sábado, 30 de septiembre de 2017

Los testigos del cierre de la embajada de EE.UU. en Cuba que vuelven para verla funcionar

EEUU expulsa 2 diplomáticos cubanos por extraño incidente en embajada en La Habana

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Si usted camina por el Malecón de La Habana, cuando llega al edificio de la nueva embajada de Estados Unidos en Cuba y mira hacia arriba notará que un pequeño balcón sobresale.
"Ése era mi despacho", contó a BBC Mundo Wayne Smith, uno de los últimos funcionarios en abandonar la embajada en 1961, cuando su país rompió relaciones diplomáticas con la naciente Cuba revolucionaria de Fidel Castro.
"Nos ordenaron subir en un autobús y nos llevaron al puerto", desde donde salieron en barco a Estados Unidos dice Smith, de 82 años, recordando aquel 4 de enero de 1961 cuando las autoridades cubanas ordenaron evacuar la embajada.

Para Smith, que llevaba tres años trabajando en la legación, fue un día "muy dramático" y "triste".
"Para cuando salimos del puerto estaba anocheciendo, y al mirar hacia la embajada vimos cómo las luces se encendían y apagaban. Era un grupo de empleados locales diciéndonos adiós".
Asegura que nadie esperaba que el intervalo hasta que las aguas volvieran a su cauce iba a ser más de medio siglo.
"Me acuerdo que entonces pensábamos que iban a ser cuatro o cinco años como mucho, pero 54 ¡es increíble!".
RESUMEN: 

Estados Unidos anunció el miércoles que en mayo pasado expulsó a dos diplomáticos de la Embajada de Cuba en Washington después de que algunos funcionarios estadounidenses de su legación en La Habana tuvieran que regresar por unos “incidentes” que les causaron “síntomas físicos”.
Así lo explicó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en su rueda de prensa diaria, tras ser preguntada por unos “incidentes” en la Embajada de EEUU en Cuba ocurridos en 2016, de los que no precisó más detalles.La portavoz dijo que el Gobierno de Donald Trump “se toma muy seriamente” estos “incidentes” porque el Ejecutivo cubano “tiene la responsabilidad de proteger” al personal diplomático estadounidense “por la Convención de Ginebra”.EEUU investiga estos “incidentes” desde hace meses, pero la portavoz afirmó no conocer “la fuente o la causa” de los mismos ni indicó cuántas personas habrían resultado afectadas.
Tampoco precisó cuántos funcionarios estadounidenses dejaron la Embajada de La Habana como consecuencia del suceso o si han sido reemplazados, pero sí aseguró que todos los afectados son personal del Departamento de Estado y no ciudadanos anónimos.
Nauert no explicó en qué consisten la “variedad de síntomas físicos” de los que habló, porque -según precisó- la política del gobierno es no entrar en detalles cuando se trata de asuntos médicos que afectan a sus ciudadanos.
“Alguna de nuestra gente tuvo la opción de dejar Cuba por razones de salud, como resultado de eso le pedimos a dos funcionarios cubanos que dejaran Estados Unidos y lo han hecho, nos tomamos la situación muy seriamente”, relató.
Preguntada por qué la expulsión de los funcionarios cubanos se produjo en mayo de este año si los “incidentes” ocurrieron en 2016, la portavoz se limitó a contestar que “toma tiempo” determinar lo ocurrido porque requiere “exámenes médicos”.
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jueves, 28 de septiembre de 2017

#CUBA lus verde a represores

#Cuba los órganos del MININT les da luz verde a represores q se dedican a revender divisas en cadecas d Santa Clara,Curbelo uno d ellos así se apellida reside en Reparto los Sirios.Abajo la dictadura y responsabilizamos por la vida d nuestros activistas a la Seguridad del Estado




VIDEO: En Cuba darse una ducha, un lujo que pueden permitirse muy pocos

¿Por qué emigran los cubanos?

