viernes, 19 de junio de 2020

Revolución 60


Uno de los grandes dramas de la Cuba revolucionaria ha sido el exilio de cientos de miles de sus ciudadanos. Delitos cometidos en el pasado, desavenencias políticas, precariedades económicas, búsquedas de otros horizontes, reunificaciones familiares y hasta cansancio histórico: razones de todo tipo los han impulsado a esa aventura que comenzó desde el mismo año 1959. 

A lo largo de seis décadas intensas, el sur del estado de Florida, en Estados Unidos, Ecuador, Chile, Suriname, Guyana, Panama, Españ, ha sido el destino más recurrido de esos emigrados, que llegan a sumar la quinta parte de la población de la isla y que han desgajado a prácticamente cada familia del país. Allí se han agrupado y definido por épocas y acontecimientos. 

Según el momento, han sido llamados el “exilio histórico”, el “éxodo del Mariel” o “los marielitos”, “los balseros de 1994”, “los quedados”. Movidos mayormente por razones políticas (sobre todo los primeros, por la década de los sesenta) o por la búsqueda de mejoras económicas (balseros y quedados, todavía hoy), algunas de sus motivaciones pueden ser intercambiables o se manifiestan como una mezcla de ellas. 

Para todos esos cubanos que partieron de su país existe, sin embargo, un elemento que los aglutina y caracteriza: el desgarramiento, que muchos han combatido con una actitud similar: vivir fuera de Cuba mirando hacia Cuba. O como diría un colega escritor —también exiliado y refiriendo su propia experiencia—: “El problema de los cubanos es que ni yéndonos de Cuba nos vamos de Cuba”. 

Aun cuando por decisión decisión involuntaria yo haya decidido salir de la isla como testigo cercano de este proceso de desarraigo, cada vez que recorro las calles de la ciudad de Copiapo, en Chile, se me revelan las proporciones de un drama espiritual. 

De la década de los sesenta a los ochenta y a la actualidad, muchos paises han acogido y brindado oportunidades de libertad a los refugiados que llegaban apenas con un par de maletas de ropa. Gracias a la cantidad de “factorías” que entonces existían en la ciudad, cubanos de todas las profesiones y niveles educacionales comenzaron la ardua reconstrucción de sus existencias hasta reconvertir su localidad en un reservorio cultural de los modos y costumbres de su país natal. 

La nostalgia funcionó entre ellos como un estado de ánimo y también como una industria necesaria. 

La relación de los emigrantes cubanos con su país de origen también ha cambiado a lo largo de tan dilatado periodo histórico. Los que partían al exilio en la década de los sesenta y en la actualidad dejaban y dejan la sensación de que entraban en una dimensión inalcanzable del tiempo y el espacio sin posibilidad de retorno. 

Todavía puedo recordar la tarde del 10 de noviembre del 2016 en la que me despedi a uno de mis familiares frente a la casa de mis abuelos, en nuestro barrio santaclareño. Todos teníamos la sensación de que nos veíamos por última vez y, más que el júbilo, afloraba el dolor de un desmembramiento sin remedio. 

La experiencia del exilio ha sido una calle de doble sentido. Todos hemos sido tocados por su drama en alguna parte —o en muchas— de nuestras sensibilidades e historias individuales: los que partieron, desde el desarraigo; los que permanecimos, desde una sensación de pérdida. 

Muchos de mis compatriotas salidos al exilio han logrado un notable éxito de adaptacion y no se arrepienten de sus decisiones. Pero que vivan mirando hacia atrás advierte que hay heridas que no cierran. Muchos de ellos no han dejado de sentirse “refugiados” y Cuba flota sobre todas sus plegarias, maldiciones o nostalgias, dichas en silencio o gritadas en público. Al fin y al cabo, son seres con la historia y el corazón partido.

Y aunque pocos de ellos optarían en algún momento por regresar a vivir en Cuba, el hecho de que arrastren a la isla consigo los define y, curiosamente, los fortalece: esa certeza forma parte de sus actitudes y de su orgullo. 

