba tres segmentos de población: blanco, negro y mulato, con 64,1 por ciento de blancos; 9,3 por ciento de negros y 26,6 por ciento de población mulata. Pero, en realidad, solo hay dos culturas: la de los blancos, en el poder político, y la de los otros.

Para el escritor Orlando Freire Santana, la propaganda castrista ha utilizado los episodios de tensiones raciales en Estados Unidos, como el reciente caso de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, para hacer ver que la sociedad norteamericana es estructuralmente racista.

«Un reciente artículo periodístico del poeta y ensayista Víctor Fowler se inscribe también en semejante enfoque. Después de opinar acerca de la imposibilidad del sistema imperante en Estados Unidos para no producir desigualdad, rabia y excrecencias, el articulista escribe que “en esta mirada, el racismo no es coyuntural ni episódico, sino estructural y continuado (bajo las más diversas formas), y más allá de la violencia puntual contra una persona afroamericana”, escribió Freire.

Sin embargo, la realidad es que «el castrismo prefiere ver la paja en el ojo ajeno y no la del suyo propio».

«Un racismo subjetivo también anida en la mente de muchos cubanos de hoy. Son los padres de una muchacha blanca que por nada del mundo acepta que su hija se case con un mestizo; o esos directores cubanos de cine o la televisión que a la hora de escoger a un galán jamás se fijan en un actor de piel negra».

«Lo anterior sin contar con evidencias no tan subjetivas que impactan en la Cuba de hoy, como el bajo número de mestizos como propietarios de negocios particulares; su mayoritaria presencia, en cambio, en las cárceles del país; o las ciudadelas y barrios marginales habitados mayormente por ciudadanos de piel oscura».

«Entonces, ¿por qué ver solo la paja en el ojo ajeno, y olvidar la del suyo propio?»

miércoles, 24 de junio de 2020

LOS CUBANOS NOS SUMAMOS A ´´ UN MINUTO SIN OXIGENO´´

Ecos de homenajes a George Floyd sacan a relucir situación de presos políticos cubanos y el pueblo en general (UN MINUTO SIN OXIGENO). Los cubanos llevamos sin oxigeno ya 60 años.

Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro en La Habana, invita a la convocatoria “Sube tu video #UnMinutoSinOxigenoPorFloyd”.

“La vida de George Floyd se fue apagando durante ocho minutos y 46 segundos, cuando en un solo minuto todo puede cambiar”, “Un minuto te salva. Un minuto te mata. Un minuto te une. Un minuto te conecta. Un minuto te hace libre. Un minuto sin respirar. Un minuto sin oxígeno. Un minuto negro”.

“Cuban Lives Matter”, Las Vidas Cubanas Importan por Todos los cubanos que desde su lucha y/o su corazón buscan y quieren la verdadera libertad de nuestra Cuba´´ 

Solidaridad con las comunidades afrodescendientes y/o negras en Estados Unidos, Cuba y el resto de América Latina y el Caribe
Con mezcla de profundo dolor e impotencia hemos sido testigos en los últimos días del asesinato del estadounidense George Floyd a manos de un miembro del cuerpo policial del estado de Minnesota y también de las subsiguientes manifestaciones de descontento y desobediencia civil protagonizadas por manifestantes en todo el país. Vaya nuestra mayor muestra de condolencia y amor para los familiares y amigos de Floyd y en general para aquell@s miembr@s de las comunidades afrodescendientes y/o negras que han perdido sus vidas en condiciones de abuso policial semejantes, perpetradas esas en diferentes países de las Américas.

Una vez expresados nuestro dolor y empatía, queremos hacer un llamado a tod@s l@s cuban@s que, tanto en Cuba como en la diáspora, nos identificamos como antirracistas para que mostremos nuestro apoyo incondicional a quienes por su visible herencia africana han estado y siguen estando sometidos a crímenes y demonizaciones simbólicas y deshumanizantes.