Culpar al ‘imperialismo yanqui’ o a su ‘perversa y criminal’ Ley de Ajuste no va detener el goteo imparable de ciudadanos que escapan de la pobreza material y la falta de futuro.
El debate nacional debería ser otro. Un gobierno responsable y coherente se preguntaría que está fallando. Igualar a los emigrados cubanos con la migración tercermundista sería reconocer de facto el fracaso del modelo económico y social que preconizan.
Pregúntenle a un mexicano o un sirio que huye de la guerra civil, si aprueba la gestión gubernamental de Enrique Peña Nieto o Baschar el Asad.
La gente emigra hacia otros países para vivir con dignidad, mejorar su salario y poder desarrollar a plenitud sus aptitudes profesionales. Los cubanos que se marchan intentan cambiar su suerte.
Charlé con decenas de compatriotas varados en Costa Rica tras la decisión del presidente nicaragüense Daniel Ortega de cerrar la frontera en Peñas Blancas.
Ni uno solo era perseguido del gobierno o disidente político. Pero de manera franca te cuentan que ya están cansados. De todo. Del añejo e ineficiente gobierno de los hermanos Castro, y a pesar de tener garantizada salud universal y educación pública altamente ideologizada, no soportan sus vidas grises, el control social, la libreta de racionamiento, un futuro entre signos de interrogación y que no se cuente con ellos para administrar el país.
La mayoría de los más de cuatro mil migrante atascados en Costa Rica quieren ser hombres y mujeres libres. Ser ellos. No un instrumento de nadie.
Es un grupo heterogéneo y variopinto. La mayoría son profesionales o técnicos medios que en Cuba guardaban en una gaveta su título universitario y se dedicaban a quemar discos piratas, manejar un taxi o vender pacotillas industriales.
Desde luego, también hay su morralla. Jineteras, vendedores de drogas o vagos, como en cualquier grupo humano. Pero son los menos. Su criterio político no es comparable con aquella hornada de compatriotas que fueron desclasados por decreto e incautadas sus propiedades.
Pero no por ser disidentes o aprobar en silencio los ucases castristas se les debe menospreciar. El cubano no tiene madera de mártir. Las autocracias engendran sistemas de control social muy eficientes. Eso se sabe.
En ningún país con régimen comunista las masas cambiaron el estado de cosas. El Muro de Berlín se vino abajo porque los alemanes del este deseaban huir. La única protesta multitudinaria en La Habana, en el verano de 1994, fue provocada por el deseo de emigrar.
En sociedades como Cuba o Corea del Norte, China y Vietnam con una política despótica hacia los opositores y que como válvula de escape utilizan una economía de mercado que permite prosperar, es improbable que acontezcan cambios de régimen mediante revueltas populares.
El recurso de los cubanos que desayunan café sin leche es marcharse de su patria. A cualquier lado y a cualquier precio. Preferentemente Miami. Pero en Ecuador o España, donde no existe una Ley de Ajuste, viven ya decenas de miles de compatriotas.
La emigración en Cuba tiene un barniz político. Antes de que estuviera en vigor la Ley de Ajuste, Fidel Castro tildó de ‘gusanos’ a los cubanos que querían irse del país. Eran demonizados por el sistema.
Se les separaba de sus puestos de trabajo y mientras esperaban el permiso de salida, debían laborar en faenas agrícolas. Cuando se marchaban perdían sus propiedades.
La salida en una balsa desde las costas de la Isla era un delito sancionado hasta con ocho años de cárcel. Luego en una tribuna, iracundo, Castro los insultaba y les llamaba ‘escoria’.
En 1980, el régimen aplicó los reprochables actos de repudio, linchamientos verbales y físicos de corte fascista, a las personas que emigraban, quienes debían viajar al extranjero sin joyas ni otros patrimonios personales.
Como hizo Hitler con los judíos por Hitler, eran marcados con una letra color escarlata. Después eliminaron esos métodos, pero el cambio de política no fue precedido por una disculpa pública del gobierno que los humilló.
La nueva estrategia es un reacomodo al nuevo panorama político y la urgente necesidad de una improductiva economía estatal de recaudar dólares para su sostén.
Es la economía que generan los ‘gusanos’ de antaño, con sus remesas, recargas telefónicas, viajes a Cuba y envío de paquetes, la segunda industria detrás de la exportación de servicios médicos.
La Ley de Ajuste es un comodín, no la causa real del manicomio cubano. En todo caso, es un problema para Estados Unidos. Debieran revisarla o aplicar estrictamente su contenido.
La actual desbandada migratoria es responsabilidad de la autocracia verde olivo. Antes de 1959, Cuba fue un país de inmigrantes. Entre 1910 y 1925 la Isla absorbió la tercera parte de los emigrantes de España hacia América y en 1902 ingresaron 11,986 inmigrantes, mientras que en 1920 la cifra ascendió a 174,221.
Entre 1931 y 1940, emigraron a Estados Unidos 9,571 cubanos; entre 1941 y 1950, 26,313 y entre 1961 y 1970, 208,536. Según el censo estadounidense de población, en 2010 había 1.213,418 cubanos residiendo en la Florida, lo que representa un incremento del 45,6% respecto a los datos del censo del año 2000.
En el presente año fiscal, de acuerdo a estadísticas de los servicios aduanales de Estados Unidos, más de cuarenta y cinco mil cubanos han entrado por la frontera con México, Canadá y hasta Alaska, fronteriza con Rusia.
A pesar de las reformas migratorias de 2013, los cubanos que se marchan deben pagar altísimos gravámenes por renovar sus pasaportes y pierden sus propiedades si residen más de 24 meses fuera de su país.
Además, no se les reconoce la doble ciudadanía, deben pedir un permiso para visitar su patria y no tienen derechos políticos o sociales cuando viven fuera de Cuba.
Esa ‘ley de ajuste’ del gobierno de la Isla hacia los cubanos que residen en el exterior aún se mantiene. Porque así lo quiso Fidel Castro.