Como los flamencos rosados de cuba que imigran, muchos de mis compatriotas otean en el horizonte y, aunque no emprendan el vuelo de regreso, saben de dónde son y por eso son como son: cubanos en un exilio en el que tantos han reconstruido sus vidas y en el que a tantos ya se les ha ido la vida. 

La cara fea del exilio para muchos cubanos

La mayoría de los migrantes actuales provenientes de la isla llegan solos y sin familia y, cuando se acercan las fechas navideñas, el sentimiento de estar solos y sin apoyo se incrementa. 

La llegada de inmigrantes cubanos a otros paises, está marcada por la soledad, la incertidumbre y muchas veces por el desamparo de encontrase en un país ajeno. 

Yo, Reinaldo Rodriguez Hernandez, cubano de 27 años y que llevo cuatro años fuera de Cuba, les comento que las causas de mi salida de Cuba "fueron las mismas que las de muchos cubanos". "El sistema no es el que más nos conviene a todos, no tenemos un gran futuro allí", no hay libertad de expresion, de ideologia politica, las personas que como yo tenemos una forma diferente de pensar vivimos el peor martirio de nuestra existencia. 

La mayoría de los exiliados llegan solos y sin familia, como es mi caso, que dejé a toda mi familia en la isla cuando partí desde Cuba, atravesando toda Centroamérica hasta alcanzar hoy Chile, donde cruce la frontera con Peru y me dirigí a Copiapo, Atacama. 

A lo largo de mi historia, Chile ha recibido varios éxodos de migrantes cubanos.

Debido a esos movimientos migratorios, en ciudades dentro del pais, surgieron organizaciones como ONG-MUDDH, que no quieren que estas situaciones queden en el olvido, "no tanto por las personas que llegaron, sino por los que no lo hicieron".

En la llegada de los inmigrantes cubanos a otros paises, las familias cuentan con un papel muy importante, ya que los acogen y ayudan. 

Pero quienes llegan sin vínculos parentales, "se encuentran en la calle, con unas esperas de hasta tres meses para ser procesados, sin tener un lugar donde estar, y ahí es donde entramos nosotros", los migrantes que ayudan y apoyan a otros en nuestra misma situacion.

Cando se acerca la Navidad el sentimiento de estar solos y sin apoyo se incrementa y es muy dificil. "Es una fecha bastante dura, pero aquí hemos hecho una familia".

Los exiliados cubanos llegan la mayor parte de las veces en situaciones extremas, sin un lugar donde quedarse, sin dinero y sin comida. 

"En Chile estuve de aquí para allí hasta que logré chocar con otros cubanos que me ayudaron y en conjunto con varias personas nacionales chilenas que me dieron luz y esperanza para levantarme del suelo. (...) Yo me quedaba en la calle, muchas veces me quedaba durmiendo en el parque, en pleno invierno, bastante trabajoso, no se lo deseo a nadie".

Yo ya estoy cansado de tanta desilusión: Mi pueblo cubano se merecía otro destino, otro final, por sus sacrificios, por sus ideas, por su lucha de estos años. 

El exilio cubano, formado por los ciudadanos de la isla caribeña que huyeron del régimen de Fidel Castro, de Raul Castro, y de Dias-Canel, es la historia de un destierro siempre doloroso, pero también proyecta el relato de una adaptación exitosa a un entorno muchas veces difícil y ajeno. 

Pero, por mucho que nos "adaptemos al pais en que vivimos", seguimos celebrando "Los Quince" años de nuestras hijas, adoramos la guayabera, la vestimenta que imprime auténtico carácter, la partida de dominó es, para nosotros, pasatiempo e icono de nuestra "cubanía" y nuestra comida predilecta continúa siendo el lechón asado con congrí. 

