martes, 16 de junio de 2020

Es triste, duele, hiere ver a tu país sepultado bajo toneladas y toneladas de escombros.

Cada día que pasa me convenzo, con mucho pavor y enormes deseos de vomitar, que el castro-comunismo es una degradación total de los valores humanos más importantes como son la vergüenza, la dignidad, el respeto y el amor a la Patria.
Los defensores furibundos de la revolución del picadillo, ahora encabezados por el hazmerreir de díaz canel, el nuevo hombre medio-fuerte, qué digo medio, un tilín-“fuerte” de la dictadura, esparcen sobre nosotros una burda andanada de aspavientos, chillidos y “denuncias”, tratando de contrarrestar verdades que son demasiado evidentes a la vista de las personas decentes pues las redes sociales, Internet y la vida misma, se han encargado de graficar y demostrar el desastre castrista, de proporciones bíblicas, que tiene más de sesenta larguísimos años y que, desgraciadamente, no tendrá solución mientras esos incompetentes y asesinos de la nación cubana continúen sentados sobre el pestilente tibor del socialismo en Cuba.
Yo siempre he dicho que la salud, la belleza y los aromas de la Patria se perdieron desde el mismísimo 1 de Enero de 1959. Y lo digo con toda propiedad porque nuestro país se fue deteriorando, desvencijando y pudriendo ante la indolente mirada del castrismo y, lo que es peor, mucho peor, ante la nuestra como pueblo al aceptar, con total complacencia, pesimismo y parsimonia, que la Patria se nos derrumbara encima.
Ahora es tarde, la vida de los seres cubanos yace bajo toneladas y toneladas de escombros y de malolientes desperdicios, contaminando un aire que antes olía a mar, a tierra de sembrar, a flores recién cortadas y a comercios de todo tipo que vendían prosperidad, esperanza y deseos de vivir, muchísimos deseos de vivir la vida.
Por eso digo que los cubanos solo podremos salvar esa isla linda si somos capaces de conservar la buena memoria, no olvidar lo que un día nos hizo grandes y mucho menos desconocer el justo momento en que aceptamos aplaudir la desgracia y decidimos sepultamos en vida creyéndonos revolucionarios y socialistas.
No olvidar para que la estupidez bachatera no se vuelva endémica y contagiosa.
Esa banda de descerebrados castristas, máximos responsables del abandono total de un país y su pueblo, saben que las personas honradas les creen cada vez menos y que se están quedando solos en un mundo cada vez más democrático y menos dictatorial.
Los acólitos del castro-comunismo se retuercen cuando ven y escuchan las verdades sobre su régimen totalitario y saltan agresivos ante imágenes de la realidad cubana que son muy difíciles de justificar, esconder o desmentir. Yo digo que les entra una picazón, unos retorcijones y unas pataletas que no pueden aliviar con dignidad y recurren a la agresividad, a las calumnias, a las agresiones cibernéticas y a la chivatería “feisbulera” pa’ intentar tapar el sol con un de’o.
A los que viven en Cuba los entiendo, son repugnantes y repulsivos pero al final son dignos de lástima. Para empezar tienen que justificar su “ratico” de conexión a Internet y ser “solidarios” con el régimen que les da un chance para navegar en la red pues si no lo hacen: ¡ya tú sabes! One, two, three cojan puerta…
Dice mi amiga la cínica que a esos infelices se les destruye fácilmente con un buen sanguisi de jamón y queso y un buen batido de chocolate, cosas que no han visto ni olido en sus perras vidas de comunistas.
A los otros, a los “exiliados”, a esos no, a esos emigrados que una vez “huyeron” del castrismo y hoy se desarman en justificaciones y más justificaciones para intentar “salvar la verdad” de los castro, de que en Cuba todo está bien, de que los cubanos somos muy felices, que allí nadie pasa hambre y que la revolución del picadillo ha significado progreso y prosperidad para el pueblo, Dios, perdóname, pero a esos no, a esos degenerados de las redes sociales con el panfleto de la “historia me absolverá”, enrollada y metida en el c…, a esos no, a esos nunca los voy a entender por mucho que se desgañiten publicando mentirosos comentarios, videítos live de patria o muerte, imágenes de edificios coloreados o discursitos de tontos útiles prestados para engañar a imbéciles.
Cuba y los cubanos yacemos bajo los despojos que nos ha tirado el castrismo durante más de seis décadas, es hora que dejemos de mirar hacia otra parte y nos esforcemos en buscar un hueco, un simple huequito para que nos entre la luz y empecemos a purificar el aire de la Patria.
Debemos propiciar un diálogo general entre todos los cubanos y juntos tratar de encontrar soluciones. ¿Utopía? Es posible. ¿Voluntad? Estoy convencido de que muchos la tenemos. Yo estoy dispuesto.

by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

















Un pequeño detalle: REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

 Me pidio un seguidor que hablara un poco mas sobre mi vida en Cuba...... Yo hoy tengo la oportunidad de responder......


La «revolución del picadillo» no me vio nacer a mi. Soy nacido en pleno periodo especial del 91 de ese miserable sistema comunista… Jejejeje…, pero tuve la desgracia de coger parte de «eso». 