Desmarcados de toda narrativa que intente relativizar la incontestable injusticia que el asesinato de Floyd supone, deseamos mostrar aquí nuestra voluntad para trabajar con l@s herman@s negr@s en la isla y más allá de sus fronteras para aprender con ell@s, de ell@s, cuáles serían las más efectivas vías para eliminar prejuicios, prácticas y estructuras que nos ayuden a conseguir espacios de convivencia definitivamente armónicos y equitativos.

Atendiendo con humildad y ojo avizor a lo que sucede en los Estados Unidos hoy, nos ponemos a total disposición de activistas y procuradores de afroconciencias que existen ahora mismo tanto en Cuba como en sus espacios transnacionales. Pensar al país en términos democráticos y diversos contiene la demanda inmediata de iniciar estas difíciles conversaciones con las comunidades negras, tan largamente marginadas y hasta hoy abusadas policial e institucionalmente.

Serán conversaciones difíciles porque les adeudamos empoderamientos factuales y la instauración definitiva de un imaginario que no l@s mire y represente desde cotos de jerarquía colonial. Difíciles también porque habría que asumir que nuestra labor sería la del escucha y nunca la del dictaminador. Usar nuestros privilegios en función de una reestructuración profunda de la sociedad es trabajo de tod@s. Para Cuba y sus actores en la sociedad civil esta no es tarea de futuro sino del presente.

Lejos estamos, tal y como ha quedado establecido en el debate público de estos días, de entender la complejidad de la herida que los procesos de colonización y esclavitud han dejado tras de sí en las Américas. Lejos de empatizar sin poner condicionantes previas y hacer denuncias frívolas, acaso falsas, sobre lo que sucede hoy en Estados Unidos. Hay un histórico y conveniente malentendido en el que asumimos que las narrativas de gloria de l@s afrodescendientes en las Américas solo pertenecen al ámbito de la cultura o los deportes y que corresponde al resto de sus conciudadanos consumirlas acríticamente; mientras que a la par sus actos de desobediencia pasan de inmediato al mundo de lo criminalizado y por ende punible.

La imagen de un grupo de mujeres caucásico-descendientes haciendo de sus cuerpos una barrera para que la policía en Louisville no pudiera reprimir a los manifestantes el pasado jueves 28 de mayo es lección aprendida en Selma cuando el nunca olvidado Martin Luther King Jr. en 1965, mientras marchaba a Montgomery, se dejó acompañar por activistas y periodistas blancos para que los primeros golpes que asestara la policía local cayeran sobre sus cuerpos.

Como Estados Unidos, Cuba es un país multiétnico y, de un modo u otro, nos reconocemos como hij@s del cañaveral, de una economía y un orden social que nos puso a algunos a cortar las cañas y a otros a dar los latigazos para que esas cañas fueran cortadas. Pero somos también hij@s de la mezcla entre ambos. Corre por nuestra sangre la del esclavo y la del mayoral. Toca entonces y ahora mismo definir, a cuál de nuestros ancestros queremos socorrer. Acaso a ambos; solo que a uno debemos pararle la mano para que no golpee más mientras que al otro urge, sin preguntas o condiciones, dejarle respirar.


domingo, 14 de junio de 2020

El coronavirus golpea tres veces a la mujeres: por la salud, por la violencia doméstica y por cuidar de los otros

Las medidas restrictivas adoptadas en todo el mundo para luchar contra el COVID-19 intensifican el riesgo de violencia doméstica y aumentan la carga de trabajo en el hogar. Además, aquellas que se encuentran embarazadas, temen por su salud a la hora de asistir a controles o se quedan sin servicios. Los Gobiernos no pueden abandonar a las mujeres en medio de la emergencia.