Tampoco olvidamos a quien sumió a Cuba en lo que calificamos de tiranía, Fidel Castro. 


by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ


jueves, 18 de junio de 2020

INFORMES DE REPRESIÓN

INFORMES DE REPRESIÓN

Informes Mensuales de Represión Política en Cuba


2019


2018


 2017


2016


2015


2014


2013


2012


2011


2010


Todas las cosas que destruyó la Revolución Cubana en 60 años de dictadura

En estos últimos sesenta años el pueblo de América Latina que menos ha progresado ha sido Cuba, mientras, ha retrocedido a los tiempos más oscuros de la Edad Media en lo que respecta a derechos, libertades ciudadanas y condiciones de vida de su población.
Cierto que en la mayor de las Antillas 21.900 día atrás tampoco había democracia, sin embargo, aunque no es consuelo, la economía estaba pujante y las condiciones materiales de vida y sociales, en franco progreso.
Infortunadamente, en las últimas elecciones plurales de su historia, según observadores de la época, el gobierno cometió fraude. Si bien, en menos de dos meses dejó un vacío de poder que ocupó la tiranía más cruel e ineficiente de toda la historia americana.
En estos 720 meses desaparecieron los partidos políticos y todos los organismos de la sociedad civil. Se estableció un absoluto control sobre los medios de comunicación y la educación. Las tradiciones fueron quebradas. La gestión económica se estatizó hasta destruir la economía nacional y empobrecer a niveles sin precedentes a la población.
Se militarizó la sociedad, al extremo de que la calificación de desertor se le asigna a quien abandone una delegación oficial, así sea un artista, un deportista o un médico. La intolerancia y la sumisión a las consignas fueron las nuevas normas. Se impuso un paradigma nacional que promovía el odio y el tableteo de las ametralladoras.
Decenas de miles fueron a prisión. Miles más partieron al exilio. La libertad intelectual desapareció. Se estableció un estricto control de los medios de información. Las religiones enclaustradas en sus templos. Una especie de nueva devoción impuso sus propias tradiciones, cultos, lutos y fiestas.
Sin dudas, la destrucción del país y la profunda crisis de nacionalidad que enfrenta Cuba es consecuencia de la visión mesiánica que Fidel Castro tenía de sí mismo, delirio que se acrecentó al triunfo de la insurrección por el amplio respaldo popular a sus propuestas y la adoración a su persona que rendía la mayoría de la población, incluyendo notables personalidades de la clase dirigente en la que destacaban industriales, ganaderos, artistas, periodistas y hasta figuras de la política nacional.
Para sorpresa de cualquier observador no contaminado por el influjo de la ilusoria épica de la Sierra Maestra y para los que miran en el presente retrospectivamente los meses iniciales del proceso, es inconcebible que el discurso de populismo extremo del nuevo caudillo pudiera cautivar por igual al pueblo llano y a las elites económicas y políticas. Era un festín de fe en la que los iniciados acataban devotamente los mandatos de la Revolución y Fidel, el único con derecho a interpretar las necesidades de la patria.
Quizás toda esa popularidad hizo que Castro se viera a sí mismo como un José Stalin construyendo la Unión Soviética o mejor, Adolfo Hitler, su modelo para acceder al poder por medio de la violencia. Es posible que fuera entonces cuando se imaginó construyendo una especie de Tercer Reich dinástico con él como referente clave, una monstruosidad que penosamente y por desgracia lo sobrevive.
Castro agarró el poder con todo su cuerpo, al extremo que pudiera decirse que lo engulló. Construyó una maquinaria represiva para garantizar su autoridad y extenderla a todas las dimensiones. Dispuso sobre vida y obra. Fue político, ejecutor, ingeniero, biólogo, estratega militar, consejero de familia, constructor, juez y verdugo, especialista en todas las disciplinas y excepcionalmente capacitado para implementarlas.
Los abusos del régimen generaron una oposición sin precedentes que se gestó y manifestó en el mismo año del triunfo de la insurrección, porque en justicia, ante la mayoría que ciegamente se entregaba al pérfido tirano, una minoría sin las condiciones necesarias, en contra del más elemental sentido común, pero comprometidos con los ideales democráticos, inició un proceso de confrontación que no ha cejado nunca en su empeño por terminar con la opresión.
La lucha en aquellos primeros años fue a sangre y fuego. Hombres y mujeres se alzaron en armas en llanos y montañas de todas las provincias. Un poderoso movimiento clandestino se orquestó en todo el país con el apoyo decidido de quienes habían partido al exilio, muchos de los cuales retornaron con las armas en las manos entregando sus vidas a sus ideales.
La resistencia que se inició en 1959, dentro de la isla como en el exterior, ha marcado pautas trascendentes. El resultado ha sido cruento. Miles de fusilados, cientos de miles han pasado por las prisiones, otros tantos marcharon al exilio, el ostracismo interno es también numeroso.
La dictadura ha durado 60 años, pero los que se le oponen llevan el mismo tiempo de lucha en su contra. Una muestra: en todos estos años la prisión política ha estado presente. Mientras no haya libertad, habrá resistencia.
by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