¿Ves? Creo que el ADN también me corre en mi cuerpo, aunque menos, mucho menos que otros, los que de verdad nacieron allí, en esa podrida sociedad del «hombre nuevo», y les enseñaron a gritar «Seremos Como El Ché» (¡ñooooo…!) 

Por suerte, yo no cogí esa etapa que empezó a proliferar a principios de los años 70 en las escuelas primarias de Cuba comunista. 

Déjame comentarte que me considero el «primer joven con los pantalones bien puestos» contrarrevolucionario del municipio de SANTA CLARA, VILLA CLARA.  Tenía 18 años y estando en LA UNIVERSIDAD DE CIENCIAS MEDICAS, me botaron de la escuela y me acusaron de «usar frases despectivas contra el Ché», de «sabotear una asamblea» y de «contrarrevolucionario» por el hecho de que me opuse a que me reclutaran para ser maestro y por denunciar los abusos cometidos a los pacientes en el hospital por parte de miembros del sistema.

 Me pedían 8 años. Tengo que estar muy agradecido a mi abuelo (FHV) que metió denuncias a diestra y siniestra y pude salir ileso. El resultado fue que le dijeron que me metiera al famoso «destacamento pedagógico universitario» porque si continuaba con las denuncias iba a tener una «victoria pírrica». 

No tuve más remedio que aceptar, pero nunca me doblegaron. Nunca fui «ejemplar» aunque mis notas de estudiante eran excelentes fui presidente de la FEEM 3 AÑOS. Hasta que un dia me cojieron grabando un acto de violacion de Derechos Humanos a un Paciente en el salon de opercaciones que estaba en estado coma inducido por la anestesia general, en plena cirujia al paciente le realizaron actos totalmente repugnantes, fue un hecho muy famoso en el pais, era la cirujia a un militar de cienfuegos que se habia introducido un objeto contundente en sus genitales y le quedo dentro, pero los trabajadores del salon de cirujia lo tomaron como buling mientras el estaba en coma inducido, yo lo grabe y lo reporte a las organizaciones de Derechos Humanos, esto provoco mi expulsion definitiva y ademas una posible prision.... 
Esto es solo algo de mi «vida». 
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Mi familia sufria al ver todo lo que me hacia la G2.

No voy tampoco mas a Cuba mientras exista una dictadura
ABAJO FIDEL.RAUL Y TODOS LOS COMUNISTAS
by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ






Cuba: La ruina, la destrucción y el dolor de la familia cubana causados por el castro-comunismo.


Si con algo, o con alguien, se ensañó de verdad, le metió las garras, le hincó el diente y le clavó su ponzoña venenosa el castro-comunismo, fue con la familia cubana.


He escrito varias veces sobre este tema y créanme que siempre me produce un dolor enorme, una apretazón tremenda en el pecho porque, mientras más pasa el tiempo, más pasan los años y más permanece esa pérfida revolución del picadillo sentada en el tibor del socialismo, más sufre, más se deteriora, más se humilla y más se depaupera lo que algunos muy sabiamente han denominado el núcleo fundamental de la sociedad, el horcón donde descansa la sabiduría de un país o el punto donde nacen los aciertos y desaciertos de cualquier nación que lucha por alcanzar el desarrollo, la prosperidad y el respeto.

Pero, desafortunadamente, en Cuba, en la Cuba sumergida en los espantos, en la inmundicia, en los descalabros y en los tormentos del castro-comunismo, desde hace más de sesenta larguísimos años, nada de esto sucede, más bien todo lo contrario, la familia como resguardo de los auténticos valores materiales, espirituales, sociales y culturales de la Patria se fueron a bolina, se perdieron entre la chusmería, la vulgaridad y la violencia de los fascistas mítines de repudio, de la intolerancia militante, se hundieron en el fanguero improductivo de la “propiedad social”, se esfumaron entre los cánticos de guerras antimperialistas y cambiaron los buenos olores de la decencia, de la virtud y del patriotismo por la peste a grajo de los trabajos voluntarios, las guardias cederistas y las movilizaciones militares pa’ defendernos de “la bomba atómica”.



La familia cubana perdió la sagrada función para la que fue concebida y cedió ante un diluvio de aberraciones ideológicas que empezaron por desestructurar las relaciones filiales, desintegraron la sagrada relación de respeto entre padres e hijos y terminaron por enfrentarnos a los unos con los otros como si fuéramos animales salvajes luchando por la supervivencia o por un simple bocado de comida, una jabita de aseo personal o unos minuticos de conexión a Internet.


Y todo en nombre de una falsa revolución, de un régimen “altruista” y de un líder “salvador”, medio “profeta en su tierra” el muy cabrón, mesías del picadillo enriquecido y sabelotodo, que nos prometía, a cambio de obediencia y sumisión total, elevarnos a un paraíso repletico de socialismo donde estarían satos los bisteces con cebollitas, los panes recién horneados con mantequilla, las pipas repleticas de café con leche y las victorias, muchas victorias, la mar de victorias, carretones de repugnantes y empalagosas victorias para ti, para mí y para todos los que están aquí…, ese era el lema…



Dice mi amiga la cínica que el daño, la desarticulación y los ataques a la familia cubana siempre estuvieron subyacentes en los planes, en la agenda, en la mentalidad de “conquistador” del “almirante” de Birán, pues este delincuente, criminal y fratricida, sabía que para apoderarse de Cuba primero tenía que destrozar los fuertes valores, los venerables lazos familiares que caracterizaban al ser cubano y que lo hacían defender como una fiera, primero a los suyos, antes que a cualquier ideología.