¿PORQUÉ LOS CUBANOS SE VAN DE CUBA?

La migración de los cubanos tiene demasiados componentes: El primero es el que compartimos con los demás países, que la gente que no ve oportunidades o que es muy capaz busca las oportunidades del llamado país número uno del mundo.
Pero aparte hay gente que sale porque es acosada políticamente, aunque no sepa decirlo bien, que se va porque no aguanta la vigilancia y las limitaciones de un sistema en donde casi todo está prohibido.
Se van porque se dan cuenta que están siendo explotados en su trabajo, y mal pagados y buscan mejorar, lo que es lógico y humano; se van porque no ven el problema de Cuba como algo temporal, sino como algo que se ha eternizado; se van porque están cansados de vivir con limitaciones y escasez; se van porque tienen familia fuera y el cubano tiene un alto valor del concepto familia y quieren estar juntos; se van porque consideran que sufrir los riesgos de emigrar, sea cual sea la via que escojan, se compensa con el éxito de lograrlo.
Se van, porque al gobierno de Cuba no le importa que sus hijos estén dispuestos a dejar atrás sus nostalgias, olores y sabores para forjarse una nueva vida porque para ese gobierno, las personas no cuentan.
Pero todos esos componentes se resumen en un gobierno que ha fallado sistemáticamente en crear un país donde exista libertad, donde se pueda emprender, donde se pueda crear, donde se generen oportunidades y se puedan aprovechar, donde se pueda ser feliz, donde se pueda ser integralmente hombre e integralmente cubano.
Un país donde el éxito no sea mal visto y sea apreciado. Donde la educación tenga un valor. Donde no haya castrismo ni marxismo, sino una democracia pluripartidista con igualdad de oportunidades para todos en todos los sentidos.