miércoles, 17 de junio de 2020

Carta: "A mi padre que está en el cielo, te recuerdo hoy y siempre"


"Han pasado 3 años desde que te fuiste, y confieso que esos años se me hacen días, porque aún no puedo creer que no te tenga más en mi vida.

Tu partida fue la etapa más dolorosa de mi vida, porque sin duda fuiste el mejor padre. Dios te llevó en el momento menos esperado y sin previo aviso, te llevó cuando yo estaba empezando a madurar, cuando mi adolescencia estaba terminando, cuando mi vida empezaba a ser aún más feliz. Tu partida no me dio tiempo a poder despedirme de ti, tenía tantas cosas por decirte, tanto por agradecerte.

Hiciste de mi infancia y niñez, las etapas mas bonitas de mi vida, etapas inolvidables llenas de viajes y experiencias. Has hecho de mi vida la mejor, no me cabe duda de que cumpliste muy bien tu labor de padre. Nunca hiciste que me faltara nada, y siempre te encargaste de hacerme feliz.
Y confieso que ahora todo se me es difícil. Quisiera poder ser capaz de llegar a casa y poder contarte cómo me fue.
Quisiera poder sentarme en tu regazo y que sepas de las caídas y logros que estoy teniendo. Quisiera llegar a casa con la esperanza de que por la noche tu beso de despedida estará para mí, que tu abrazo siempre será mi mejor abrigo.
Quisiera recibir una llamada tuya y escucharte aconsejarme en mis días de poca tolerancia. Quisiera que me llamases la atención por las cosas tontas que hago y me brindes tu apoyo incondicional como solías hacerlo.
Siempre me decías que debía elegir bien la persona la cual me enamoraría, y siempre te dije que mis expectativas eran altas. Porque quiero a alguien especial alguien que ame tanto a su familia de la manera en que tú lo hacías, alguien que se preocupe tanto por sus hijos y siempre sorprenda con detalles inesperados, alguien que se ponga en manos de Dios como tú lo hacías, alguien que sea capaz de encontrar en las cosas pequeñas las más grandes alegrías.
Me haces mucha falta, y puedo decir que siento un poco de envidia al ver como amigos míos tienen a sus papás con vida y no saben valorarlos.
Le estoy agradecido a Dios por haberme dado un padre tan maravilloso por tantos años; guardo cada recuerdo a tu lado, cada sonrisa, cada llanto, cada momento de felicidad que pasamos en familia.
Gracias por todos los momentos que vivimos, por todos los valores que en mí inculcaste, por enseñarme que a pesar de las circunstancias siempre debemos luchar por lo que queremos, por demostrarme que una sonrisa puede cambiar muchas cosas.
Sin duda te amo y sé que cada vez nos falta menos para poder vernos, mientras tanto seguiré con todo lo que querías que yo fuese, un inmenso abrazo y un gran beso de aquí hasta el cielo.Te amamos mucho."

CARTA DE UN PADRE


Para los que tenemos la suerte de ser padres ¡y para los que lo serán algún día...!

Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.


Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te regañe para que fueras a cambiarte de inmediato.

Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida. Te despediste de mi tímidamente y yo solo te advertí que no te portaras mal.

Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado. Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos, que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte.

Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mí te indiqué que caminaras erguido. Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa.

A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto.

Al poco rato mi ira comenzó a apagarse. Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude.

¿Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido? Luego escuché unos golpecitos en la puerta.

"Adelante" dije adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación. Te miré con seriedad y pregunte: ¿Te vas a dormir?, ¿vienes a despedirte?

No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente.

Te abracé y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito. Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla.

Sentí que mi alma se quebrantaba. "Hasta mañana papito" me dijiste.

¿Qué es lo que estaba haciendo? ¿Por qué me desesperaba tan fácilmente?

Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mi y ciertamente no eras igual. Tu tenías unas cualidades de las que yo carecía, eras legítimo, puro, bueno y sobre todo, sabías demostrar amor. ¿Por qué me costaba tanto trabajo?, ¿por qué tenía el hábito de estar siempre enojado? ¿Qué es lo que me estaba aburriendo?. Yo también fui niño? ¿Cuando fue que comencé a contaminarme?. Después de un rato entré a tu habitación y encendí una lámpara con cuidado.

Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.

Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce. No pude contener el sollozo y cerré los ojos. Una de mis lagrimas cayó en tu piel. No te inmutaste. Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio. Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación.

Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida.





martes, 16 de junio de 2020

Hasta un 35% de pacientes en UCI por Covid-19 presenta daño miocárdico

Las patologías cardiovasculares también cobran protagonismo en las afecciones producidas por la Covid-19, además del daño pulmonar. Entre un 25 y un 35 por ciento de los pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con Covid-19 han sufrido daño miocárdico. Así lo señalaba la jefa del Área de Críticos del Hospital Parc Taulí (Barcelona), Ana Ochagavía, en un seminario online de La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) en colaboración de Ferrer.
Bajo el título ‘Patología cardiovascular en el paciente con Covid-19’, expertos intensivistas abordaron cómo el coronavitus afecta al sistema cardiovascular desde diferentes puntos de vista.
Ochagavía señala cómo el coronavirus interactúa con el sistema cardiovascular pudiendo incrementar el riesgo de daño miocárdico agudo. De esta forma, provoca arritmias, más frecuentes en pacientes con Covid-19 en UCI, el 44,4 por ciento, que en los que no requieren cuidados intensivos (6,90 por ciento), señalan en un comunicado.
A las dos o tres semanas de infección puede provocar también miocarditis y una elevación de biomarcadores de daño miocárdico. Sin embargo, existe un bajo porcentaje de infarto agudo de miocardio de tipo isquémico.
La detección del daño miocárdico es “una señal de alarma”, ya que empeora el pronóstico, señala Ochagavía.
El patrón de intervención en estos casos no es diferente al que se requieren en otras infecciones, por lo que la experta recomendó no modificar los protocolos al respecto y realizar ecocardiografías para evaluar la función cardiaca y el estado hemodinámico.

Hipertensión arterial y Covid-19

Los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina fueron cuestionados ante el riesgo de su uso para el control de la hipertensión arterial y su asociación con una mayor mortalidad en pacientes afectados por el virus.
El intensivista del Hospital La Paz (Madrid), Pablo Millán, expuso que no se ha demostrado que los antihipertensivos se asocien con un mayor riesgo de infección, ni peor evolución durante la enfermedad. Una afirmación que sostenía tras hacer referencia a varios estudios internacionales.
Millán apela por seguir administrando los mismos fármacos habituales.

Optimización de soporte

Por su parte, el intensivista del Hospital de Jerez de la Frontera, Ignacio Monge, exponía las directrices para la optimización en el soporte hemodinámico en estos pacientes. Además de la infección directa y las comorbilidades previas, se ha comprobado que las propias terapias administradas pueden ser un factor más de inestabilidad.
Los pacientes pueden desarrollar hipovolemia, vasoplejía (derivada de los altos niveles de sedación), embolia pulmonar o disfunción cardiaca por daño directo del virus al miocardio. 
Un estudio que desarrolla la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (SAMIUC) ha cifrado en un 77,3% el número de pacientes COVID-19 que ha necesitado soporte vasopresor. Otros estudios elevan esta cifra al 95% de los enfermos.
Ante la importancia de minimizar la afectación derivada del soporte hemodinámico, el doctor Monge recomienda el mayor grado de personalización posible, con una monitorización mucho más exhaustiva que la desarrollada hasta ahora durante la pandemia.