Como una serpiente muy venenosa, letal y traicionera, el castro-comunismo se nos fue colando en nuestras casas, en nuestras mentes, mordió a cada cubano y nos infectó a la inmensa mayoría con su lucha de clases, con su negación de la negación, con su tesis de que los revolucionarios tienen el “pito” más largo y con la terrible, criminal y devastadora consigna de que por salvar la revolución, al socialismo y a fidel, teníamos, si fuese necesario, que chivatear hasta nuestra propia madre.

Con los horrores de la “nueva” Cuba, es decir, la posterior al 1 de Enero de 1959, la familia cubana perdió los tradicionales y auténticos valores que hasta ese justo momento había defendido.

Al desastre provocado por la revolucionaria mentalidad de combate, implícita en los adoctrinamientos sistemáticos a los que fuimos sometidos, el cubano de infantería sumó las carencias físicas y espirituales provocadas por su estúpida filiación a un régimen tiránico y el descalabro total no se hizo esperar, la estampida migratoria se convirtió en tablita de salvación y, otra vez, la sagrada familia cubana sintió sobre su estructura la violencia de una ruptura que, en muchos, muchísimos casos, alcanzó rasgos de eternidad.

Si los seres cubanos, de verdad, queremos salvarnos del infierno castro-comunista, primero hemos de rescatar los legítimos valores familiares que una vez tuvimos, pues el amor a la Patria y a la vida, empiezan por la familia y después por todo lo demás…




by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

Por favor, que alguien me explique: ¿Qué hicimos los cubanos para merecer tamaño castigo?


Yo siempre he dicho que si el 1 de Enero de 1959 los seres cubanos hubiésemos mantenido la marchita que llevábamos, es decir, el sabroso pasito de conga, sin la violencia terrorista de los “revolucionarios” y la respuesta represiva de la dictadura del General Batista, habríamos mandado a fidel castro a tomar por c… y la Cuba que hoy tendríamos sería como Miami pero mejor todavía…, mucho mejor todavía…

Porque, en la vida real: ¿Qué carajo hizo fidel castro para convencernos de que su revolución del picadillo era el paraíso “aquí en la tierra como en el cielo”?

¿Qué hicimos realmente los cubanos para merecer tamaño castigo? ¿Dónde nos equivocamos? ¿Para dónde mirábamos si todo estaba más clarito que el agua? ¿De qué nos atracamos? ¿Cómo nos convencimos pa’ meternos a “comunistas”? ¿Quién le puso el cascabel al gato? ¿Quién le abrió la muralla a esa pandilla de terroristas malolientes? ¿Quién dijo que el hambre hace crecer a los hombres? ¿Quién era ese farsante llamado fidel castro?

Triste, pero cierto, el degenerado de fidel castro, su ambición, su ego y la partía de bembaeperros que lo apoyaron, y aun apoyan, cambiaron el destino de nuestro país y nos trastocaron el suculento pan con bistec del progreso por el raquítico y amargo pan con pasta del socialismo. Lo terrible es que llevamos más de sesenta larguísimos años dándole vueltas a ese desagradable mascón dentro de la boca sin que nos lo podamos tragar ni con “buches amargos”.

La historiografía castrista, “revolucionaria” y fidelista, se encargó, a partir del mal llamado triunfo de la falsa revolución de los humildes, de demonizar al General Fulgencio Batista, al golpe de estado que este protagonizó el 10 de Marzo de 1952 y a la dictadura que consecuentemente implantó en nuestro país.

Así nos obligaron, a los seres cubanos, a creer en la “verdad del partido comunista” como premisa para vivir en Cuba y nos largaron como zombis de la revolución del picadillo a repetir por todos los rincones de la Patria: “Marchando vamos hacia un ideal…”.

Sin embargo esos mismos historiadores de las “verdades fidelistas”, quienes exaltan alevosamente al difunto “vibrador” de la montaña, al medio-ñampiti General de la pamela, al títere risueño que toma limonada y no paga lo que debe, quienes no se repugnan de decir las mismas mentiras por los siglos de los siglos, llaman al golpe de estado de fidel castro: “el triunfo de la revolución cubana” que, como he dicho muchas veces, muchísimas, no tuvo nada de revolución y mucho menos de cubana.

Como buen depredador oportunista fidel castro vio clarito el filón del 10 de Marzo de 1952 para saltar a la palestra pública y convertirse en estrella de los novelones patrioteros. Fue entonces que ideó y no protagonizó el acto terrorista del asalto al Cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953. Generó una lucha violenta en las ciudades, en los campos, “en la Luna y en las estrellas” y provocó que el régimen batistiano respondiera con mano dura las insinuaciones “juveniles” de un grupúsculo de “inocentes revoltosos”.