La costosa educación gratuita cubana

Es común en Cuba cuando te quejas de problemas cotidianos que te respondan con: “…pero en Cuba la educación es gratuita”. A simple vista si es gratuita, pero el mito de este “logro revolucionario” esconde un oscuro procedimiento.
La gratuidad que presume el gobierno cubano a mi madre le costó mucho dinero.
Cuando entré en la secundaria el Ministerio de Educación dispuso que todas las clases en la isla serían televisadas; o sea, en cada aula del país hay un televisor y las clases están grabadas en cintas VHS. El profesor (de 18 años que pasó un curso de maestro de 6 meses) es el encargado de cuidar la disciplina del aula y atender que todos los estudiantes miren el televisor. Además, crearon dos canales educativos que transmiten teleclases continuamente. Ahora recuerdo todos esos días en la escuela que no había electricidad y no recibíamos clases.
Yo quería ir a la universidad, fue un sueño inculcado por mis padres desde pequeño. El nivel de la enseñanza decreció con las técnicas televisivas y me vi obligado a acudir a maestros particulares para llenar las lagunas en contenidos y conocimientos. Estuve estudiando 8 años con maestros particulares, que vale aclarar que ejercían esta labor ilícitamente. Tenía profesores privados de Matemática, Español, Física, Química e Historia de Cuba. ¡Excelentes profesores de la vieja escuela! Recuerdo con mucho cariño a Esteban, el de Historia de Cuba, que siempre me explicaba lo que “debía” escribir en los exámenes para aprobar, y luego, la verdad de la historia no contada en los libros actuales. Me cobraba 20 pesos cubanos la clase de dos horas, pero aprendí tanto que fue un dinero bien pagado.
“¿Cómo puede un niño aprender ortografía mirando todos los días un televisor?” Me decía siempre Felicia, mi profesora de Español, que por cierto fui felicitado porque obtuve en un examen de 8vo grado 100 puntos. Ella es una excelente profesora, de las que les apasiona educar. Por razones económicas se desvinculó del Ministerio de Educación.
Las pruebas de ingreso a la universidad son bien difíciles y rigurosas.
Generalmente examinan tres asignaturas: Matemática, Español e Historia. El aprobado se obtiene con 30 puntos, pero debido a las pocas plazas de ingreso, solamente lo logran las mejores notas. Quien quiera acceder a la educación superior y no tenga profesores particulares de estas tres asignaturas, a menos que sea un genio superdotado, lo tendrá bien difícil. ¡Y cada maestro cuesta! ¿Cómo podré agradecerles a mis padres? ¡Cuánto sacrificio hicieron gastando sus salarios y mucho más en mi educación! Con qué orgullo les dije un día: “Mami, papi, fui el tercero en el escalafón. ¡Entré a la universidad!”
Luego en la universidad tuve que seguir recibiendo clases particulares. En primer año tenía profesores privados de Cálculo, Álgebra y Química. ¡Ay Química! ¡Qué bruto era en Química! Jamás di una clase de esta asignatura en la secundaria ni en el preuniversitario; y claro, en la ingeniería se supone que ya tengas conocimientos previos de Química y comienzan el nivel avanzado; pero yo estaba perdido. Aprobé esta materia en examen extraordinario con 3/5 puntos (mínimo) y creo que fue por caridad de la profesora que vio mi empeño incansable.
El año pasado las pruebas de ingreso se tuvieron que hacer dos veces, porque la primera sólo pocos estudiantes en La Habana los aprobaron, y en la segunda tuvieron que bajar el nivel de dificultad para evitar el caos.
Terminé mi universidad. ¡Qué emoción el día que me dieron el título de graduado! Pero después de graduado viene el amigo “comandante” a cobrarte todo lo que invirtió en tu educación. Después de graduado cada estudiante está obligado a realizar el servicio social, o sea, trabajarle dos años al gobierno con un salario “reducido” para así pagar por la enseñanza recibida. De no aceptar o no “pasar” el servicio social, el Ministerio de Educación Superior te invalida el título universitario.
¿Educación gratuita? Si, es gratuita para lograr el nivel de adoctrinamiento “necesario” en las escuelas de Cuba. Ahora, si quieres aprender algo, paga. Fidel Castro dijo muy orondo una vez: “En Cuba hasta las prostitutas son universitarias” ¡Cuántas cosas son necesarias de hacer para tener una buena educación gratuita!”. Yo digo que el acceso popular a la enseñanza no es un logro de ninguna revolución, ni de ningún sistema político; es una obligación de cualquier gobierno además de garantizar la buena calidad de la misma.

Detenidos en Honduras 4 migrantes ilegales cubanos, Más de 2.900 cubanos han intentado entrar a EEUU desde México desde enero hasta agosto.

Más de 2.900 cubanos han intentado entrar a EEUU desde México desde enero hasta agosto. 




Cuatro ciudadanos cubanos fueron detenidos en el sur de Honduras intentando viajar ilegalmente hacia los EE.UU, informó la agencia EFE.
La detención se registró “en las últimas horas” en el municipio de Namasigüe, departamento de Choluteca, fronterizo con Nicaragua, sur hondureño, según un informe policial.
Los indocumentados, no identificados, fueron detenidos cuando viajaban en un autobús del servicio interurbano que cubre la ruta entre Choluteca, y Tegucigalpa, y su destino final era EEUU, añade el informe.
Todos están retenidos en las instalaciones que el Instituto Nacional de Migración tiene en Choluteca, desde donde serán enviados de regreso a sus países, de acuerdo con la información oficial.
Honduras se ha convertido en los últimos años en un punto de tránsito de inmigrantes, especialmente cubanos y africanos, que abandonan sus países para irse a EEUU.
Más de 2.500 personas indocumentadas han sido detenidas este año en Honduras por haber entrado de forma ilegal al país, según cifras oficiales.