 La pandemia de coronavirus COVID-19 ha interrumpido gravemente el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y ha obstaculizado la capacidad de las autoridades para responder a la violencia de género, en un momento en que las mujeres y las niñas necesitan más estos servicios, advierte el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

  La directora del Fondo, Natalia Kanem, explicó en un comunicado quienes están sufriendo más en esta crisis de salud pública:
“Las embarazadas, que necesitan atención prenatal, pero no saben si es seguro ir a la clínica; las mujeres en relaciones abusivas atrapadas en casa en el futuro previsible y temiendo por su seguridad. Las decenas de millones de personas en los campos de refugiados, que están contando los días para que llegue el coronavirus, y para quienes el distanciamiento social simplemente no es una opción. Las personas mayores, muchas de las cuales están atrapadas de forma aislada, carecen de interacción social y son particularmente vulnerables a enfermarse gravemente por el virus”.
Kanem, como muchos otros líderes de las Naciones Unidas, llamó a la solidaridad, la resolución y el desinterés: “no debemos olvidar que hay personas que corren un gran riesgo como consecuencias de la crisis, aunque no sea visible de inmediato”.
EL Fondo de Población trabaja con Gobiernos y socios para priorizar las necesidades particulares de las mujeres y las niñas, y su directora ha pedido 187 millones de dólares para apoyar a los países con sistemas débiles de salud pública, incluidos aquellos que están en situaciones frágiles o dependen de la ayuda humanitaria.
Además, está brindando material de apoyo a los sistemas de salud afectados y protege a los trabajadores de salud y las parteras. En China, Irán y Filipinas, por ejemplo, se han distribuido artículos de higiene esencial y otros artículos de protección para los más vulnerables. 
“Pero debemos hacer mucho más para garantizar que se satisfagan las necesidades más íntimas, pero esenciales, de las mujeres y las niñas del mundo mientras luchamos contra el COVID-19 durante los meses difíciles que se avecinan”, concluyó Kanem.

La violencia doméstica durante las cuarentenas, un gran problema

Las medidas restrictivas adoptadas en todo el mundo para luchar contra del COVID-19 intensifican el riesgo de violencia doméstica y los Gobiernos deben defender los derechos humanos de las mujeres y los niños y proponer medidas urgentes para las víctimas de esa violencia, aseguró este viernes una experta en derechos humanos de la ONU haciéndose eco de las palabras de la directora del Fondo de Población.
"Es muy probable que aumenten las tasas de violencia doméstica generalizada, como ya sugieren los informes iniciales de la policía y la línea de ayuda directa. Para demasiadas mujeres y niños, el hogar puede ser un lugar de miedo y abuso. Esa situación empeora considerablemente en casos de aislamiento, como los bloqueos impuestos durante la pandemia del COVID-19”, advirtió la relatora especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, Dubravka Simonovic.
Simonovic expresó que todos los Estados deben hacer esfuerzos significativos para abordar la amenaza del COVID-19, pero no deben dejar atrás a las mujeres y los niños víctimas de violencia doméstica, ya que esto podría conducir a un aumento de la violencia, incluidos los feminicidios de parejas íntimas.
“El riesgo se agrava en un momento en que no hay o hay menos refugios y servicios de ayuda disponibles para las víctimas; cuando es difícil acceder a aquellos que aún están abiertos; y cuando hay menos apoyo de la comunidad; menos intervenciones policiales y menos acceso a la justicia ya que muchos tribunales están cerrados".

Más carga en el trabajo doméstico

Asimismo, la experta de la ONU señaló que, para muchas mujeres, las medidas de emergencia necesarias para luchar contra el COVID-19 han aumentado su carga con respecto al trabajo doméstico y el cuidado de niños, parientes ancianos y familiares enfermos. 
"Para empeorar las cosas, las restricciones de movimiento, las restricciones financieras y la incertidumbre generalizada envalentonan a los perpetradores y les proporcionan poder y controles adicionales".
Simonovic expresó preocupaciones particulares sobre las mujeres con mayor riesgo de violencia doméstica, como las mujeres con discapacidad, las mujeres migrantes indocumentadas y las víctimas de la trata.
La experta de la ONU pidió a los Gobiernos que no pongan la protección de las víctimas en espera y les instó a continuar combatiendo la violencia doméstica en los tiempos del COVID-19. 
Las medidas para proteger a las víctimas deben permanecer disponibles o ser adoptadas durante la crisis. Eso incluye garantizar el acceso a la protección restringiendo las órdenes y manteniendo refugios seguros y líneas de ayuda para las víctimas. La policía debería aumentar sus esfuerzos para una acción rápida.
"Como hacer llamadas telefónicas puede ser peligroso en un contexto de confinamiento en el hogar, las líneas de ayuda pueden facilitar el acceso al proporcionar chats en línea y servicios de mensajes de texto para las víctimas. Los Estados también deben encontrar soluciones nuevas y creativas para apoyarlos", dijo la experta.
Finalmente, afirmó que los Gobiernos no deben permitir que las circunstancias extraordinarias y las medidas restrictivas contra COVID-19 conduzcan a la violación del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia".