Batista estaba realmente más ocupado en el desarrollo económico del país que en la represión y los “baños de sangre” que tanto le quieren adjudicar, a diferencia del castrismo que tiene tinta en sangre a la nación cubana y de desarrollo económico nada: “si te he visto ni me acuerdo”.

Yo tengo la suerte, o la desgracia, de haber vivido en el “socialismo” y ahora hacerlo en el capitalismo. En el “socialismo” viví por obligación y en el capitalismo lo hago por elección.

De mi vida en el “socialismo” he hablado bastante y de alguna forma u otra lo hago a diario en mis escritos, aun así creo que el daño que aviva ese sistema es tan grande que no me va a alcanzar esta vida que tengo para denunciarlos…, sólo otra preguntica para que me entiendan y me ayuden: ¿Podría alguien enumerar, siendo serio y responsable, por favor, qué desarrollo, prosperidad o progreso nos trajo ese socialismo castrista a Cuba o a los seres cubanos?





Los cubanos permitimos que fidel castro y esa maldita revolución nos empujaran esa porquería de régimen social, ahora estamos bien jodidos, tenemos la vida hecha una mierda y la muerte más todavía, mucho más todavía…


by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ

La corrupción castrista, otro virus letal que ha destrozado, podrido y viciado la sociedad cubana.




¡Qué decir, qué exponer y cómo explicar, una vez más, cientos de veces más, que a Cuba “nos la ha podrido el enemigo”, quiero decir, el castro-comunismo!

También digo que uno de los rasgos más demostrables, desgraciadamente cuantificables, que caracteriza a ese maldito régimen socialista, que persiste en hundir en la miseria, en el hambre y en la desesperación a nuestro país, por exceso, por sus mariconadas punitivas y por defecto, es la corrupción, la terrible descomposición de los valores éticos, morales y espirituales que han llevado a que nos asfixiemos, nos ahoguemos, nos revolquemos desesperadamente entre tantas y tantas depravaciones de lo humano y lo “divino”.

Y es que la revolución del picadillo, o la dictadura castrista, valga la redundancia hasta que repugne, es un ente anti-social, una estructura de falso poder, un conglomerado de malas ideas aplicadas por delincuentes y criminales, una sedición involutiva y un sistema de leyes y “constituciones” oportunistas que nació corrupta, que se fundó sobre el oscuro concepto de perpetuar a un fulano eternamente sentado en un tibor y permitirle, por mandato dictatorial y porque le saliera de sus diabólicos güevos, que hiciera, que deshiciera a su antojo, sin que nadie le cuestionara siquiera la tremenda peste del pedito que se tiró, compañero comandante, todo cuanto le diera su gana en un país, en una isla, con un pueblo, que quedaban rendidos a sus pies por un excesivo subidón de la “adrenalina” rebelde, por una borrachera contestataria absurda, por una comemierdería patriotera sin límites y por una demoledora cobardía política adquirida cantando en coros multitudinarios el himno del 26 de Julio.

Porque los cubanos no nos dimos, o no quisimos darnos cuenta, que la llamada revolución de los humildes estrenaba su larga lista de corruptelas con el mismísimo fidel castro, un tipejo que desde el inicio maniobró para adueñarse del poder en Cuba sin que mediaran elecciones populares, que nombró al frente de los ministerios e instituciones del país a sus principales cómplices importando más el grado de sumisión que el de capacitación, que arrasó con todo cuanto le pudiera hacer sombra o cuestionara su omnipotencia casquivana y que se blindó, incluyendo a su familia, tras un escudo de “legalidades socialistas” que les permitieron disponer de los recursos de la Patria, del erario público nacional y de la paciencia de los seres cubanos.

Después de tanta manipulación y tanto libertinaje de los “poderes del Estado” la suerte, digo, la mala transparencia, el mal desenvolvimiento, la indecencia y el irrespeto hacia Cuba y hacia su pueblo quedaron sellados.

Los cubanos nos desgastamos más en “combatir” a un imperialismo yanqui, que nos miraba asombrados por lo imbéciles que éramos, que en entender que con el socialismo Cuba iniciaba su indetenible carrera letrinera, es decir, que nos hundíamos para siempre en nuestra propia mierda y que en nuestro país, desde las relaciones interpersonales, pasando por la adquisición de cualquier artículo para la vida, hasta la necesaria confiabilidad “política” para subsistir dentro del régimen, quedaron marcados por la doble moral, el descaro, el tráfico de influencias, el uso de la mano izquierda, el sociolismo, la cantidad y no la calidad, los comentarios a traición y la corrupción.

He dicho todo esto porque recién se ha hecho viral en las redes sociales un post donde una niñita, una ingenua pionerita seremos como el che, reconoce así, como lo más natural del mundo, que si los cubanos de infantería queremos ir a la playa, a disfrutar del sol, la arena y la espuma, primero tenemos que agenciarnos un buen amigo “coronel” para que nos abra las puertas del paraíso “terrenal”.