Soporte ECMO y Covid-19

Por último, María Paz Fuset, intensivista del Hospital Univ. de Bellvitge (Barcelona), cerró el seminario exponiendo el uso de soporte de oxigenación con membrana extracorpórea (ECMO) en el paciente con COVID-19, una necesidad que ha ido en aumento de forma exponencial durante la pandemia. De hecho, España es el segundo país de Europa que más pacientes con coronavirus ha asistido mediante ECMO, solo por detrás de Francia. 
“La asistencia mecánica permite ganar tiempo para diagnosticar y tratar al paciente”
Para ello, se da soporte respiratorio, cardiaco o cardio-respiratorio, según las necesidades de cada caso. La doctora recomendó el uso de la ECMO en parada cardiorrespiratoria solo en centros donde exista un programa hospitalario previo y nunca de forma extrahospitalaria. Al mismo tiempo, abogó por una centralización de los casos en centros de referencia, al ser una técnica que exige alta cualificación en pacientes con COVID-19. 
El coronavirus es extremadamente peligroso en pacientes cardiovasculares
SEGUN : La Agencia Latina de  Noticias de Medicina y Salud Pública
El covid-19, también conocido como coronavirus, está causando un serio problema de salud pública a nivel mundial. No solo genera mortalidad, sino que, según datos extraídos del Equipo Epidemiológico de Respuesta de Emergencia a la Neumonía del Nuevo Coronavirus, esta enfermedad es extremadamente peligrosa en pacientes con enfermedades cardíacas, respiratorias e inmunológicas.

Falta de conocimiento

Una de las principales preocupaciones frente al padecimiento del coronavirus, es que aún existe mucho desconocimiento frente a la enfermedad. Así lo afirmó, Benito Almirante, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica en un artículo de La Razón.
Sin duda, lo que parece claro es que lo más peligroso pasa porque se produzca la combinación de una neumonía bacteriana con la causada por el Covid-19, ya que eso puede desencadenar un g1rave pronóstico e incluso el fallecimiento del afectado”.
Igualmente, el experto hace hincapié sobre quiénes tiene mayor riesgo de estos trastornos. Algunos son:
  • Trasplantados
  • Pacientes sometidos a tratamientos oncológicos
*Las anteriores pueden presentar una evolución más grave, pues el virus puede descompensar su enfermedad previa.

Personas que sufren enfermedad coronaria

. La razón, está relacionada a que el covid-19 sobrecargaría el corazón, lo que ocasiona un daño al músculo cardíaco, conocido como miocarditis.
“Cualquier infección, también la causada por el Covid-19, produce una sobrecarga para el corazón. Si hay insuficiencia cardiaca el virus puede producir una congestión (acumulo de líquido) en los pulmones, lo que complicará la respiración y probablemente el curso de la infección respiratoria, aumentando las probabilidades de dificultades, explica Juan Cosín, presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC)”.

Pacientes con diabetes e hipertensión

La hipertensión y la diabetes son dos enfermedades con gran prevalencia actualmente. Los expertos afirman que los pacientes con estas patologías tienen un riesgo mucho más alto de contraer coronavirus. Anna Novials, presidenta de la Sociedad Española de Diabetes recomienda que:
“Resulta esencial que las personas con diabetes mantengan el mejor control metabólico posible, para estar preparados ante un posible episodio infeccioso, ya sea por este virus o por otro”.
Frente a la información antes expuesta, toma las medidas preventivas para evitar el coronavirus. Algunos consejos que puedes implementar son:
  • Lavarse las manos varias veces al día
  • Evitar saludar de mano, beso o usando contacto físico
  • Realizar procesos de asepsia constantemente de todos los objetos personales