Llamamiento del Secretario General

Ante esta situación el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha solicitado que se adopten medidas para hacer frente a este "estremecedor repunte global de la violencia doméstica" contra mujeres y niñas ocurridos durante las últimas semanas.
"Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para reducir el COVID-19. Pero pueden hacer que las mujeres se vean atrapadas con parejas abusivas", destacó el titular de la ONU.
 Guterres recordó que la violencia no siempre se limita a los campos de batalla y que la amenaza sobre mujeres y niñas se cierne precisamente en el lugar "donde deberían estar más seguras: en sus propios hogares".

Los relatores especiales, los expertos independientes y los grupos de trabajo son parte de lo que se conoce como los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos. Procedimientos especiales, el mayor grupo de expertos independientes en el sistema de derechos humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y monitoreo del Consejo que abordan situaciones específicas de países o cuestiones temáticas en todas partes del mundo. Los expertos en procedimientos especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y sirven a título individual.

Coronavirus: la preocupación por las víctimas de violencia de género que tienen que convivir en cuarentena con su agresor (y dónde buscar ayuda)




Mujer llorando.Derechos de autor de la imagen IMAGES
Image captionLas medidas de confinamiento evidencian la vulnerabilidad de las mujeres víctimas de violencia de género.

Millones de personas alrededor del mundo tienen que permanecer confinadas en sus casas para combatir el brote de coronavirus. Sin embargo, para muchas personas su propio hogar no es un lugar seguro.
Según las autoridades sanitarias, el confinamiento es la forma más eficaz para reducir el número de contagios de covid-19, que hasta el 24 de marzo afectaba a más de 400.000 personas en más de 160 países.
Sin embargo, este confinamiento también está dejando en evidencia otra realidad: la de las mujeres que sufren violencia de género y durante estos días tienen que estar encerradas con su agresor.
ONU Mujeres alertó en un informe de que en este contexto de emergencia "aumentan los riesgos de violencia contra las mujeres y las niñas, especialmente violencia doméstica, debido al aumento de las tensiones en el hogar y puede también aumentar el aislamiento de las mujeres".
"Las personas sobrevivientes de violencia pueden enfrentar obstáculos adicionales para huir de situaciones violentas o para acceder a órdenes de protección y/o servicios esenciales que pueden salvar vidas, debido a factores como las restricciones de la circulación o la cuarentena".
  • Los graves efectos psicológicos que tiene la cuarentena sobre quienes están aislados por el coronavirus
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Por eso, muchos gobiernos están tomando medidas al respecto, sobre todo reforzando las líneas de ayuda telefónica a mujeres que se puedan encontrar en una situación de malos tratos.
Una de las iniciativas más aplaudidas fue puesta en marcha por el gobierno de las islas Canarias, en España. Las mujeres en peligro en esta región española pueden ir a la farmacia y pedir una "Mascarilla-19" para alertar al personal de que necesitan ayuda.
Pero en muchos casos, las mujeres no pueden salir o no pueden llamar por teléfono de forma segura para alertar a las autoridades de su situación.
Por eso, en algunos países se han tomado otro tipo de medidas, como fortalecer la atención online o por WhatsApp.

Chile

El Ministerio de la Mujer de Chile también publicó un Plan de Contingencia que busca resguardar a las mujeres que están expuestas durante la cuarentena, "ya que podría aumentar el riesgo de sufrir situaciones de violencia por parte de sus parejas o convivientes".
El gobierno chileno ha reforzado con más turnos el teléfono de atención 1455 que asegura la atención y orientación 24/7 de las usuarias.
Además, durante este período de emergencia continúan operativos los Centros de la Mujer y las Casas de acogida.
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