Visto a simple vista esto pudiera parecer un sin sentido, una incongruencia, cosas de muchachos que no saben lo que dicen, pero los seres cubanos, los que nacimos y vivimos en Cuba, sabemos que ese ha sido el común denominador, la esencia, el patrón de comportamiento en un país que lleva, óigalo bien, más de sesenta larguísimos años soportando la misma pudrición, el mismo descalabro ético y moral, que nos impusieron el 1 de Enero de 1959.

Por la linda pionerita siento vergüenza ajena, un tin de responsabilidad y una profunda lástima porque, la pobre, está condenada a terminar de conformar sus valores éticos dentro de una sociedad que estandariza la podredumbre y la mentira hasta el punto de la “normalidad”.

Por Cuba, por nosotros como seres cubanos, una tristeza enorme, un dolor lacerante porque cada día, de esta perra vida socialista que nos hemos empeñado vivir, nos perdemos irremediablemente en el “laberinto del fauno” hasta que terminemos por no reconocernos a nosotros mismos…
by REINALDO RODRIGUEZ HERNANDEZ


domingo, 14 de junio de 2020

Violencia de género en tiempos de coronavirus

Las mujeres nunca han salido ganando de los tiempos difíciles, en épocas de guerras, de hambrunas.


*Todos los nombres que aparecen en el relato son ficticios para mantener el anonimato, preservando así la intimidad tanto de las usuarias como de la abogada de atención a víctimas de violencia de género, que narra la historia.

 Llevo días intentando contactar con María, es de las que más me preocupa, y la última llamada me la ha cortado, otras veces no responde, y en alguna ocasión me salta el "apagado o fuera de cobertura". Es cierto que al principio la llamaba desde número oculto, pero las últimas veces lo hice desde mi móvil personal. Hoy por fin me ha devuelto la llamada.
—Hola, ¿quién eres?
—Ana, del Servicio de Atención a la Mujer.
—Ya, me lo imaginaba…Te agradezco la llamada, pero no te preocupes. Yo estoy bien, ¿sabes? Me porto bien y hago todo lo que me pide, casi no hablo por teléfono… Él está tranquilo, ahora ha bajado a la compra. Como me tiene aquí todo el día, no se mosquea, y voy tirando.
—Bueno, pero esto va a durar María, acuérdate de todo lo que hablamos, si quieres podemos sacarte de ahí, tenemos una casa de acogida, lo sabes.
—No, no te preocupes, yo no tengo miedo, y ahora en esta situación no es plan. Está mi hijo, y además el tema económico. Mira, de momento vamos a dejarlo así, y no me llames, que a veces me revisa el teléfono. Si te necesito te llamo, de verdad. Y gracias.
Ahí me quedé, con mi angustia y con la suya, sobrecogida ante el terrible escenario que me había perfilado en la breve conversación.

Nos estamos topando con una realidad desconocida para una gran parte de la población: la capacidad de adaptación al medio que desarrollan las mujeres, su resiliencia

Así cuando todo el mundo esperaba un repunte inmediato de asesinatos y agresiones de mayor o menor entidad, nos estamos topando con una realidad desconocida para una gran parte de la población: la capacidad de adaptación al medio que desarrollan las mujeres, su resiliencia. La gravedad de la situación las ha obligado a replantearse las prioridades, y desde luego ellas no lo son nunca, y menos ahora.
La salud, la situación económica, la familia, la prole, las personas mayores y dependientes se anteponen siempre a su bienestar. El confinamiento en un espacio reducido con peques correteando por doquier y la amenaza latente de un paro forzoso sine díe, se suman a la lista de problemas de envergadura a solucionar. Desde luego que las necesidades de María, Sandra, Francisca y tantas otras no son ellas ni su propia supervivencia, ellas se relegan, se diluyen y desaparecen una vez más.
La resignación con la que viven la situación es demoledora: no hay peligro, seremos sumisas, obedientes, indulgentes, no hablaremos con nadie y estaremos dispuestas a la complacencia. El resto, el aislamiento, viene de fuera, impuesto por Real Decreto. La tormenta perfecta para el machismo, la emergencia ha sido desactivada.
No es necesaria la violencia, porque ellas en estos momentos no piensan en la separación, en la ruptura, al menos no la verbalizan. Ellos no se sienten amenazados, las tienen bajo vigilancia permanente, saben que no hay otro, que no hay nadie más, ni familia, ni amistades, ni compañeros de trabajo y relajan así la necesidad de control. A ver cómo y cuánto soportan en estas condiciones, esperemos que el aislamiento no sea demasiado largo, porque algunas no resistirán.

No es necesaria la violencia, porque ellas en estos momentos no piensan en la separación, en la ruptura, al menos no la verbalizan

Desde que se decretó el Estado de Alarma la tarea fundamental que la Red de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género lleva a cabo es el seguimiento de las usuarias, que en mayor o menor medida sufren esta violencia. En el Servicio de Atención a Mujeres prestamos asesoramiento legal y apoyo psicosocial a todo tipo de mujeres que sufren todo tipo de violencia y cada caso es único, cada mujer te relata su historia tan particular y personal como ella misma.
Las conocidas y controladas, las que tienen ya una orden de protección o una sentencia condenatoria con medida de alejamiento son las que han atravesado el largo camino hacia la recuperación de su autoestima. Han pasado por un calvario: el maltrato, la violencia. A veces han sufrido el infierno del proceso penal, la revictimización en sede policial y judicial, y ahora enfrentan su nuevo estatus: víctimas oficiales de violencia de género.
Esta nueva situación les confiere, al menos durante la vigencia de las medidas de alejamiento y no comunicación, una seguridad presuntamente garantizada por la policía, pero es un hecho que la vigilancia y los seguimientos no son infalibles, y el miedo de las víctimas se intensifica dependiendo de la peculiar casuística de cada una de ellas.
Recuerdo a Sandra, que llama temprano, está inquieta porque acaban de comunicarle que su agresor saldrá de prisión el próximo 14 de abril, pese a que la condena de alejamiento y no comunicación tiene una vigencia de dos años, ella teme que al salir de la cárcel, se persone en su casa.
—Sé que vendrá, lo conozco y no me va a perdonar que lo metiera en prisión. Lo sé, lo ha jurado muchas veces, me va a matar.
—No te preocupes, ahora no sabe dónde vives, y además, Sandra, tú no lo has metido en prisión, fue un juez quien dictó una condena de privación de libertad por las lesiones que él te causó. Que casi te mata.
—Ya, eso es lo que dices tú, pero él piensa que yo soy la responsable de que él esté en la cárcel y va a venir a por mí.
De nuevo la angustia. Me invade la inquietud y el desvelo, porque es posible que la realidad sea su pensamiento y no el mío. Le tramitamos un dispositivo de seguridad (teleasistencia gestionada por Cruz Roja) hablamos con la policía, con su abogada. Toda precaución es poca. Quizás el confinamiento en esta ocasión se convierta en un aliado, que frene los movimientos de quien busca venganza.

Las decisiones aplazadas

También están las que, como María, sufren y padecen este brutal confinamiento con su maltratador, 24 horas al día, solas o con hijos, convencidas o no de dar el paso, de denunciar, tal vez de iniciar un divorcio. Con ellas trabajábamos en este sentido, antes de la pandemia que ahora sufrimos. La psicóloga trataba de evidenciarles el maltrato, enfrentarlas a su realidad. Nunca es sencillo y se precisa tiempo.
Actualmente, debido al confinamiento, las perdemos, se interrumpe la terapia, el trato cercano, la charla amistosa, la confianza ganada. Todo ello queda ahora muy lejos y es tiempo de incertidumbre. La violencia rebaja su nivel, ya no es necesaria, no es preciso atemorizar, ellas mismas han claudicado, al menos temporalmente, de iniciar batalla alguna. La ruptura es ahora secundaria, el maltrato, ya conocido e interiorizado, es más asumido que nunca.

La ruptura es ahora secundaria, el maltrato, ya conocido e interiorizado, es más asumido que nunca

Con Rocío hablo por las tardes, su marido trabaja y es entonces cuando puede desahogarse. A ella el confinamiento la ha pillado en pleno divorcio, en principio amistoso, fue todo lo que conseguimos porque nunca quiso denunciar, pese al maltrato incluso físico que lleva años soportando. Sus dos niñas son su bien más preciado y el miedo a perderlas que él se encarga de infundirle, su mayor pesadilla.
—¿Cómo vas?, cuéntame.
—Bueno, pues no muy mal. Hemos hablado y él quiere que nos demos un tiempo, quiere que lo paremos todo, que las cosas van a cambiar, me dice.
—¿Cuántas veces te ha prometido lo mismo, Rocío?
—Ya lo sé. A estas alturas no confío en cambios, pero necesito un poco de tiempo, las niñas son muy pequeñas. Nunca les he hablado mal de su padre, no lo entenderían. Además, estos días está muy bien con ellas, es cariñoso y parece que hasta tiene paciencia.
Noelia, la hija pequeña de Rocío, tiene 6 años, reproduce conductas violentas hacia su madre y en el colegio ya han detectado problemas de socialización. Ella es consciente de la situación, pero incapaz de abordarla, ha aplazado su decisión. Sabe cómo actuar para conseguir que él se calme en la confianza de que nada va a suceder, ahora él está a salvo, la tiene a ella que es su soporte vital, y ella tiene tanto miedo que ha claudicado.

Las desconocidas, a las que no llegamos

Las anónimas, las que nunca se han acercado a consultar, las que ni ellas mismas se perciben como víctimas, las olvidadas, las excluidas del sistema, la multitud silenciosa (de las que no hablan las estadísticas) constituyen un peligro potencial imposible de predecir.
Son aquellas víctimas de las que los titulares de prensa tras un asesinato destacan en negrilla: “Nunca había presentado denuncia”, “Delegación de Gobierno no tiene constancia ni registro de malos tratos anteriores”. Están fuera del sistema, fuera de control, a ellas no llegan los recursos, no llegamos.
Son las mujeres que sufren y padecen violencia y no lo cuentan ni lo comparten, están aisladas, muchas de ellas no rompen porque no pueden hacerlo solas, necesitan empuje para dar el paso, apoyo, y por qué no decirlo, cariño y empatía, sobre todo mucho de esto último, necesitan ser creídas, no juzgadas. Se avergüenzan de su situación, de consentir, de no tener valor para salir corriendo, que en realidad es lo que demanda la sociedad. Sienten miedo de su propia familia, la reprobación, el reproche. Y así siguen perdidas, enganchadas en relaciones letales sin encontrar la salida.
Ellas son nuestra asignatura pendiente, y serán ellas las víctimas más propicias y donde se cebe el mayor número de casos del esperado repunte.
Las mujeres nunca han salido ganando de los tiempos difíciles, en épocas de guerras, de hambrunas. Muy al contrario ellas siempre se han llevado la peor parte. Sin duda ahora ocurrirá lo mismo, y cuando todo esto pase, las escucharemos a ellas y sus relatos nos ofrecerán la radiografía de la tragedia. Entonces podremos tomar conciencia de la magnitud de su desolación, porque en tiempos de pandemia las mujeres diluyen su drama individual en la tragedia colectiva.
Así se nos presenta la violencia de género en tiempos del coronavirus: inquietante.

El coronavirus golpea tres veces a la mujeres: por la salud, por la violencia doméstica y por cuidar de los otros

Las medidas restrictivas adoptadas en todo el mundo para luchar contra el COVID-19 intensifican el riesgo de violencia doméstica y aumentan la carga de trabajo en el hogar. Además, aquellas que se encuentran embarazadas, temen por su salud a la hora de asistir a controles o se quedan sin servicios. Los Gobiernos no pueden abandonar a las mujeres en medio de la emergencia.

 La pandemia de coronavirus COVID-19 ha interrumpido gravemente el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y ha obstaculizado la capacidad de las autoridades para responder a la violencia de género, en un momento en que las mujeres y las niñas necesitan más estos servicios, advierte el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

  La directora del Fondo, Natalia Kanem, explicó en un comunicado quienes están sufriendo más en esta crisis de salud pública:
“Las embarazadas, que necesitan atención prenatal, pero no saben si es seguro ir a la clínica; las mujeres en relaciones abusivas atrapadas en casa en el futuro previsible y temiendo por su seguridad. Las decenas de millones de personas en los campos de refugiados, que están contando los días para que llegue el coronavirus, y para quienes el distanciamiento social simplemente no es una opción. Las personas mayores, muchas de las cuales están atrapadas de forma aislada, carecen de interacción social y son particularmente vulnerables a enfermarse gravemente por el virus”.
Kanem, como muchos otros líderes de las Naciones Unidas, llamó a la solidaridad, la resolución y el desinterés: “no debemos olvidar que hay personas que corren un gran riesgo como consecuencias de la crisis, aunque no sea visible de inmediato”.
EL Fondo de Población trabaja con Gobiernos y socios para priorizar las necesidades particulares de las mujeres y las niñas, y su directora ha pedido 187 millones de dólares para apoyar a los países con sistemas débiles de salud pública, incluidos aquellos que están en situaciones frágiles o dependen de la ayuda humanitaria.
Además, está brindando material de apoyo a los sistemas de salud afectados y protege a los trabajadores de salud y las parteras. En China, Irán y Filipinas, por ejemplo, se han distribuido artículos de higiene esencial y otros artículos de protección para los más vulnerables. 
“Pero debemos hacer mucho más para garantizar que se satisfagan las necesidades más íntimas, pero esenciales, de las mujeres y las niñas del mundo mientras luchamos contra el COVID-19 durante los meses difíciles que se avecinan”, concluyó Kanem.

La violencia doméstica durante las cuarentenas, un gran problema

Las medidas restrictivas adoptadas en todo el mundo para luchar contra del COVID-19 intensifican el riesgo de violencia doméstica y los Gobiernos deben defender los derechos humanos de las mujeres y los niños y proponer medidas urgentes para las víctimas de esa violencia, aseguró este viernes una experta en derechos humanos de la ONU haciéndose eco de las palabras de la directora del Fondo de Población.
"Es muy probable que aumenten las tasas de violencia doméstica generalizada, como ya sugieren los informes iniciales de la policía y la línea de ayuda directa. Para demasiadas mujeres y niños, el hogar puede ser un lugar de miedo y abuso. Esa situación empeora considerablemente en casos de aislamiento, como los bloqueos impuestos durante la pandemia del COVID-19”, advirtió la relatora especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, Dubravka Simonovic.
Simonovic expresó que todos los Estados deben hacer esfuerzos significativos para abordar la amenaza del COVID-19, pero no deben dejar atrás a las mujeres y los niños víctimas de violencia doméstica, ya que esto podría conducir a un aumento de la violencia, incluidos los feminicidios de parejas íntimas.
“El riesgo se agrava en un momento en que no hay o hay menos refugios y servicios de ayuda disponibles para las víctimas; cuando es difícil acceder a aquellos que aún están abiertos; y cuando hay menos apoyo de la comunidad; menos intervenciones policiales y menos acceso a la justicia ya que muchos tribunales están cerrados".

Más carga en el trabajo doméstico

Asimismo, la experta de la ONU señaló que, para muchas mujeres, las medidas de emergencia necesarias para luchar contra el COVID-19 han aumentado su carga con respecto al trabajo doméstico y el cuidado de niños, parientes ancianos y familiares enfermos. 
"Para empeorar las cosas, las restricciones de movimiento, las restricciones financieras y la incertidumbre generalizada envalentonan a los perpetradores y les proporcionan poder y controles adicionales".
Simonovic expresó preocupaciones particulares sobre las mujeres con mayor riesgo de violencia doméstica, como las mujeres con discapacidad, las mujeres migrantes indocumentadas y las víctimas de la trata.
La experta de la ONU pidió a los Gobiernos que no pongan la protección de las víctimas en espera y les instó a continuar combatiendo la violencia doméstica en los tiempos del COVID-19. 
Las medidas para proteger a las víctimas deben permanecer disponibles o ser adoptadas durante la crisis. Eso incluye garantizar el acceso a la protección restringiendo las órdenes y manteniendo refugios seguros y líneas de ayuda para las víctimas. La policía debería aumentar sus esfuerzos para una acción rápida.
"Como hacer llamadas telefónicas puede ser peligroso en un contexto de confinamiento en el hogar, las líneas de ayuda pueden facilitar el acceso al proporcionar chats en línea y servicios de mensajes de texto para las víctimas. Los Estados también deben encontrar soluciones nuevas y creativas para apoyarlos", dijo la experta.
Finalmente, afirmó que los Gobiernos no deben permitir que las circunstancias extraordinarias y las medidas restrictivas contra COVID-19 conduzcan a la violación del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia".

Llamamiento del Secretario General

Ante esta situación el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha solicitado que se adopten medidas para hacer frente a este "estremecedor repunte global de la violencia doméstica" contra mujeres y niñas ocurridos durante las últimas semanas.
"Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para reducir el COVID-19. Pero pueden hacer que las mujeres se vean atrapadas con parejas abusivas", destacó el titular de la ONU.
 Guterres recordó que la violencia no siempre se limita a los campos de batalla y que la amenaza sobre mujeres y niñas se cierne precisamente en el lugar "donde deberían estar más seguras: en sus propios hogares".

Los relatores especiales, los expertos independientes y los grupos de trabajo son parte de lo que se conoce como los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos. Procedimientos especiales, el mayor grupo de expertos independientes en el sistema de derechos humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y monitoreo del Consejo que abordan situaciones específicas de países o cuestiones temáticas en todas partes del mundo. Los expertos en procedimientos especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y sirven a título individual.

Coronavirus: la preocupación por las víctimas de violencia de género que tienen que convivir en cuarentena con su agresor (y dónde buscar ayuda)




Mujer llorando.Derechos de autor de la imagen IMAGES
Image captionLas medidas de confinamiento evidencian la vulnerabilidad de las mujeres víctimas de violencia de género.

Millones de personas alrededor del mundo tienen que permanecer confinadas en sus casas para combatir el brote de coronavirus. Sin embargo, para muchas personas su propio hogar no es un lugar seguro.
Según las autoridades sanitarias, el confinamiento es la forma más eficaz para reducir el número de contagios de covid-19, que hasta el 24 de marzo afectaba a más de 400.000 personas en más de 160 países.
Sin embargo, este confinamiento también está dejando en evidencia otra realidad: la de las mujeres que sufren violencia de género y durante estos días tienen que estar encerradas con su agresor.
ONU Mujeres alertó en un informe de que en este contexto de emergencia "aumentan los riesgos de violencia contra las mujeres y las niñas, especialmente violencia doméstica, debido al aumento de las tensiones en el hogar y puede también aumentar el aislamiento de las mujeres".
"Las personas sobrevivientes de violencia pueden enfrentar obstáculos adicionales para huir de situaciones violentas o para acceder a órdenes de protección y/o servicios esenciales que pueden salvar vidas, debido a factores como las restricciones de la circulación o la cuarentena".
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Por eso, muchos gobiernos están tomando medidas al respecto, sobre todo reforzando las líneas de ayuda telefónica a mujeres que se puedan encontrar en una situación de malos tratos.
Una de las iniciativas más aplaudidas fue puesta en marcha por el gobierno de las islas Canarias, en España. Las mujeres en peligro en esta región española pueden ir a la farmacia y pedir una "Mascarilla-19" para alertar al personal de que necesitan ayuda.
Pero en muchos casos, las mujeres no pueden salir o no pueden llamar por teléfono de forma segura para alertar a las autoridades de su situación.
Por eso, en algunos países se han tomado otro tipo de medidas, como fortalecer la atención online o por WhatsApp.

Chile

El Ministerio de la Mujer de Chile también publicó un Plan de Contingencia que busca resguardar a las mujeres que están expuestas durante la cuarentena, "ya que podría aumentar el riesgo de sufrir situaciones de violencia por parte de sus parejas o convivientes".
El gobierno chileno ha reforzado con más turnos el teléfono de atención 1455 que asegura la atención y orientación 24/7 de las usuarias.
Además, durante este período de emergencia continúan operativos los Centros de la Mujer y las Casas de acogida.
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